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Durante siete años se gastaron $200 millones anuales en una prueba que no sirve, acusa

Con Enlace creamos un monstruo con el que no sabemos convivir: Díaz Barriga

Nunca supimos cómo elaboraban las preguntas de la evaluación, señala el investigador de la UNAM

 
Periódico La Jornada
Lunes 10 de febrero de 2014, p. 41

Los sistemas de evaluación educativa en México, en todos los campos donde se aplican, están generando procesos no deseados, simulación, errores y deficiencias en los mecanismos de medición. Hemos creado un monstruo y no sabemos cómo convivir con el, afirmó Ángel Díaz Barriga, académico del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y experto en evaluación educativa.

Agregó que los resultados de la Evaluación Nacional de Logro Académico en Centros Escolares (Enlace) se basan en un instrumento del que nunca conocimos sus bases sicométricas, ni cómo se elaboraban o seleccionaban sus preguntas. Nunca supimos qué reflejaba del aprendizaje del alumno. Nos dijeron que estaba alineado a la currícula nacional, pero nos pedían que creyéramos en su palabra.

En entrevista con La Jornada, afirmó que la prueba “no fue hecha para determinar un ranking para decir este es el mejor lugar o la mejor escuela, pero se permitió un examen mal hecho”.

Consideró que en la elaboración de nuevos instrumentos de evaluación todo se quiere hacer sobre las rodillas, a la carrera, para decir que se está haciendo algo. Se prevé dar poco más de un año para elaborar no un instrumento, sino 10, porque tenemos que construir cuatro en primaria, tres en secundaria y tres en bachillerato. ¿Vamos a tener un buen examen para mayo de 2015?, es una pregunta que deberíamos hacernos como sociedad.

Díaz Barriga lamentó que quienes se están desgarrando las vestiduras porque este año no se aplicará Enlace y no se tendrá el dato de cómo están los alumnos, no piensen técnicamente cómo se construye una prueba.

Indicó que reconocer que Enlace pervirtió la verdad, como afirmó el secretario de Educación, Emilio Chuayffet, es importante, pero no suficiente, pues destacó que se aplicó una prueba a un costo promedio de 200 millones de pesos anuales por un lapso de siete años. Se trata de mucho dinero, para después encontrar que no sirve.

Se perdió de vista que la evaluación es compañera del proceso educativo, para la reflexión del profesor, pero aquí se ubicó como un elemento de sanción y premio, como un factor de si te va bien, te doy.

Consideró que es necesario cambiar el eje de la evaluación para centrarla en las escuelas y no en los individuos. De esta forma se pueden dar los resultados de los alumnos al centro escolar para que los analice y defina qué hacer, pero lo peor que pudo suceder en México es que pusimos en el banquillo de los acusados al maestro, y lo estamos atacando por todas partes.

Cabe señalar que desde el primer año de su aplicación, en 2006, los resultados de Enlace revelaron que más de la mitad de alumnos de primaria y secundaria se ubicaban en niveles de insuficiente y elemental.

En 2006, 78.7 por ciento de los alumnos de primaria alcanzaron estos niveles de desempeño en español, y en matemáticas fue de 82.4 por ciento. En secundaria los resultados no fueron mejores, pues 85.3 de los adolescentes tuvieron resultados insuficientes y elementales en español, y 95.4 en matemáticas.

Para 2013, 57.2 por ciento de quienes cursaban su primaria aún no lograron mejorar sus aprendizajes en español, y 51.2 por ciento en matemáticas. En secundaria se mantuvo en 80.3 por ciento en español con niveles insuficientes y elemental, y 78.1 por ciento en matemáticas.