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Bajo la Lupa

Kim Jong-Il: ¿infarto del miocardio o asesinato?

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Imagen tomada de la televisión norcoreana en que se ve al nuevo gobernante, Kim Jong-Un, ante el cadáver de su padre, Kim Jong-Il, ayer en el Palacio Memorial Kumsusan, en PyongyangFoto Reuters
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a pregunta sobre la causa de la muerte súbita del líder de Corea del Norte, Kim Jong-Il, no es irreverente y su respuesta real determinará la tersura de la delicada transición que ha recaído en Kim Jong-Un, el menor de tres hijos de aquél y quien, a juicio de los observadores japoneses, es el más duro y competitivo, en similitud al carácter de su padre.

La noticia de la muerte tardó alrededor de 72 horas en ser oficializada y lo más llamativo es una nota en el interludio de Russia Today (18/12/11) a las 22:48 horas, es decir, cuando ya había muerto el mandatario. En ese momento al detectarse la nota, cuando ya medio mundo anunciaba el deceso, el portal ruso todavía no se actualizaba.

Dado el contenido de la nota de Russia Today, mi primer impulso fue que había sido asesinado, lo cual externé en comentarios privados por correo electrónico.

La nota de Russia Today era trascendental y revelaba un probable acuerdo no público entre Estados Unidos y el mandatario Kim Jong-Il para intercambiar alimentos a cambio de la moratoria del programa nuclear. Corea del Norte: Un acuerdo tentativo entre Washington y Pyongyang está en marcha, bajo el cual Estados Unidos abastecerá con ayuda alimentaria a Corea del Norte a cambio de una moratoria de su controvertido programa nuclear, y cuyas amplias líneas fueron dadas a conocer por la agencia Ap.

No alego que este acuerdo inmediatamente antes y/o después del deceso extraño del mandatario de Corea del Norte, por exceso de estrés físico y mental (sic), haya desatado la ira de los duros del régimen, pero se tiene la obligación de tomarlo en cuenta.

Sucede que se habían escenificado negociaciones durante varios meses en Nueva York, Ginebra y Pekín, y “según las fuentes –que permanecieron anónimas (nota: el viejo truco) debido a lo delicado de las negociaciones–, se habían dado progresos sustanciales (¡sic!)”.

Corea del Norte había acordado suspender las pruebas nucleares y de misiles balísticos, reanudar la inspección internacional y restablecer el diálogo con Corea del Sur.

Estados Unidos solía ser, insólitamente, el mayor abastecedor de alimentos a Corea del Norte hasta que suspendió el suministro en 2009 prácticamente al mismo tiempo del cese de las negociaciones hexapartitas (Rusia, China, Japón, Estados Unidos, Corea del Norte y Corea del Sur).

Un diplomático innominado (otra vez el viejo truco) en Washington fue citado por la agencia Yonhap (la mayor de Seúl) diciendo que Estados Unidos había prometido librar a Corea del Norte hasta 240 mil toneladas de ayuda alimentaria.

Glyn Davies, enviado de Estados Unidos a Corea del Norte, negó cualquier vínculo entre el programa de ayuda alimentaria y la reanudación de las negociaciones hexapartitas.

Russia Today concluye que “varias fuentes cercanas a las negociaciones comentaron a las agencias de noticias en forma anónima (¡súper sic!) que dicho anuncio podía esperarse tan temprano como el lunes”. En lugar del espectacular anuncio del acuerdo entre Estados Unidos y Corea del Norte se anunció el deceso del líder Kim Jong-Il.

Newsmax (19/12/11), portal hiperconservador vinculado a la CIA, destapa las sospechas sobre la causa de la muerte del dictador de Corea del Norte, quien falleció a bordo de un tren mientras se dirigía a un destino sin identificar (¡sic!). Cita a un politólogo conocido por su animadversión al líder de Corea del Norte, quien no elimina la posibilidad de que haya sido asesinado por quienes guardan descontento con la forma en que gobernaba el país, en especial, después de haber nombrado a su tercer hijo Kim Jong-Un para un liderazgo dinástico de sucesión, lo cual indispuso a varios altos militares mayores de 50 años quienes fueron ignorados y cobijan profundos resentimientos.

Newsmax abunda sobre los rumores (sic) que se han propalado, entre ellos de que un militar de alto rango había sido asesinado. Según el mismo geopolitólogo de marras, la disminución (¡sic!) del poder de los militares pudo haber destapado el descontento latente. Newsmax se cura en salud y cita a un representante de la Radio Libre de Corea del Sur, con sede en Seúl, quien comentó que no existía evidencia de una mala jugada y que la causa de la muerte oficial fue confirmada por una autopsia.

A los enemigos de China y, obviamente, de Corea del Norte, les conviene atizar el fuego de la sucesión y son capaces de propagar cual su costumbre la peor desinformación respecto a la muerte del supremo líder de Corea del Norte, quien sufría diabetes y había padecido dos previos infartos hace tres años, por lo que no sería nada raro que sufriese un infarto fulminante. Sea lo que fuere, sigue perturbando la nota citada de Russia Today en el interludio del deceso.

Lo importante radica en la percepción de la población sobre la verdad y la verosimilitud: una cosa es lo real, que solamente conocerán algunos privilegiados del poder, y otra es la percepción de la población que, de acuerdo con su muy respetable idiosincrasia, se ha volcado en una consternación colectiva, lo cual ha sido descrito por el mismo Russia Today (19/12/11): La noticia del deceso del líder de Corea del Norte ha puesto a la población de 24 millones al borde de la aflicción, histeria masiva y la insanidad (sic), con las lágrimas en los ojos de hombres, mujeres, niños y hasta los comentaristas de sus multimedia.

Sea cual fuere la causa del deceso del líder de Corea del Norte (ojalá haya sido de muerte natural, porque de otra forma estaríamos al borde de una lucha salvaje por el poder, que afectaría los intereses de China, primordialmente), lo que más contará será la aceptación, por el poderoso mando militar, del sucesor de solamente 27 años de edad, de quien se sabe muy poco, a grado tal que el mismo Russia Today (19/12/11) indaga 10 hechos o rumores (sic) sobre su personalidad casi incógnita y quien fue formado en una escuela de Suiza y es ávido de James Bond.

Lo único real sobre el frescamente ungido gran sucesor y, sobre todo, avalado por China, es que fue oficialmente introducido al pueblo de Corea del Norte cuando fue nombrado general de cuatro estrellas (sin carrera militar) en septiembre de 2010.

Kim Il-Sung, el presidente eterno, quien abrió la dinastía familiar, duró 46 años en el poder. Su hijo Kim Jong-Il permaneció 17 años. ¿Cuánto se mantendrá el gran sucesor de 27 años, quien heredó también la diabetes de su padre?

La prensa británica, cual es su costumbre de corte propagandístico, se ha volcado contra Corea del Norte y vaticina una tormentosa inestabilidad sucesoria.

La inesperada muerte del supremo líder causó angustia en Estados Unidos, Japón y Corea del Sur (donde la bolsa y la divisa won se desplomaron).

Mientras The New York Times (19/12/11) vaticina una transición incierta (¡sic!), China, la gran protectora de Corea del Norte, consagró una amplia cobertura al deceso.

El portal chino Global Times (19/12/11) considera que la prioridad es la estabilidad y que corresponde a China asegurar una transición suave en Corea del Norte, ya que la muerte de su líder es un tema crucial (¡súper sic!) para el noreste asiático. No importa la manera en que la transición del poder sea realizada, algunos (¡sic!) países lo tomarán como una oportunidad (sic) para cambiar el patrón estratégico de la región.

Los comentarios ferozmente nihilistas del Financial Times presagian que Estados Unidos y Gran Bretaña pronto pondrán a prueba tanto la capacidad del juvenil líder como la cohesión de la estructura militar de Corea del Norte. La clave está en China.