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Infancia y sociedad

Paulo Freire sigue vivo

E

l proceso educativo es sobre todo ético, aseguraba el gran pedagogo brasileño. Exige de nosotros constantes pruebas de seriedad. Una buena cualidad del profesor o profesora es dar testimonio a los alumnos de que la ignorancia es el punto de partida de la sabiduría; que equivocarse no es un pecado, sino que forma parte del proceso de conocer, y que el error es un momento en la búsqueda del saber.

Paulo Freire (Brasil 1921--1997) es uno de los más destacados pedagogos del siglo XX. Con su pedagogía del oprimido llevó a los analfabetas a la complejidad del conocimiento como primer paso para ensanchar sus horizontes, recuperar la dignidad y construir su futuro. En Brasil creó 20 mil Círculos de Cultura, donde 2 millones de personas aprendieron a leer y escribir a partir de su propia realidad. Sacudió a las estructuras del poder y trascendió a nivel mundial. Sufrió prisión y persecución política. Fue vituperado por los extremos ideológicos de derecha y de izquierda que decidieron el absurdo de declararlo pasado de moda.

Freire recibió el Doctorado Honoris Causa en 27 universidades de todo el mundo; sus libros, indispensables todavía para los educadores, tuvieron el honor de ser prohibidos y quemados por diversas dictaduras militares. Freire fue una figura paradigmática de los años 70, sus prácticas y su pensamiento fueron un reto para miles de latinoamericanos en el ámbito de la educación y de luchas políticas y sociales.

Freire nos enseñó que somos incompletos, inacabados o inconclusos, y que tomar conciencia de ello da lugar a la educabilidad del ser. Intervenimos en el mundo a través de nuestra práctica concreta, y de la responsabilidad. Justamente, en la medida en que nos asumimos capaces de cambiar el mundo, de hacerlo más bello o más feo, nos volvemos seres éticos. Los árboles o los otros animales también son incompletos, pero no tienen conciencia de ello. Los seres humanos sabemos que somos inacabados. La educación es entonces una especificidad humana.

Con 4 millones de analfabetas mexicanos menores de 19 años y, según datos de la Unesco, con 861 millones de analfabetas en el mundo y 113 millones de niños sin escolarizar, Freire es un gran faro para la educación popular con su pedagogía del oprimido, su pedagogía crítica y su pedagogía de la indignación.