Economía
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Prevén que la recesión terminará cuando el país crezca dos trimestres consecutivos

México todavía no ha salido de la crisis, advierten analistas

El primer semestre de 2009, una de las peores épocas por las que ha atravesado: experto de Ixe

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Ofertas para contrarrestar las bajas ventas en el Centro Histórico de la ciudad de MéxicoFoto Francisco Olvera
 
Periódico La Jornada
Domingo 22 de noviembre de 2009, p. 23

México todavía no logra salir completamente de la crisis, aseguraron analistas financieros, quienes consideraron que el país ya no estará en recesión cuando se registren dos trimestres consecutivos de tasas de crecimiento positivas, acto que se espera se pueda observar en la primera mitad de 2010.

Estimaron que la economía mexicana registrará una caída en 2009 de entre 7 y 7.3 por ciento.

Este viernes el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reportó que la economía mexicana se contrajo en el tercer trimestre de este año 6.2 por ciento respecto del mismo periodo del año anterior, con lo que acumuló cuatro trimestres consecutivos de caída. Sin embargo, el organismo detalló que el producto interno bruto (PIB) de México reportó un avance de 2.93 por ciento comparado con el segundo trimestre de este año.

La mayor caída, en comercio

Las tasas anuales de la mayor parte de los componentes del PIB fueron negativas, destacando por su magnitud la caída en la actividad comercial (16.3 por ciento). El PIB de transporte, correo y almacenamiento se contrajo 7.2 por ciento, en especial el deterioro en la parte de autotransporte de carga.

Los servicios inmobiliarios y de alquiler cayeron 3 por ciento anual, mientras que los de alojamiento temporal y de preparación de alimentos y bebidas retrocedieron 8.3 por ciento en términos anuales. La actividad del sector agropecuario retrocedió 1.1 por ciento.

Los especialistas del grupo financiero Invex recordaron que el primer semestre de 2009 fue, por mucho, una de las peores épocas por las que ha atravesado la economía mexicana en varios años. Consideraron que la actividad económica probablemente comenzó a recuperarse a partir del tercer trimestre; sin embargo, todavía se espera un ligero ajuste en el periodo octubre-diciembre para luego observar tasas de crecimiento moderadas durante todo 2010.

Por su parte, los expertos de Santander explicaron que varios son los elementos que resultaron en una severa contracción de la actividad económica en 2009 y la crisis global. Primero, la amplia correlación con el ciclo industrial en Estados Unidos y la producción de manufacturas en México. Por ejemplo la fuerte presencia de la industria automotriz en México de las principales empresas estadunidenses y otras.

Durante enero-septiembre la producción industrial en Estados Unidos registró una contracción de 11.4 por ciento anual y la producción manufacturera en México retrocedió 13.4 por ciento anual en el mismo lapso.

En segundo lugar es por demás evidente que nuestro principal mercado de exportaciones (petroleras, agropecuarias, mineras, manufactureras), así como de nuestros servicios no factoriales (turismo) es Estados Unidos. Está por demás hacer el recuento de los daños con la contracción más severa del mercado estadunidense en al menos los pasados 50 años.

Los especialistas comentaron que hubiese sido irresponsable asumir una política de expansión del déficit fiscal con el supuesto argumento contracíclico de impulsar la demanda interna. Ello habría resultado en un acelerado endeudamiento y la percepción de que en las condiciones actuales del sistema tributario, la posición de las finanzas públicas no sería sostenible.

Ello conduciría a presiones en el tipo de cambio, mayor inflación y al final mayor contracción de la actividad económica. Algo similar habría resultado de aplicar una política monetaria irresponsable que sólo hubiera conducido a presiones inflacionarias sistemáticas.

En todo caso, agregaron, lo que debemos reflexionar como sociedad (y no sólo los responsables de la política económica) es porque hemos elegido mantener por décadas una estructura de ingresos no- petroleros del sector público por demás débil, comparativamente a lo que hicieron otras economías en el transcurso de los años.