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Fábula fantástica de Terry Gilliam, última en la que participó el fallecido Heath Ledger

The Imaginarium of Dr. Parnassus, alivio al tono violento de Cannes

Johnny Depp, Colin Farrell y Jude Law se encargaron de sustituir al actor australiano

Fue una ardua labor llenar el vacío que dejó, pues irradiaba mucha energía, reconoció el cineasta

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De izquierda a derecha, los productores Víctor Hadida y Amy Gilliam, la actriz Lily Cole, el director británico Terry Gilliam y el productor Samuel Hadida. Abajo, los actores Verne Troyer y el joven Andrew GarfieldFoto Ap
Especial
Periódico La Jornada
Sábado 23 de mayo de 2009, p. 7

Cannes, 22 de mayo. Sangre como si lloviera, cuerpos descuartizados, cadáveres en descomposición, sexo violento y específico, genitales mutilados, vampiros asesinos y con sotana, violencia por doquier.

El caos reina, como dijo Lars Von Trier, y el horror impera. El recuento de las imágenes impactantes de esta edición de Cannes, en su recta final, resulta realmente escalofriante. Pero, si le ponemos optimismo al asunto, podemos verlo desde este punto de vista: un festival dark, propicio para estos tiempos de crisis, donde se busca exorcizar los miedos reales con miedos imaginarios, cada vez más fuertes.

Las películas que nos han hecho sonreír se cuentan con los dedos de una mano. El resto han sido historias dedicadas a aquellos estómagos de hierro. Encabeza el inventario el maestro del horror Sam Raimi, que con Drag me to Hell ha vuelto a hacer lo que más le gusta: aterrorizar al prójimo.

Lo mismo, pero en otro género, es la carnicería del filipino Brillante Mendoza, que en Kinatay nos somete al horroroso y sádico proceso de tortura a una prostituta, para luego, viva, descuartizarla y envolverla en celofán, pedazo por pedazo, para que no queden rastros de la barbarie.

Tampoco olvidemos al fantasmagórico imaginario del coreano Park Chan-Wook, con su extremo Thirst. El cura vampiro con crucifijo, que mata para beber la sangre que le dará la vida eterna, pero que, a su vez, le provoca obsesión con el sexo desenfrenado. Y si esto lo hace un cura, imaginemos el Anticristo, encarnado en una mujer que castra literalmente a su marido, que es también su terapeuta, con un tronco de leña. Mejor ahorrarse lo que sigue en esta pesadilla firmada por Lars Von Trier, quien ha admitido no estar ahora en tan buen estado mental. Aunque con cinismo y humor, pero siempre violenta, cabe recordar a los Inglorious Bastards, de Quentin Tarantino, quienes, capitaneados por Brad Pitt, se encargan de cortar cuantos cráneos nazis puedan.

Quizá por eso, la creatividad visual de Terry Gilliam, único miembro estadunidense del grupo Monty Python, plasmada en The Imaginarium of Dr. Parnassus, fue recibida en Cannes con aplausos y emoción.

Se trata de una fábula fantástica, ambientada en el presente, que cuenta la historia de un mago viajero que ofrece a sus clientes mucho más de lo que pueden esperar. Un universo de personajes bizarros que cobra vida en esta sucesión de imágenes de inspiración entre pictórica y cinematográfica, que derrocha creatividad. Es que la imaginación es nuestro mejor modo de expandir nuestra mirada al mundo, afirmó contento el realizador, autor de obras como Brazil y Doce monos.

Representa la eterna lucha entre el bien y el mal, como todos los cuentos de hadas; al fin y al cabo, el uno no existe sin el otro, explicó.

Homenaje a Ledger

Es la última aparición cinematográfica de Heath Ledger, quien falleció a medio rodaje de la película y dejó inconclusa esta nueva aventura de Gilliam. Estuve a punto de cancelar la película, pero el equipo me convenció de que podíamos acabarla; me dijeron que sería un bastardo si no lo hacía, aseguró, mientras sonreía satisfecho.

Johnny Depp, Colin Farrell y Jude Law se las ingeniaron para sustituirlo; recurrieron a transformaciones físicas del personaje de Ledger a través del tiempo. Fue un arduo trabajo llenar el vacío que dejó, pues Heath irradiaba mucha energía, nos estimulaba siempre y era brillante en su actuación, prosiguió.

Así, tres de los mejores actores de Hollywood rindieron homenaje al australiano, predestinado a convertirse en leyenda. Las tres estrellas donaron su salario a la hija que Ledger procreó con Michelle Williams, y la cinta, que costó 23 millones euros, se concluyó.

El personaje de Ledger, quien impresiona por su impecable acento británico, fue inspirado en el propio Tony Blair. “El amigo Tony… qué actuación la suya como mediador en Medio Oriente. Bombardean Gaza y él da palmadas en el hombro a Bush”, ironiza Gilliam.

Lo que me preocupaba en realidad era que ésta, la última película de Heath, terminara de manera digna, que él quedara bien, concluyó el cineasta.