El Correo Ilustrado
Ver día anteriorMiércoles 29 de octubre de 2025Ediciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
El Correo Ilustrado

Exige a la ONU el fin del cerco de EU a Cuba

L

a Organización de las Naciones Unidas cumplió 80 años de existencia mientras continúa la batalla contra el bloqueo comercial y financiero a Cuba. Durante más de 60 años el imperialismo estadunidense ha impulsado, de la mano de republicanos y demócratas, el bloqueo comercial contra el país caribeño que se mantiene dignamente en pie.

Las argucias o mentiras que utiliza el gobierno estadunidense son increíbles. Un ejemplo de ello es la acusación a la isla, sin pruebas, de ser un país que apoya el terrorismo y que viola los derechos humanos en su propio país.

En muchas resoluciones de la ONU, la mayoría de países han votado por el fin del bloqueo. Sin embargo Washington, que se ha autonombrado como el mandamás del mundo, veta la resolución favorable a su levantamiento, provocando que se prolongue injustamente.

Debido al bloqueo, Cuba no tiene acceso a energía y tecnología, recursos fundamentales para el desarrollo independiente del país.

El bloqueo debe terminar incondicionalmente, al igual que las falsas acusaciones que el imperialismo le imputa. La solidaridad internacional con el pueblo y el gobierno cubano se demostrará nuevamente en las votaciones. ¡Viva la revolución cubana! ¡Abajo el imperialismo!

Luis Langarica A.

Pide que autoridades consulten a ciudadanos sobre los bloqueos

¿Quién está detrás de tantos bloqueos que se realizan todos los días, en todas partes y por cualquier motivo? Sin contar con los ya cotidianos encapuchados. ¿Hasta cuándo las autoridades dejarán de tratarlos con tersura?

¿Importa más que no se llame represor a un gobierno, que el perjuicio que causan a tanta gente en sus actividades diarias? De todos modos la narrativa opositora siempre será reprobatoria. Que la autoridad consulte a la ciudadanía y actúe en consecuencia.

Juan Manuel Hernández Castillo

Exhorta a que la UNAM regrese a sus raíces

Considerando los actuales acontecimientos que están bullendo en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), pensé en sus raíces profundas e indestructibles que la han nutrido, sostenido y que continúan definiéndola, pese a todas las vicisitudes que ha enfrentado a lo largo de su historia.

¿De qué naturaleza son las fuerzas inmateriales que la mantienen de pie? Una guía es mirar a su pasado. Justo Sierra, en un fragmento de su discurso de inauguración de la UNAM, dice: “el fondo de todo problema, ya social, ya político, tomando estos vocablos en sus más comprensivas acepciones, implica necesariamente un problema pedagógico, un problema de educación”. ¿Esta es una frase iluminadora que permite arrojar luz para entender el presente no sólo en el ámbito universitario, sino los de todo el país? En efecto, ¿por qué los legisladores, cuando aprobaron la fundación de la UNAM, le añadieron el atributo “nacional”? Evidentemente este agregado encomendaba a la institución cumplir misiones con la nación. ¿Las está cumpliendo? Principalmente la relacionada con la educación para formar jóvenes, en el sentido amplio y profundo de la palabra

¿Los modelos educativos actuales –incluyendo los de la UNAM– están equipando intelectual y humanísticamente para coadyuvar a la solución de agudos problemas sociales y los retos que enfrentará el país en años venideros?

Así, ¿por qué los sistemas educativos presentes no dejan una impronta duradera en la mente de los educandos? ¿Me preguntó si estamos ante la presencia de un fenómeno social de la mengua de un pensamiento reflexivo donde la “realidad” virtual fabricada no es cuestionada, lo que podría ejemplificar que los modelos pedagógicos de enseñanza no están cumpliendo su cometido de enseñar a pensar a los jóvenes.

¿No ha llegado la hora de que la UNAM realice una profunda reflexión de las causas que la llevaron a su actual situación y regrese a las fuentes originarias que la convirtieron en la universidad de la nación?

Juan Estrada

El Issste y el pago de las jubilaciones

Muchos pensamos que el gobierno de la Cuarta Transformación cumpliría la ley, máxime que ello implicaba respetar los derechos laborales establecidos en la Constitución. La realidad es diferente, y eso duele. Para los que nos jubilamos antes del 2007, la ley del Issste era muy clara: los aumentos a las jubilaciones tenían que hacerse conforme a los aumentos del salario mínimo de la Ciudad de México. Ninguna duda en ese sentido.

Cuando cambió esa ley y se estableció que los aumentos serían conforme a las UMA, según la lógica jurídica y constitucional, los ya jubilados seguirían recibiendo sus aumentos conforme a los del salario mínimo.

Pero como dichos aumentos al salario fueron mayores a los de las UMA, el Issste decidió no pagar conforme a la anterior ley.

Muchos jubilados acudieron a demandas judiciales, y obviamente los jueces les dieron la razón y le ordenaron al instituto que pagara conforme al derecho.

Sin embargo, el Issste sigue negando ese derecho, a pesar de que se tratan de “derechos adquiridos” y no “expectativas de derechos”.

Ojalá Martí Batres, antiguo luchador de izquierda, deje las artimañas legaloides de sus asesores jurídicos y respete lo que dice la Constitución

Angel Dupuy, docente jubilado de la UNAM