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Luego de 33 años consigue el Scudetto

¡Locura en Nápoles! El Chucky Lozano se corona en Italia

Conquista su tercer título, el primero desde la era Maradona

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▲ La sureña ciudad se volcó en una gran fiestaFoto Afp
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▲ Hirving Lozano, quien felicita al goleador Victor Osimhen, se convirtió en el primer mexicano en ser campeón en el calcio.Foto Afp
 
Periódico La Jornada
Viernes 5 de mayo de 2023, p. a12

Udine. La ciudad de Nápoles se tiñó de azul y gloria. Los aficionados esperaron 33 años para levantar un tercer título de la Serie A con Los Partenopeos, desde que Diego Maradona les regaló un Scudetto, y ahora el festejo que se había aplazado desde hace unos días se concretó. Como toque tricolor, Hirving Lozano se convirtió en el primer mexica-no en ser campeón del calcio.

Con las calles ya adornadas desde hace días en espera del título, los seguidores del Nápoles vivieron las recientes jornadas del torneo entre los altibajos de la ilusión y la angustia. Ayer, la congoja de los hinchas se transformó en un súbito grito de frenesí. Un empate 1-1 del equipo de Luciano Spalleti en casa del Udinese los convertía en campeones.

Nunca una igualada había dejado esa estela de honra y deleite en Nápoles, ciudad que respira futbol. El resultado bastó para que los napolitanos llegaran a 80 puntos, 16 más que la Lazio (2ª), la cual ya no puede alcanzarlos cuando faltan cinco jornadas para el final del torneo –un máximo de 15 puntos en juego–.

Evocar las hazañas de Maradona fue inevitable. Se trata del primer cetro de la Serie A conseguido por el conjunto napolitano desde que El Diez lo condujo con su prodigiosa pierna zurda a los úni-cos dos campeonatos de su historia, en 1987 y 1990.

Nadie apostaba por el Nápoles como candidato al inicio de la campaña tras las salidas del ex capitán Lorenzo Insigne, el goleador histórico Dries Mertens y el central Kalidou Koulibaly.

Pero el nigeriano Victor Osimhen, el jugador más caro en la historia del Nápoles tras un fichaje de 50 millones de dólares, se transformó en el goleador más temido de la liga. El georgiano Khvicha Kvaratskhelia, con sus mágicos pies, hizo olvidar a Insigne y se erigió como una de las mayores revelaciones de esta temporada.

“Nadie se merece el Scudetto más que nosotros. No éramos los favoritos en el inicio de la temporada, no muchos creían, pero el equi-po ha sabido estar unido”, celebró Osimhen, quien llegó a 22 tantos en el torneo y dejó en duda su continuidad con el club.

El Nápoles había desperdiciado el pasado domingo la posibilidad de asegurar el título en su propio estadio Diego Maradona. Necesitaba ganar, pero apenas empató 1-1 ante la Salernitana en un clásico. Pudo haber sido campeón el miércoles sin jugar, si la Lazio no hubiera ganado 2-0 al Sassuolo. Ahora, en el Dacia Arena, casa del Udinese, sólo le faltaba un punto para el cetro.

En las callejuelas del centro de Nápoles, varios grupos de hinchas se habían reunido para ver el partido ante el Udinese por televisión en terrazas instaladas en las plazas y frente a las iglesias. Alrededor de 55 mil aficionados se habían congregado en el estadio Diego Maradona para seguir el partido por pantallas gigantes.

Temblaron primero cuando el austriaco-esloveno Sandri Lovric mandó un tiro cruzado al minuto 13 para que el Udinese se adelantara en el marcador.

El Nápoles tuvo que esperar a la segunda mitad para equilibrar el partido. En un tiro de esquina, Khvaratskhelia rescató el esférico mandó un disparo que escupió el arquero Marco Silvestri; en el rechace y en medio de un barullo, Osimhen (52) no perdonó para sacudir las redes.

Lozano sale en hombros

La historia estaba sentenciada. Con el silbatazo final, una ola de seguidores saltó eufórica a la cancha para compartir el regocijo de ser campeones con los jugadores. Incluso el mexicano Hirving Lozano fue uno de los más asediados al grado de que salió entre hombros.

El rostro del Chucky reflejaba una satisfacción que se combina-ba con el escepticismo. Hace historia como el primer futbolista mexicano en ganar un título en Italia. Desde que Lozano llegó al Nápoles en 2020 vivió altibajos, pero ahora sólo podía disfrutar el ser campeón.

“Es increíble, grandísimo, hacer historia en Europa cuesta mucho y más como mexicano. Se ha logrado, lo dedico a todos los mexicanos, a mi gente más cercana y como decimos en mi país: ¡Viva México, cabrones!, gritó.

La emoción del título sólo se vio opacada por el enojo de los aficionados del Udinese, que agredieron con correas y otros objetos a seguidores del Nápoles dentro del Dacia Arena. Aunque elementos de seguridad intervinieron, hasta el cierre de esta edición no había un reporte del número de heridos.

Júbilo en el Diego Maradona

El Scudetto también le da al técnico Spalletti, de 64 años, el laurel que más ansiaba tras dirigir a la Roma y ganar dos títulos de la liga rusa con el Zenit de San Petersburgo.

Nápoles, esto es para ti, declaró Spalletti. Hay gente que podrá superar momentos difíciles en sus vidas porque recordarán éste. Ellos se merecen toda la alegría. No se equivocaba el técnico. Los fuegos artificiales y el grito de júbilo de los aficionados resonaron a más de 800 kilómetros en el estadio Diego Armando Maradona.

Atrás quedaban los años de ca-si Scudetto y, sobre todo, los de crisis deportiva, la camorra y el desahucio económico que siguieron al traumático adiós de Maradona. Además, ahora, el título de la Serie A retornaba al sur de Italia por primera vez desde que la Roma se coronó en 2001.

Transitando con nostalgia por la Serie C, el club se refundó en 2004 con la llegada del polémico productor cinematográfico Aurelio de Laurentiis. La inversión y los fichajes tardaron en dar resultados, una vez regresados a la Serie A en 2007.

Todo era pasado, ahora sólo era tiempo de gloria. Ustedes siempre me decían que queremos ganar, y lo hemos logrado juntos, dijo Aurelio de Laurentiis al dirigirse al público en el estadio Diego Maradona antes de abrazar al alcalde napolitano Gaetano Manfredi. Esta ha sido la coronación de un sueño de 33 años, afirmó.

Esto es una liberación. ¡Es algo que hay que vivir! ¡Fiesta, fiesta, fiesta! Este año es una locura, gritaba Laura Curcio en las calles de Nápoles, rodeada de otros aficionados que no paraban de grabar videos y de tomarse selfis ante la emoción del cetro que parecía imposible.