Antes de fallecer, Mario Benedetti ultimaba detalles de un nuevo poemario, en el que manifestaba su fascinación por la vida, los libros y la muerte.

Su agente y amigo, Guillermo Schavelzon, adelantó ayer al diario catalán La Vanguardia que se deberá esperar un tiempo para ver todo el material y qué se hace con él. En principio, no va a aparecer ninguna cómoda con nuevos textos inéditos, más allá de este libro. Lo sé porque él me iba enviando cada poema que terminaba.

En una de sus últimas creaciones, titulada Libros, Benedetti afirma: Quiero quedarme en medio de los libros/ viajar con Roque Dalton con/ Vallejo y Quiroga/ ser una de sus páginas/ la más inolvidable y desde allí juzgar al pobre mundo.

Tal vez sintiendo la proximidad de la muerte, también escribió versos introspectivos sobre la naturaleza misteriosa de la existencia.

En el poema Entre dos vacíos plasma este sentimiento: Si uno piensa en la nada que lo precedió/ no puede evitar un desasosiego que nos va cortando tajadas de vida/ no es fácil concebir dónde están los insomnios/ las lágrimas, los goces/ todo eso que estuvo en nuestras manos/ y que creímos era para siempre.

Dicen quienes lo conocían, que Benedetti murió en realidad de amor, luego del fallecimiento de su esposa Luz, hace tres años. A ella dedicó también una de sus últimas composiciones, incluida en el libro Testigo de uno mismo (Editorial Visor): Acontece la noche y estoy solo/ cargo conmigo mismo a duras penas/ al buen amor se lo llevó la muerte/ y no sé para quién seguir viviendo.