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En vigor, la nueva doctrina militar rusa; le preocupa la OTAN

Rusia amenaza con usar su arsenal atómico como respuesta a agresión
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El presidente ruso Dimitri Medvediev (centro), en el Kremlin durante una reunión con embajadoresFoto Reuters
Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 6 de febrero de 2010, p. 17

Moscú, 5 de febrero. Rusia se reserva el derecho de asestar un golpe nuclear como respuesta a cualquier agresión foránea con igual tipo de armamento devastador y, en determinadas circunstancias, incluso si el ataque en su contra es con armas convencionales.

Es una de las tesis medulares de la nueva doctrina militar de Rusia –según se desprende de las 14 páginas que son del dominio público, pues contiene también anexos secretos– que entró en vigor este viernes, tras meses de intensos debates en el Consejo de Seguridad de Rusia, instancia consultiva del Kremlin.

La controversia principal entre los miembros del consejo era, conforme a lo que llegó a trascender a cuentagotas en la prensa local, la posibilidad de que Rusia se arrogara el derecho a dar golpes nucleares preventivos en caso de amenaza a la seguridad nacional.

Ante la ambigüedad del condicionante, prevaleció finalmente la opinión de los partidarios de otorgar a la nueva doctrina militar un inequívoco carácter de contención.

Por lo mismo, se estipula que Rusia debe emplear las armas nucleares sólo en respuesta a un ataque con armamento similar desde el exterior, o si es con armas convencionales, cuando se ponga en peligro la existencia del Estado.

El documento castrense, cuya aprobación se pospuso desde diciembre pasado, se dio a conocer este viernes en un contexto de suyo contradictorio.

Por un lado, después del enésimo anuncio de que Rusia y Estados Unidos ya casi terminan de negociar un nuevo pacto de desarme nuclear, si bien siguen sin fijar fecha para su firma.

Y por el otro, después de la creciente preocupación que despiertan en Moscú los planes de instalar componentes del escudo antimisiles de Estados Unidos ahora en Rumania y en el Mar Negro –en lugar de la estación de radares en la República Checa y de los 10 interceptores en Polonia–, así como misiles estadunidenses Patriot en territorio polaco muy cerca de la frontera con Rusia.

No es fortuito que, al enumerar 11 amenazas militares foráneas, la doctrina militar rusa apunte en primer lugar la intención de conferir al poderío bélico de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) funciones globales, que se pretenden cumplir en detrimento de normas del derecho internacional, así como acercar la infraestructura militar de la OTAN a las fronteras con Rusia mediante su expansión (hacia el este).

Ligado a esto, como otra de las mayores amenazas, nada gusta a Moscú el despliegue de sistemas de defensa antimisiles, que ponen en entredicho la estabilidad global y afectan la correlación de fuerzas estratégicas, en alusión al escudo de Estados Unidos en Europa.

También se mencionan la proliferación nuclear, el terrorismo, las disputas territoriales, el emplazamiento de tropas extranjeras en países colindantes con Rusia, el uso de la fuerza sin autorización del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y el incumplimiento de los acuerdos en materia de reducción de armamentos, entre otros peligros externos.

Entre las amenazas internas, se consideran un golpe de Estado, la violación de la soberanía y de la integridad territorial de Rusia y los intentos de desorganizar el funcionamiento de las dependencias del Estado, de importantes instalaciones militares y de la infraestructura de información del país.