Opinión
Ver día anteriorJueves 24 de junio de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Ciudad Perdida

La calle Cuevas, otro flanco por abrir

Todo por un minuto de tele

P

or si no fuera suficiente con el lío que se ha armado por la posible construcción de la supervía en Álvaro Obregón y Magdalena Contreras, ahora el Gobierno del Distrito Federal se echó encima a los habitants de San Ángel, porque las autoridades delegacionales decidieron cambiar el nombre de la calle más simbólica de esa parte de la ciudad, Altavista, por el del pintor José Luis Cuevas, en un acto que, nos dicen, se efectuará el próximo sábado.

El problema es que ninguna de las organizaciones vecinales importantes de la zona fue consultada para que el cambio de nombre se efectuara en acuerdo con los residentes de San Ángel, y para este sábado, si se insiste en la imposición, Marcelo Ebrard y Eduardo Santillán, jefe delegacional de Álvaro Obregón, recibirán como sorpresa el rechazo de los colonos a este cambio que consideran una falta de respeto a los habitantes de Altavista y una desobediencia a la ley.

Hasta donde se sabe, el artista plástico donará una serie de esculturas a la delegación, que serán exhibidas al aire libre en esa vía, y por esa razón se le concederá el honor de que la calle más importante de la delegación, según confirman los mismos vecinos, cambie de nombre para imponer el de José Luis Cuevas.

Aunque los vecinos no cuestionan la importancia del trabajo del artista, aseguran que no existen motivos para que se retire el nombre que hasta ahora lleva esa calle, que tiene oficialmente, según nos dicen, desde 1934. Ya en otras ocasiones se ha tratado de renombrar esa vía. Alguna vez a alguien se le ocurrió que en lugar de Altavista se llamara Daniel Cosío Villegas, lo cual no prosperó por la oposición de los vecinos.

Ahora, aun en contra de lo expresado el sábado 12 junio por el jefe delegacional, quien aseguró que la avenida Altavista conservará el nombre porque la idea fue convertir ese espacio en una galería escultórica, donde el museo José Luis Cuevas organizará exposiciones temporales, el tramo que va de avenida Revolución a Periférico llevará el nombre del creador visual.

Para Santillán, quien seguramente ignora que ya se ha intentado renombrar esa avenida, sin éxito, ofrecer a Cuevas inscribir su nombre en las láminas que identifican esa vía sería un “detallazo. Y lo anunció así, sin siquiera poner sobre aviso a los vecinos, que ahora juran que, de imponerse el detallazo, ellos mismos arrancarán de las esquinas de la avenida las láminas con el nombre de Cuevas, e insisten, no por lo que el artista significa, sino por la terrible falta de respeto a la historia de aquella vía, y principalmente a quienes habitan en ella.

No sabemos si Marcelo Ebrard está al tanto de la voluntad de los vecinos de Altavista, pero ya sería tiempo de que se enterara de ello el próximo sábado.

El Comité Vecinal de San Ángel Inn, el Patronato para la Conservación de San Ángel –no estamos seguros de que sea el nombre exacto– y el Comité Vecinal Altavista-San Ángel seguramente le harán saber su rechazo total a esa imposición.

Entonces se abre un nuevo conflicto para el Gobierno del Distrito Federal con sus habitantes, y la idea que corre ahora entre mucha gente es que desde el gobierno de Marcelo Ebrard lo que cuenta es el relumbrón, el motivo para darse publicidad, pero no la gente. Vale más un minuto de tele que la voluntad popular.

De pasadita

Todo parece indicar que el gobierno de la ciudad ya olvidó quién es Carlos Ahumada, y hasta le podría condonar al estafador la pena corporal que debería purgar, a cambio de un predio que en su valor catastral no significa ni la mitad de lo que en realidad le debe a los habitantes de la ciudad de México, y que, de seguir las cosas como van, después lo entregará a algún consorcio importante de la iniciativa privada. Qué tristeza.