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Seúl responde ataque de Pyongyang, declara alerta roja y suspende ayuda humanitaria

Tensión sin precedente entre las Coreas

Condena internacional a la agresión

Evalúa la ONU citar a reunión del Consejo de Seguridad

 
Periódico La Jornada
Miércoles 24 de noviembre de 2010, p. 28

Seúl, 23 de noviembre. Corea del Norte disparó este martes decenas de obuses contra una isla de Corea del Sur en un ataque que provocó la muerte de dos sudcoreanos y 17 heridos. Las fuerzas armadas sudcoreanas se declararon en alerta roja y lanzaron 80 disparos en respuesta al ataque contra la isla Yeonpyeong, cerca de la disputada frontera del mar Amarillo.

Pyongyang y Seúl se acusaron mutuamente de haber iniciado el ataque. Corea del Norte incluso advirtió de un contrataque si su vecino se atreve a invadir su territorio, así sea por milímetros. A su vez, Corea del Sur amenazó con una enorme represalia y suspendió la ayuda humanitaria prometida a su vecino del norte tras las inundaciones del verano pasado.

Se trata del segundo incidente de tensión en lo que va del año, desde que el 26 de marzo una corbeta sudcoreana fue hundida con saldo de 46 marineros muertos, ataque del que se acusó a Norcorea, cuyo gobierno lo negó.

Observadores políticos dijeron que el de este día fue el incidente más serio desde la guerra de Corea de 1950-1953.

Estados Unidos dijo que mantendrá estrechas consultas con el ministro sudcoreano de Defensa a fin de dar una respuesta coordinada al bombardeo de Corea del Norte.

El presidente Barack Obama dijo que la comunidad internacional debe reconocer que Corea del Norte representa una amenaza seria de la cual hay que ocuparse, en entrevista con la televisora ABC.

Unos 50 obuses cayeron en la isla de Yeonpyeong, cerca de la tensa frontera del mar Amarillo. Dos marineros sudcoreanos murieron y otros 15 resultaron heridos, así como dos civiles.

En Yeonpyeong las fuerzas sudcoreanas respondieron con 80 disparos con armas K-9 de propulsión automática y se impuso una alerta militar máxima. El fuego de uno y otro lado duró poco más de una hora.

Corea del Norte acusó al vecino del sur de persistir con el plan de mantener la línea de límite al norte con buques de guerra. Además, dijo, a pesar de reiteradas advertencias, Sudcorea agrava la situación en la península al realizar el ejercicio bélico Hoguk.

Sudcorea confirmó que realizaba ejercicios militares en la zona, pero negó que haya disparado contra su vecino del norte.

Yeonpyeong está ubicada justo en el sur de la frontera declarada por la ONU luego de la guerra que culminó en 1953, pero al norte de la frontera marítima establecida por Pyongyang. El mar Amarillo ha sido escenario de cruentos enfrentamientos navales en 1999, 2002 y 2009.

Estados Unidos, que tiene 28 mil 500 tropas en Corea del Sur, condenó la acción militar, lo mismo que Rusia, China, Japón, países de Europa occidental y de América Latina como Brasil y Argentina. La Secretaría de Relaciones Exteriores de México también rechazó el ataque y llamó a ambos países a retomar el diálogo.

Se sumó a las condenas el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y se estudiaba una reunión del Consejo de Seguridad.

Estados Unidos condena firmemente el ataque en la fronteriza isla de Yeonpyeong pero dijo que era muy pronto como para considerar una respuesta militar. Aún estamos monitoreando la situación y conversando con nuestros aliados, indicó un vocero del Pentágono.

Estados Unidos quiere una respuesta mesurada y unificada de la comunidad internacional, declaró Mark Toner, vocero del Departamento de Estado. Agregó que trabajarán junto con China, Rusia, Japón y las dos coreas para resolver el diferendo del programa nuclear de Pyiongyang.

La Casa Blanca indicó que Obama hablaría pronto con su par sudcoreano para discutir la crisis.