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En exhibición Dogging y el Manifiesto pornoterrorista

Miguel Ángel Velázquez
Pedro Miguel
Limpieza social y preservación de mercados
E

l multihomicidio perpetrado anteayer en el centro de rehabilitación para adictos La Victoria, de Torreón, Coahuila –en donde un comando armado asesinó a 13 personas–, es el más reciente de una cadena de hechos similares ocurridos con el telón de fondo de la guerra contra el narcotráfico declarada por el gobierno federal: en 2009 se cometieron tres masacres de este tipo –el 5 de febrero, el 2 y el 15 de septiembre–, todas en Ciudad Juárez, Chihuahua, con un saldo acumulado de 32 muertos; un año después, en esa misma localidad fronteriza, tuvieron lugar cuatro asesinatos en masa en centros de desintoxicación –el 31 de mayo, el 10 y 16 de junio, y el 2 de septiembre–, con un total de 49 víctimas, y dos más ocurrieron en Gómez Palacio, Durango (26 de junio), y en Tijuana, Baja California (24 de octubre), con saldos de 11 y 13 muertos, respectivamente. Finalmente el 10 de febrero, un grupo armado mató a dos personas al salir de una clínica de rehabilitación en las inmediaciones del aeropuerto de la propia Ciudad Juárez.

El Correo Ilustrado

Hacen falta los desaparecidos políticos, expresan

H

oy 9 de junio recordamos, una vez más, a Rafael Ramírez Duarte y su desaparición forzada hace 34 años. La impunidad en este caso, y en tantos otros, sigue instalada en nuestro país; con un gobierno y un sistema de justicia incapaces de dar respuesta a familiares y víctimas, y enfrentado ahora a la realidad de que nuevos casos se suman, la desaparición revive fuerte como práctica... y hablar de terrorismo de Estado parece cada vez menos radical... y más real.

La Caravana, memorial de agravios
L

a Caravana por la Paz con Justicia y Dignidad está haciendo soplar con fuerza creciente un viento nuevo sobre la dolorida realidad de este país y la mezquindad de la política institucionalizada tal como hoy la vivimos y padecemos.

El candidato del Presidente
L

a verdad es que somos incorregibles. Reformas electorales van y vienen; tres grandes partidos se alternan en el poder federal, estatal y municipal; el Congreso es un protagonista real del proceso de gobierno y las restricciones con que se topa el Presidente para ejercer autoridad son cada día mayores. No obstante todos estos cambios indudables, seguimos pensando la sucesión presidencial en los términos del pasado. Así, creemos que el candidato del partido en el gobierno no será otro más que el señalado por el Presidente de la República. El cliché ha servido para apoyar la aparente intención del presidente Calderón de ejercer los privilegios que derivan de su posición como primer panista de la nación, y designar al candidato de su partido, como antes lo hacían los presidentes priístas. De manera que son inútiles los esfuerzos en que han puesto tanto empeño para llamar nuestra atención los precandidatos distintos del secretario de Hacienda. La opinión mira preferentemente hacia donde mira el presidente Calderón. De ahí que sean justos los reclamos que le hacen de favorecer a Ernesto Cordero, pues introduce en la competencia todo el peso del Poder Ejecutivo, y tiende a condenar a la irrelevancia los procedimientos internos del partido de selección de candidatos.

Adolfo Gilly
Soledad Loaeza
En la hora del conservadurismo
E

l triunfo de Ollanta Humala en Perú es el de alguien que se fue acomodando a las exigencias del relativo y ambiguo centro-izquierda. Aunque varios de quienes lo rodean son de izquierda, él intentó congraciarse incluso con el Opus Dei y, desde luego, con los empresarios. Si se le identificaba con Hugo Chávez, procuró acercarse más al estilo de Lula y logró al final apoyos emblemáticos como el del liberal Mario Vargas Llosa, un antisocialista que escribe bien.

China: impresiones y expresiones
M

ediado 2011, China se ha convertido, de manera abrumadora, en el principal referente de los debates geopolítico y económico-financiero globales. Quizá me anticipé un poco al hacer notar este hecho hace seis años, cuando distaba de ser tan patente. En un ensayo destinado a examinar, a mediados del anterior decenio, las acciones de países y organismos multilaterales que aplicaban, en los hechos, una política de contención de China, señalé que, ya en ese momento, literalmente, todo mundo habla de China. Afirmé, además, que una serie de acontecimientos económicos, tecnológicos, financieros y políticos habían consolidado a China como potencia mundial. Por encima de la gran recesión de finales de ese primer decenio, el ascenso económico de China ha continuado, al superar pronto la desaceleración provocada por la crisis, y casi nadie le regatea su condición de potencia global. En aquel momento (2005) dije que, según se le mida, China es la quinta o la segunda economía del mundo. Ahora es la segunda, tanto si el PIB se calcula a paridad de poder de compra como a tipos de cambio de mercado. Además, es más cercano el año en que se convertirá en la primera: dentro de cinco, en 2016, si se usa el primer cálculo, o dentro de ocho, en 2019, si se emplea el segundo (Gideon Rachman, When China becomes number one, Financial Times, 6/6/11). Sobre el estatus de China como potencia global, Henry Kissinger, que acaba de publicar un libro destinado a exaltar su contribución para incorporar a China a la incipiente globalización de los años 60, no duda en reconocer que desde mi primera visita, China se ha convertido en una superpotencia económica y en un actor central para la reconfiguración del orden político mundial (On China, p. 72 de la edición electrónica). En este contexto realicé una visita a China entre mediados de mayo y principios de junio, para observar aspectos de su actual realidad y conversar en instituciones académicas y políticas en Shanghai y Pekín. Presento aquí unas muy elementales impresiones y recojo ciertas expresiones derivadas de esta visita.

Octavio Rodríguez Araujo
Jorge Eduardo Navarrete
Océano de desigualdad
S

er mexicano en el siglo XXI implica vivir en un océano de desigualdad. Poco importa si México ocupa el número uno o el 20 entre los países más desarrollados, el hecho imborrable es que los pobres son muchos y están en todas partes, así no los vean desde las atalayas del poder y la riqueza quienes gobiernan y deciden en el país. ¿Cómo puede un país sentirse pujante y saludable si casi la mitad de sus habitantes sobrevive en la pobreza o sufre para comprar la comida diaria, rentar la vivienda que habita, pagar por el transporte, la luz, el agua, las medicinas, por no hablar de otros gastos que la sociedad moderna hace necesarios para reproducir la vida social? No sólo se trata de un problema moral, que lo es, sino también y en primera instancia de una grave anomalía social que deja muy mal parada a la economía dizque nacional, a los prohombres que la capitanean y a los intelectuales que les construyen a los políticos los sueños sobre cierta república inexistente, irreal, que no es una utopía del futuro sino, más bien, el resultado inmaduro del baño de optimismo que, a modo de una ceguera estructural, congénita, les impide poner los pies sobre la tierra que pisan.

Humala, electo por legiones de pobres
L

a victoria de Ollanta Humala en la segunda vuelta de las elecciones peruanas es una verdadera proeza pues debió vencer a una poderosa coalición de fuerzas dirigidas desde Washington, uno de cuyos pilares ha sido la mafia mediática internacional. En lugar muy destacado, CNN en español, suerte de agencia de propaganda de la contrarrevolución anticubana de Miami, y, por supuesto, la ultramontana y pro imperialista oligarquía limeña y sus voceros locales, con el diario El Comercio al frente, unida al poder económico y político de los nuevos ricos y criminales de guerra del fujimorismo. Ollanta enfrentó el desafío con serenidad, adecuando su discurso y su plan de gobierno a la correlación de fuerzas existente y a esa realidad tan hostil y aceptando apoyos más allá del campo popular, pero sin renunciar en ningún momento a la prioridad que otorga a la inclusión social, la soberanía nacional y la inserción de su país en el ámbito político latinoamericano.

Adolfo Sánchez Rebolledo
Ángel Guerra Cabrera
Las razones de Cordero
D

e nuevo el señor Cordero ha señalado que la economía del país va bien y que, además, el poder adquisitivo de los asalariados ha aumentado. En las últimas semanas ha hecho declaraciones de este tipo varias veces. Algunas ocasiones, al darse cuenta del impacto de su planteamiento, ha corregido. En la más reciente no se desdijo, sino que se mantuvo y, según la nota periodística, lo hizo con seriedad. Sostuvo que su visión del desempeño económico es objetiva y que pese a haber avances queda mucho para mejorar las condiciones de vida de los mexicanos.

El funcionario Bueno
A

lberto Lomnitz, al que se conoce más que nada por su desempeño como promotor en México de Seña y verbo, el teatro para sordos en el que ha creado y dirigido obras y entrenado a muchos actores sordos hasta lograr muy buenos resultados, además de dirigir textos de otros autores, ahora presenta su obra más ambiciosa, El funcionario Bueno, que contiene varias aristas para la interpretación y que muestra muchas más de las notadas a primera vista, críticas a la burocracia y sus manejos y sobre todo, añadiría yo sin saber si es propósito explícito del autor, se puede entender como una disección de la manera en que son elegidos funcionarios en todos los niveles del gobierno aunque ignoren todo acerca de la materia del puesto que ocupan. Esto se constata en los miembros del gabinete, aunque creo que mi lectura rebasa las intenciones del propio Lomnitz, que hace años fue subcoordinador de teatro como su protagonista y logró conocer los meandros burocráticos del mundo de la cultura, que ahora expone y a los que limita su crítica que afortunadamente no se topó con la censura.

Orlando Delgado Selley
Olga Harmony