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Echan a princesa texana de villa que aloja el único mural existente de Caravaggio 
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Miércoles 26 de abril de 2023, p. 6

Roma. El asunto del Casino de la Aurora ha dado un nuevo giro en su compungida venta. Rita Jenrette (San Antonio, 1949), viuda en terceras nupcias del príncipe Nicolò Boncompagni Ludovisi –fallecido en 2018–, lo habitó por 20 años hasta el jueves pasado, cuando por orden de ejecución de la juez Miriam Iappelli fue obligada por los carabineros a desalojar el inmueble. La magnífica villa en el corazón de Roma que contiene, entre otros tesoros, el único mural existente de Caravaggio, después de más de un año de la mediatizada puesta a la venta de la misma en enero del año pasado, ha traído su historia nuevamente a los reflectores.

Las disputas entre los herederos: por una parte la texana y por la otra los tres hijos varones del primer matrimonio del marido, obligaron al tribunal de Roma a subastarla ante la imposibilidad de que ninguno de sus miembros pudiera adquirirla para resolver el contencioso. Si bien el consorte dejó en el testamento la voluntad de que Rita la habitara hasta su muerte –como lo prevé también la ley italiana–, los hijos lo desconocieron.

El inmueble, valuado en 471 millones de euros (mde), ha sido rebajado a 140 mde tras cinco subastas desiertas, acercándose al límite mínimo de 108.5 mde. La postergación de la venta ha agudizado el conflicto entre los herederos, donde los hijos, según declaró la texana al Corriere della Sera, me están haciendo la guerra.

Visitas guiadas

El señalamiento de los mismos por supuestas irregularidades en la gestión de la mansión, siendo un bien patrimonial protegido por el Estado, determinó el desahucio por no haber mantenido la vivienda en buen estado de conservación, tras el derrumbe de un muro exterior que bloqueó la vía pública. Además, denunciaron que la mujer realizaba visitas guiadas en las que cobraba la entrada. Según declaró a la prensa uno de los hijos, durante dichas visitas pudo haberse dañado o roto alguna estatua u obra en su interior sin estar asegurada de manera adecuada. La estadunidense y sus abogados niegan esa acusación y, aunque acató la orden del tribunal, solicitó una apelación.

Los carabineros que llegaron el 20 de abril pasado a las 9 de la mañana, forzando la puerta con la ayuda de un cerrajero, obligaron a la princesa a salir del inmueble, lo que lograron después de casi tres horas. La texana, que pidió un taxi, dijo que no sabía adónde ir y definió el acto como una violencia y algo anormal para mi historia y mi edad, cerrándose una página más de esta atribulada historia.

En enero pasado, en correspondencia con la última subasta, la subsecretaria del Ministerio de Cultura Lucia Borgonzoni expresó por primera vez el interés por adquirir el inmueble y solicitó la atención de la presidenta del Consejo de Ministros, Giorgia Meloni, agregando: sería una pena que un lugar único como éste siguiera siendo privado y difícil de visitar; creo que debería ser un lugar para todos.

En una entrevista, el también subsecretario de Cultura Vittorio Sgarbi a Il Giornale dell’arte, destacó la perplejidad de querer a toda costa que el edificio pertenezca al Estado, considerando que es un bien vinculado y, por lo tanto, ya protegido, que al igual que muchos otros museos privados, como la famosa Galleria Doria Pamphilj, la Galleria Colonna o la Villa Albani Torlonia (que se puede visitar con una cita previa), es plenamente accesible al público. Sgarbi resalta el estratosférico valor de la pericia como totalmente fuera de la realidad, por no tratarse de una tela transportable, sino vinculada con el edificio. En mi opinión, el valor del inmueble está entre 30 y 40 mde.

La saga de la también llamada Villa Ludovisi sigue abierta, será el tiempo, quizá breve, el que definirá su conclusión.