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Según el mayor Salvador, es muy complicado que ocurra pronto una revuelta nacional

La lucha armada, opción vigente: FARP
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Milicianos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias del Pueblo realizan un despliegue en la Sierra Madre del Sur, en OaxacaFoto Octavio Vélez
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 27 de abril de 2010, p. 32

Sierra Madre del Sur, Oax., 26 de abril. En un bosque de esta cadena montañosa, resguardado por combatientes, el mayor Salvador, miembro de la dirección nacional de las Fuerzas Armadas Revolucionarias del Pueblo (FARP), dice que la lucha armada tiene vigencia y sigue siendo una esperanza para el pueblo, pero aclara que en las condiciones actuales un esquema de lucha guerrillera similar al de los años setentas del siglo pasado no tendría cabida, por los cambios de los últimos años en el país y en el resto de América Latina.

Vestido con una casaca y pantalón verde olivo, cubierto con una gorra y paliacate del mismo color, el mayor Salvador destaca que si las organizaciones que impulsan la lucha armada “quieren seguir siendo alternativa para el pueblo, deben evolucionar y generar nuevas formas y mecanismos para desarrollar el trabajo político y militar, porque de lo contrario se caería en la inacción el estancamiento o, lo que es peor, el retroceso. Se hace necesario adecuar la estrategia y táctica a las condiciones de esta realidad que cambia tan vertiginosamente.

Vemos muy complicado que esté a la vuelta de la esquina un levantamiento nacional generalizado y permanente, aunque tampoco esa posibilidad es absoluta. Recordemos que nadie en su sano juicio imaginó el movimiento popular-magisterial de 2006 en Oaxaca.

–Se ha dicho que puede darse un levantamiento armado por la conmemoración del bicentenario de la Independencia y del centenario de la Revolución.

–Los fenómenos sociales y políticos son consecuencia de la lucha de clases, son manifestación de la misma. Si se da algún levantamiento local, regional o nacional será por el acelerado exacerbamiento de las condiciones de desigualdad. La revolución no es una fiesta y estamos plenamente conscientes de ello. Nosotros nos estamos preparando cotidianamente, creando estructuras políticas y militares, tratando de generar cuadros capaces de ser partícipes de una insurrección. Trabajamos para confluir en una lucha popular donde participen las masas y también distintos grupos armados.