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Economía Moral

Concepciones de necesidades en sicología y antropología social / IV

Malinowsky: análisis de la respuesta cultural a cada necesidad básica

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n la entrega anterior (08/04/11) presenté el cuadro de necesidades básicas y la respuesta cultural asociada que formula Bronislaw Malinowsky (BM)1, cuadro que aquí repito. En la primera necesidad, metabolismo, BM sintetiza la mayor parte las secuencias vitales (impulso-actividad-satisfacción) presentadas en la entrega anterior (claramente incluye respirar, hambre, sed, presión de la vejiga y presión del colon, pero queda la duda de si fatiga y somnolencia están incluidas también aquí, porque la respuesta cultural anotada en el cuadro, que he traducido como Comisariato, parece más reducida). Señala que todos los procesos incluidos están relacionados a factores ambientales y que la interacción entre el organismo y el mundo externo está enmarcada culturalmente. Aquí, dice BM, no nos referimos tanto al impulso del hambre, si no que estamos interesados en que, por lo que se refiere a la comunidad como un todo, cada organismo requiere condiciones que garanticen la provisión del material físico, condiciones para la digestión y los arreglos sanitarios. De la misma manera, cuando nos referimos a reproducción, señala, no interesa el impulso sexual del individuo, sino que la reproducción debe ser suficiente para reponer los números de la comunidad. Y así en las demás N. Crecimiento, dice BM, se refiere a que, puesto que los seres humanos son dependientes en la infancia, que la maduración es un proceso lento, y que en la tercera edad los individuos se vuelven indefensos, los hechos del crecimiento, madurez y decaimiento imponen condiciones definidas a la cultura. En el caso de Salud, lo he refraseado como Cuidado de la salud para reflejar mejor las intenciones de BM.

La lista de dos columnas debe ser leída considerando cada par de rubros horizontales como inseparables. La verdadera comprensión de nuestro concepto de necesidades, dice, implica su directa correlación con la respuesta que recibe de la cultura. Cuando consideramos una cultura en marcha, encontramos que necesidades y su respuesta cultural están relacionadas y sintonizadas entre sí. En el dominio de cada necesidad se desarrollan hábitos específicos; y en la organización de las respuestas culturales estos hábitos rutinarios se colman mediante una rutina de satisfacciones. Es éste el punto, señala, en el cual el estudio de la conducta humana se separa de manera definitiva del mero determinismo biológico. Como antropólogos, añade, estamos primariamente interesados en la manera en la cual se desarrollan, bajo el impulso orgánico primario, las respuestas condicionadas de gusto y apetitos específicos, atracción sexual, etc.; y también en la manera en la cual estas respuestas son construidas. BM aborda una por una las respuestas culturales a las N en un largo texto del cual sólo cito algunos extractos interesantes de los apartados de Comisariato, la respuesta cultural a la necesidad de metabolismo, y la de parentesco, respuesta cultural a la necesidad de reproducción.

Comisariato o abasto. Los seres humanos no comen y beben acudiendo directamente a la naturaleza, no en soledad, y no en términos de desempeño puramente anatómico o fisiológico. Encontramos los hechos del comensalismo. Las personas comen juntas, alrededor de una estera o mesa, comida previamente preparada, usando algún ‘aparato físico’ para comer, observan maneras de mesa y las condiciones sociales del acto son definidas cuidadosamente. La respuesta cultural a las necesidades impuestas por el metabolismo consiste de una serie de instituciones. Bajo condiciones en las cuales la nutrición depende del ágil funcionamiento de toda una cadena de actividades preparatorias e instituciones ligadas, cualquier factor que perturbara la cadena afectaría la satisfacción nutrimental (Véase en la gráfica un impacto del aumento de los precios de alimentos). Por tanto, todas las condiciones de las que depende el funcionamiento de la cadena se vuelven tan necesarias, tan indispensables para el desempeño biológico, como la introducción del alimento a la boca, la masticación, la salivación, la deglutación y la digestión. Surgen así lo que BM llama satisfactores derivados pero indispensables: un inventario extenso de utensilios físicos, dispositivos o máquinas, imponiendo un conjunto de actividades productivas constantes. Más allá de esto, BM añade otro elemento: el de las reglas mínimas de conducta y sanciones, asociadas al orden y a las leyes y costumbres tribales, que deben ser establecidas para mantener toda la cadena de actividades en buen funcionamiento y que han de cubrir desde las actividades productivas hasta las maneras de consumo. Concluye:

“Un objeto, ya sea una olla, un palo para excavar, un plato o un hogar, debe ser manipulado con habilidad, legalidad y reverencia, puesto que su efectividad no depende sólo de la tecnología, sino también de la regulación ética o costumbrista. Al mirar cómo se genera y sostiene la conducta regulada, continúa, encontramos dos procesos: entrenamiento y autoridad. La aplicación forzosa (enforcement) de las reglas implica el elemento de coerción o autoridad. Podemos definir esto como la dimensión política que constituye el cuarto imperativo instrumental junto con educación, economía y mecanismos jurídicos. (pp. 98-99)

Parentesco. La principal distinción entre la formación de parejas humanas y animales está, sin duda, determinada biológicamente, tanto como la necesidad de la reproducción. Precisa en un brillante párrafo:

“El infante humano necesita protección parental por un periodo mucho más largo que el de incluso los simios antropoides superiores. Por tanto, ninguna cultura podría permanecer en la cual el acto de la reproducción, apareamiento, embarazo y nacimiento, no estuviera ligado con el hecho del parentesco legalmente fundado, esto es una relación en la cual el padre y la madre tienen que cuidar a los menores durante un largo periodo, y a su vez, derivan ciertos beneficios por el cuidado realizado y los problemas incurridos.

Cuando tesis similares son sostenidas por los sicólogos evolucionistas (antes conocidos como sociobiólogos), muchos científicos sociales reaccionan con airado rechazo. Estos dan un paso adicional y deducen la tendencia de las parejas humanas al enamoramiento del requerimiento de estabilidad aludido por BM.

1 A Scientific Theory of Culture and Other Essays, 1944/1960, Galaxy Book, Oxford University Press; Nueva York. (En español: Una teoría científica de la cultura: Edhasa, Barcelona, 1981).