Neoliberales arruinaron a Pemex // Oposición: memoria selectiva // Lorenzo Córdova, sollozante

ado que los neoliberales hundieron a Petróleos Mexicanos (la gallina de los huevos de oro se nos fue secando, se nos fue acabando, se nos acabó
, lloriqueaba Enrique Peña Nieto, como si se trata de un deceso
fortuito), los dos gobiernos de la 4T se han dedicado a reflotar a la empresa del Estado, para lo cual, ya en la administración de Claudia Sheinbaum, se ha puesto en marcha la estrategia integral de su capitalización y financiamiento para los próximos 10 años.
En días pasados, tanto la mandataria como los titulares de Hacienda, Energía y Banobras detallaron en qué consiste tal estrategia, pero en buena medida omitieron la razón por la cual los neoliberales hundieron a Pemex (siempre con el objetivo de privatizar a la gallina de los huevos de oro
, que ellos mismos declararon muerta
) y en qué condiciones la dejaron al momento en que la 4T llegó a Palacio Nacional.
Con la tecnocracia privatizadora en Los Pinos, todos los indicadores petroleros benéficos para el país, productivos y financieros, se desplomaron. En cambio, de forma por demás brutal, aumentaron deuda, importación de combustibles, gasolinazos, huachicol, privatizaciones, importación de crudo (por primera vez desde 1974), corrupción galopante y demás gracias, de tal suerte que la empresa del Estado cayó en picada, inducida por los neoliberales privatizadores.
Ahora, con el reflotamiento de Pemex, quienes lo arruinaron son los primeros en cuestionar la estrategia y en denunciar
el inútil rescate de un cadáver
(la famosa gallina), porque, dicen, es una sangría de recursos públicos (obviamente olvidan
el Fobaproa y tantos otros rescates benéficos para el gran capital).
Más allá del brutal aumento de la deuda de Pemex, que los tecnócratas llevaron a niveles prácticamente impagables, y el constante deterioro de la infraestructura productiva de la ex paraestatal, el siguiente recuento ayuda a entender de qué magnitud fue el daño provocado por seis gobiernos neoliberales al hilo, que no sólo afectó las finanzas de la empresa del Estado, sino el bolsillo de todos los mexicanos.
De acuerdo con la estadística de la Secretaría de Energía, en enero de 1990 por primera vez México importó gasolina (hasta esa fecha, el país fue autosuficiente): 16 mil barriles por día, volumen que al finalizar el sexenio salinista creció hasta 39 mil barriles (cerca de 145 por ciento de aumento). En el caso del diésel, su adquisición foránea comenzó en diciembre de 1995, con Ernesto Zedillo en Los Pinos: alrededor de 13 mil barriles diarios, justo cuando la importación de gasolina había crecido a cerca de 85 mil barriles (volumen 2.2 veces mayor al legado por Salinas de Gortari).
Con Vicente Fox en Los Pinos, nuestro país ya importaba 107 mil barriles diarios de gasolina y 30 mil de diésel, y al pasar la batuta a Felipe Calderón, el volumen ascendía a 171 mil barriles por día, que a su vez Borolas incrementó a 530 mil barriles de gasolina y 199 mil de diésel, sólo para que Enrique Peña Nieto lo elevara a 615 mil y 262 mil barriles, respectivamente. Sólo con estos tres impresentables, México gastó alrededor de 262 mil millones de dólares en importación de combustibles.
Así, de Salinas de Gortari a Peña Nieto, la importación de gasolinas se incrementó 3 mil 800 por ciento, y la de diésel, 2 mil 15 por ciento. El periodo de mayor aumento en este renglón fue el de la docena trágica panista (Fox y Calderón). En cambio, de acuerdo con la Secretaría de Energía, en los primeros tres años del sexenio de Andrés Manuel López Obrador, la importación de gasolina se redujo en alrededor de 45 por ciento y la de diésel en cerca de 67 por ciento, amén de que el país contó con dos refinerías adicionales (Olmeca y Deer Park) para procesar el crudo nacional.
En cinco gerencias neoliberales (CSG a EPN), de las arcas nacionales salieron alrededor de 366 mil millones de dólares (alrededor de 7 billones de pesos al tipo de cambio actual) por importación de combustibles, con un incremento en el periodo de 2 mil 200 por ciento. Y como éste, mil ejemplos más que olvidan
los hoy gritones.
Las rebanadas del pastel
Muy gallito a la hora de agredir a los pueblos originarios, hábil en los enjuagues electorales, cara dura a la hora de embolsarse cantidades multimillonarias por su retiro
del INE y descarado si de chanchullos en el Instituto de Investigaciones Jurídicas se trata, pero el hoy sollozante Lorenzo Córdova resultó de piel muy suave cuando públicamente se denuncian sus tropelías. Y qué mejor que sus amigos
de la actual Suprema Corte de Justicia de la Nación para encubrirlo.
Twitter: @cafevega