La exposición Nunca más: nunca menos, abierta en el Museo Memoria y Tolerancia, rememora los 35 años del golpe militar en Argentina.

En la Plaza Juárez, frente al Hemiciclo a Juárez de la Alameda, se vierte luz sobre ese periodo oscuro en la historia del país sudamericano.

El espectador debe ingresar con lámpara en mano a la sala Nunca más, que está a oscuras, donde se exhiben fotografías históricas y audios referentes a momentos como El golpe, Los cómplices civiles, El mundial del 78, La guerra de las Malvinas, Represión y Desparecidos.

Un pasillo tapizado con pancartas (carteles) que las madres de la Plaza de Mayo elaboraron con las historias –boletines de escuelas, fotografías, poemas y cartas– de sus hijos desaparecidos, une la primera sala con aquella dedicada a las madres y su lucha por saber del paradero de sus seres queridos y reclamar justicia.

La sala Nunca menos refleja la lucha civil por la memoria, verdad y justicia, así como la luz, con sus grises y sus sombras, que en este momento podemos lograr por medio de los juicios, la recuperación de los nietos, de muchas acciones concretas logradas, expresó Ignacio Vázquez, responsable de la curaduría y diseño museográfico de la muestra.

En esta última sala se incorpora a muchos artistas alternativos argentinos, que hablan con su visión. Son personas que tal vez no vivieron los años de la dictadura directamente o que les tocó por cuestiones familiares.

Radicado en México desde 2003, Máximo González (Paraná, Entre Ríos, Argentina) realizó sobre la pared Pan y rosas, trabajo hecho a partir de “la práctica de los scratches, que se llevó a cabo durante la dictadura. Esa obra habla mucho de lo que pretendemos involucrar en esta sala de exposiciones temporales. Es un compromiso hacia el recorrido histórico, pero siempre con esa inquietud de revisar la intolerancia y generar la tolerancia”, anotó Linda Atach, directora de arte y difusión cultural del museo.

Tragedia y persecución

De González también es Madres (2002), obra elaborada con billetes fuera de circulación y acuarela, de su proyecto Acuarela sobre papel moneda. Otros artistas argentinos presentes son Martín Acosta, quien hizo las fotos para los testimonios sobre los nietos recuperados; Verónica Miranda, con una pieza referente a las madres; Flavio Florencio, quien ayudó con la presentación de los juicios a la manera de una cárcel en un espacio encerrado con barrotes, y Santiago Chaumont.

Respecto de la frase nunca menos, Vázquez explicó que ahora se usa mucho en Argentina. Surgió con la muerte de Néstor (Kirchner), en cuanto a todo lo que se logró, ni un paso atrás, o sea, no bajar de todo lo que se logró en los juicios, en la recuperación de nietos, no menos de eso. Al contrario, queremos más justicia, en cuanto a derechos humanos; emplearlos de manera más amplia.

Patricia Vaca Narvaja, embajadora de Argentina en México, dijo que tras abrirse el museo el año pasado estuvo atenta al momento idóneo para mostrar lo que significó en Argentina toda esa intolerancia, toda esa tragedia, esa persecución. En el ínterin aparecieron “los argen-mex, los que están aquí, quienes captaron lo que deseábamos mostrar y dar a conocer”.

Destacó que ésta no es una muestra traída desde su país, sino creada, producida, trabajada por los argentinos que viven en México.

A su vez, Juan Cabandié, diputado por la ciudad de Buenos Aires y uno de los nietos recuperados, cuya historia se relata en la última sala, dijo haber visto muchas muestras relacionadas con la dictadura argentina, pero ésta es la más impactante y emocionante.