Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Domingo 5 de octubre de 2014 Num: 1022

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

El alimento: la liga del
migrante con su origen

Felipe González

Tamales cotidianos
y de fiesta

Daniel Becerra, Ruth Juárez
y Aleyda Aguirre

Las alumbradas, una
tradición subvertida
por la violencia

José A. Campos

Lo único que me pueden quitar es la vida
María Bravo

Las panochas calentanas
Raquel Rodríguez Estrada

Un guisandero apreciado

Tierra Caliente:
identidad y arte culinario

Aleyda Aguirre Rodríguez

Sangre de iguana
para vivir más años

Las cifras de la guerra

La danza de los viejitos:
resistencia y dignidad

Margarita Godínez

Leer

Columnas:
Galería
Ricardo Guzmán Wolffer
Jornada Virtual
Naief Yehya
Artes Visuales
Germaine Gómez Haro
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Paso a Retirarme
Ana García Bergua
Cabezalcubo
Jorge Moch
Jornada de Poesía
Juan Domingo Argüelles
Cinexcusas
Luis Tovar


Directorio
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La Jornada Semanal

 

José A. Campos

Huilotas en chiliajo

En noviembre, en San Miguel Totolapan y otros pueblos de Tierra Caliente, “cuando había mucho ajonjolí”, los muchachos preparaban candiles y resorteras y se iban en la noche a lo que llamaban “alumbradas”, recuerda Librada con alegría. Se dirigían a las lomas y a los cerros donde había árboles repletos de huilotas dormidas y las cazaban.

La Enciclopedia guerrerense describe a la huilota como un ave migratoria de tamaño mediano (25cm) de color castaño o gris oscuro, de cola puntiaguda, pico negro y patas rojas; esta paloma llega a Guerrero y Michoacán a finales de octubre y regresa “para anidar en su lugar de origen” en mayo. Se alimenta de semillas de zacate, hierbas, ajonjolí, maíz, sorgo y judía.

“Mis hermanos llegaban con sus ensartotas de huilotas –dice Librada–, mientras uno alumbraba, otro tiraba con el resorte.” Se comían guisadas “en caldo blanco”; en chiliajo o a las brasas “son muy sabrosas” asegura María, quien en su adolescencia también las cazaba.

“Ahora como está feo la gente tiene miedo de salir en la noche.” La caza de huilotas cesó. “Si los encuentran leñando de ahí se los llevan. Van por leña al campo porque todavía usan el fogón y la gente mala se los lleva, sólo queda la leña y el burro. Los secuestran. Tengo un hermano que lo secuestraron y le pidieron dinero. Es gente de las bandas que andan ahí”, aseguran María y Librada.

Foto: Marķa Luisa Severiano/ La Jornada

El aguacate y el
limón michoacanos


El fundador de las autodefensas Hipólito Mora, camina en su huerta en la Ruana, después de salir del penal de Mil Cumbres el 17 de mayo del 2014.
Foto: Víctor Camacho /La Jornada

El aguacate y el limón michoacanos fueron gran noticia a finales del año pasado y principios de éste. Su precio se incrementó hasta tres veces, debido a las cuotas impuestas por los caballeros templarios a los productores. Empacadoras de limón de Buenavista, Tepalcatepec y Apatzingán tuvieron que cerrar. En Tancítaro ocurrió lo mismo con los aguacateros. “Michoacán es el único estado de la República certificado por el Departamento de Agricultura estadunidense para exportar el fruto.” (La Jornada/04/II/14). Las dos empacadoras de aguacate, que generaban cientos de empleos en Tancítaro –principal productor de aguacate michoacano–, se cerraron y dos más fueron incendiadas por delincuentes en abril de 2013.

Cientos de productores de limón de Tepalcatepec y Buenavista, entre ellos Hipólito Mora, jefe de la policía comunitaria de La Ruana, se levantaron en armas el 24 de febrero de 2013 para defenderse de las extorsiones de los narcotraficantes.