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El estado dejó de ser un problema para México y se convirtió en una solución, señala

Veracruz, con deudas saldadas y $6,500 millones en arcas: Herrera

Hay paz y crecimiento económico, afirma el gobernador priísta en su último informe de labores

Asegura que la emergencia provocada por fenómenos climatológicos está totalmente superada

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Durante su sexto informe de gobierno, el gobernador de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán, señaló que deja el cargo con la frente en altoFoto Sergio Hernández Vega
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 16 de noviembre de 2010, p. 32

Jalapa, Ver., 15 de noviembre. Fidel Herrera Beltrán aseguró, al hacer entrega de su último informe de gobierno en el Congreso local, que Veracruz se convirtió durante su administración en una solución y no en un problema para México, pues marcó la pauta en materia financiera y desarrollo social, por lo que el próximo primero de diciembre transferirá la conducción de un estado en marcha, con paz social, que privilegia la libertad, la pluralidad y la diversidad con instituciones democráticas y libres.

También se dijo satisfecho por entregar el gobierno a su correligionario priísta Javier Duarte de Ochoa, quien iniciará funciones el próximo primero de diciembre. Dijo que su ex secretario de Finanzas es el primer mandatario que surge de una administración estatal y no es ajeno a las condiciones de la entidad ni a la gestión pública durante los seis años recientes.

Manifestó que dejará a su sucesor deudas saldadas con proveedores y contratistas, en referencia a reclamos de organizaciones empresariales que incluso amagaron con promover demandas judiciales, y ofreció dejar en caja 6 mil 500 millones de pesos para cubrir compromisos inmediatos. Puedo salir con las manos limpias y la frente en alto. Cumplí la tarea y me voy orgulloso, afirmó.

Gerardo Buganza se perfila como secretario de Gobierno

El mandatario veracruzano entregó un legajo de documentos que contienen el informe de su administración en los 12 meses recientes y dirigió un mensaje de 27 minutos en la tribuna parlamentaria, desde la que felicitó al gobernador electo, Javier Duarte, y al ex panista Gerardo Buganza Salmerón, presente en el recinto y que, según versiones insistentes, se perfila como secretario de Gobierno en la próxima administración estatal.

En su mensaje, Herrera Beltrán aseguró que deja Veracruz en marcha, con paz social que privilegia la libertad, la pluralidad y la diversidad, con instituciones democráticas y libres.

Esta fue su penúltima intervención en la tribuna legislativa, ya que regresará a comparecer antes del 30 de noviembre, una vez que concluya la glosa de su sexto informe.

Aseguró que se va con el deber cumplido, porque se hizo más de lo que se prometió y no inventé el hilo negro, y a pesar de las adversidades, Veracruz volvió a crecer.

Consideró uno de los logros más importantes de su administración el proceso para bursatilizar el impuesto sobre la tenencia o uso vehicular, que le permitió afrontar deudas recibidas en 2004, e impulsar obras de desarrollo social y combatir la desindustrialización que padecía la entidad y que estaba orillando a los veracruzanos a la migración, a vivir de remesas y el ambulantaje. Ése no era el camino.

Herrera Beltrán mencionó también las inversiones públicas y privadas en infraestructura, que ascendieron a 70 mil millones de pesos y 11 mil millones de dólares, respectivamente, lo que permitió la construcción de 500 mil viviendas de interés social y la edificación de mil 57 puentes, así como escuelas, hospitales, libramientos, complejos turísticos y carreteras, además de la creación de 750 mil empleos en los años recientes.

En educación, resaltó el apoyo a 700 mil estudiantes con becas. En referencia al niño sicario de Morelos, Herrera Beltrán afirmó que en Veracruz se comprobó que es mejor tener jóvenes becarios que jóvenes sicarios.

También resaltó la atención y recuperación de los más de 150 municipios azotados por el huracán Karl y por tormentas tropicales que desbordaron ríos e inundaron municipios enteros, entre ellas Tlacotalpan, considerado patrimonio cultural de la humanidad.

Veracruz ha afrontado el mayor número de desastres naturales en su historia, pero Tlacotalpan va a quedar mejor que nunca, igual que cada uno de los sitios donde la naturaleza se ensañó. Hace apenas 52 días era desolación y olvido, y hoy este estado recibe a miles de visitantes en los sitios donde fue golpeado y devastado, señaló.

Al final de su mensaje, Fidel Herrera aseguró que Veracruz está trabajando y en armonía, y ya nadie lo para, porque tiene un presente y un futuro promisorios.

A la sesión solemne en el recinto legislativo no acudieron los 15 diputados de la fracción parlamentaria del Partido Acción Nacional (PAN), quienes un día antes anticiparon que protestarían por los resultados de las elecciones del 4 de julio, en las que, aseguraron, Herrera Beltrán intervino de manera indebida.

Tampoco acudió al Congreso local el representante de la Presidencia de la República, Heriberto Félix Guerra, titular de la Secretaría de Desarrollo Social, cuya presencia había sido anunciada por el presidente de la mesa directiva de la legislatura, Eduardo Andrade, aunque el funcionario acudió más tarde a una reunión que Fidel Herrera tuvo con líderes de sectores sociales en el Museo Interactivo de Jalapa.

Me voy orgulloso

En ese recinto el gobernador recibió a líderes sociales, empresariales y políticos, entre ellos sus homólogos y correligionarios de Oaxaca, Chihuahua, Coahuila, Yucatán y San Luis Potosí. Allí retomó el tema político y una vez más destacó que la administración estatal será entregada su ex secretario de Finanzas y Planeación, Javier Duarte.

Yo cumplo con la tarea y me voy orgulloso con el servicio, y me voy todavía más orgulloso porque el gobernador que asumirá el cargo es por cierto el primer mandatario que surge de la administración pública estatal, reiteró.

Enfatizó: Hoy concluye en los hechos una administración que buscó gobernar cerca de los veracruzanos, como ellos lo reclamaban, para dar resultados, poder salir con las manos limpias, la frente en alto y reinsertarse en el lugar de donde salieron todos sus integrantes, con la certeza de haber hecho su mejor esfuerzo.