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Reivindica la instrumentación de las 13 decisiones anunciadas en su toma de posesión

Sin aludir al caso Gordillo, Peña Nieto celebra 100 días de gobierno

El titular del Ejecutivo afirma que no vino a administrar, sino a transformar a México

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El presidente Enrique Peña Nieto, luego de su discurso con motivo de la celebración de los primeros 100 días de su gobierno. El acto se realizó en Palacio NacionalFoto Cristina Rodríguez
 
Periódico La Jornada
Lunes 11 de marzo de 2013, p. 3

Enrique Peña Nieto festejó sus primeros 100 días de gobierno. Reivindicó la instrumentación de las 13 decisiones que anunció en su toma de posesión como parte de sus cinco metas sexenales, pero omitió toda alusión a la detención de Elba Esther Gordillo, no obstante ser el hecho más notorio de esta etapa, y afirmó que no vino a administrar, sino a transformar a México.

Con la reforma de telecomunicaciones en puerta y el presagio de que será un cambio que afectará los principales intereses del ramo, la alusión a ésta, que será la segunda de sus grandes reformas, fue escueta y sólo señaló que trabaja en construir consensos para concretar éstos y otros cambios estructurales.

Su discurso en un cercado Palacio Nacional fue breve: 19 minutos en los que aprovechó para reiterar su reconocimiento a los partidos Acción Nacional (PAN), al de la Revolución Democrática (PRD) y a su partido (el Revolucionario Institucional) por demostrar responsabilidad al signar el Pacto por México.

El acto de ayer dio inicio con la proyección de un promocional de tres minutos que mostró imágenes de las actividades presidenciales efectuadas en este tiempo, acompañado de un mensaje del mandatario y música de fondo. Mientras, en el presídium el priísta estuvo acompañado de integrantes de su gabinete legal y de su esposa, Angélica Rivera.

Comenzó por afirmar que sus acciones de gobierno han sido plenamente congruentes con lo que ofreció en la campaña y con lo refrendado en su toma de protesta. ‘‘Prometí ejercer una Presidencia democrática que construyera acuerdos y consensos con las fuerzas políticas para encarar, de manera conjunta, los desafíos que enfrenta la nación’’.

Aseguró que ha dialogado con todos los poderes y se enorgulleció de tener visión y rumbo claro del país que quiere construir. Expuso que cada decisión tomada responde al gran objetivo planteado desde el primer día: transformar a México.

Y enumeró las cinco metas nacionales a las que aspira su gobierno: lograr un México en paz, incluyente, con educación de calidad para todos, próspero y un actor con responsabilidad global.

Dedicó un par de minutos a explicar la primera: su nueva política de seguridad pública, y prometió seguir la transformación de las áreas de seguridad y de procuración de justicia, incluyendo la creación de la gendarmería nacional y la implementación del nuevo sistema de justicia penal, para recuperar la paz y la tranquilidad de los mexicanos.

Para tener un México incluyente, su segundo objetivo, resaltó el lanzamiento de la Cruzada contra el Hambre, mientras que el de la mejora educativa tiene como eje fundamental la reforma en la materia.

En aras de cumplir el cuarto punto diseñó un presupuesto con déficit cero y presentará una ley nacional de responsabilidad hacendaria y deuda pública, con el propósito no sólo de prevenir el endeudamiento excesivo de algunas autoridades, sino incluso de mejorar las condiciones de financiamiento para aquellos gobiernos con finanzas públicas sanas.

Ofreció fomentar la competencia económica y acelerar el desarrollo tecnológico del país, en especial en el estratégico sector de las telecomunicaciones. Para ello, dijo, se ha venido trabajando en los acuerdos y consensos necesarios para integrar e impulsar reformas estructurales en esta materia.

Como quinto tema, Peña Nieto planteó que avanza en convertir a México en un actor con responsabilidad global mediante una diplomacia más activa, dinámica y participativa en la agenda internacional.

Casi al finalizar su alocución, el mandatario federal expresó que hace 100 días se propuso mover a México para llevarlo al lugar que se merece; la intensidad de este inicio, afirmó, no será pasajera. Es el ritmo de trabajo que mantendrá este gobierno, recalcó.

‘‘No venimos sólo a administrar, sino realmente a transformar. Seguiremos moviendo las instituciones, las políticas públicas, los programas y los presupuestos para dar resultados reales y positivos a la ciudadanía’’, declaró.

Defendió el Pacto por México, porque ha generado un ánimo positivo en el país y está permitiendo impulsar los cambios de fondo que necesita el país.

Al finalizar su mensaje permaneció otros 20 minutos en Palacio Nacional para despedirse de algunos invitados entre los que se encontraban, fundamentalmente, funcionarios de gobierno, algunos empresarios y el coordinador parlamentario del PRI en la Cámara de Diputados, Manlio Fabio Beltrones. Aunque al principio dirigió un saludo a los representantes de otros partidos políticos, éstos no fueron vistos.

Antes que ofreciera este discurso, se repartieron dos folletos donde se anticipaba que haría un balance del cumplimiento de las 13 decisiones anunciadas durante su toma de posesión el pasado primero de diciembre. Diez aparecen palomeadas y tres en proceso: la creación del programa nacional de infraestructura, la reforma para reconocer el derecho a acceso a la banda ancha y la iniciativa de ley nacional de responsabilidad hacendaria y deuda pública.