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Deberíamos ser más cosmopolitas: Rafael Cadenas al recibir el Premio Cervantes

Como dijo Einstein, el nacionalismo es el sarampión de la humanidad, proclamó en su discurso // Para el poeta venezolano, nuestro idioma está muy maltrecho, sobre todo por los anglicismos que se deslizan

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▲ Rafael Cadenas recibió ayer el galardón en la Universidad de Alcalá de Henares, en Madrid.Foto Europa Press
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 25 de abril de 2023, p. 5

Madrid. A sus 93 años, con andar inseguro pero palabra firme, el poeta Rafael Cadenas se convirtió en el primer escritor venezolano en ser galardonado con el Premio Cervantes, el más importante de la literatura en español. En su discurso, lleno de referencias a sus grandes maestros de las letras, como Walt Whitman o Rainer Maria Rilke, el también ensayista y profesor hizo un alegato en favor del mundo cosmopolita y de la democracia, y alertó contra los nacionalismos.

En el paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares se celebró la sesión solemne más importante del año, sobre todo en este, en el que por fin se logró llevar a cabo de forma presencial la ceremonia de entrega del Cervantes, interrumpida durante tres años por los efectos de la pandemia, y después porque los premiados no tenían la posibilidad de viajar hasta Madrid para recibir el galardón. Los últimos tres no pudieron recibirlo de manos de los reyes de España, quienes, en calidad de jefes del Estado, presiden la sesión solemne, y que fueron: Joan Margarit, poeta catalán, que tuvo que recibir el premio en su domicilio al coincidir con el peor momento de la pandemia, durante el confinamiento; Francisco Brines, poeta valenciano que murió unos meses antes de la ceremonia, y la poeta uruguaya Cristina Peri Rossi, quien vive en Barcelona pero que por su estado de salud no puede salir de su casa.

Así que este año, incluso con un precario estado de salud que le impide estar de pie durante mucho tiempo o caminar sin ayuda, el poeta venezolano sí asistió al paraninfo de la universidad madrileña y subió al atril, desde el que pronunció el que tal vez se convierta en uno de sus discursos más importantes, con el que entra en los anales de la literatura en lengua española, al compartir galardón con algunos de los escritores más importantes de la historia, como Jorge Luis Borges, Octavio Paz, Dámaso Alonso, Rafael Alberti, Carlos Fuentes, Sergio Pitol, José Emilio Pacheco, Elena Poniatowska y Fernando del Paso.

En su discurso, Cadenas exaltó el personaje de Cervantes, el Quijote, pero sobre todo se fijó en su fiel escudero, el que, según él, representa al mundo real. Hoy la desventura es intensa, aunque no a causa de guerra alguna, dijo el escritor para resaltar varios de los vínculos que tiene con España y con su larga historia de exilios y migraciones, como el idioma, la literatura española, de la que se confesó lector asiduo, y los viajes que hizo con su esposa, Milena, cuyo abuelo era procedente de las islas Canarias.

Cadenas explicó que durante su juventud fue alumno de tres profesores que tuvieron que exiliarse de España durante la guerra civil: Sufrieron un poco conmigo, pues no fui buen estudiante. Sobre todo descuidé las materias científicas, lo cual lamento, pues la física cuántica, por ejemplo, ha restaurado el insondable misterio del cosmos; es una revolución. En suma, esa fue la mejor época de nuestra educación.

Habló de la Universidad Central de Venezuela, casa de estudios en la que fue profesor por muchos años. Afortunadamente, pese a no estar bien desde hace tiempo, sigue siendo plural. Una que sea para adoctrinamiento deja de ser universidad, afirmó, tras recordar la desalentadora opinión de Karl Jaspers respecto de que no existe ninguna concepción del mundo valedera, lo cual nos deja a la intemperie, pero a la vez nos fuerza a indagar. Jaspers tenía dos temores: al totalitarismo y a la bomba. En este tiempo aquél avanza, y ésta ha crecido ante el crecimiento de la próspera industria armamentista.

Cadenas expresó también su opinión sobre el nacionalismo tomando de referencia a Cervantes: La impronta del Quijote estuvo en los creyentes de la utopía que arreglaría todo y terminó en un desengaño. Es sabido que nacionalismos, ideologías y credos dividen a los seres humanos. Pero en este tiempo, el mundo, gracias al desarrollo de la comunicación, debería ser cosmopolita. Ya en cierto modo lo es, pero a ello se oponen los factores que he mencionado, sobre todo el nacionalismo, que, según Einstein, es el sarampión de la humanidad.

Cadenas también criticó la deriva de nuestra lengua, en ocasiones con el beneplácito o la connivencia de los académicos: Nuestro idioma está muy maltrecho, afectado sobre todo por traducciones del inglés en la televisión y otros medios. Antes, a comienzos del siglo XX, los académicos se enfadaban con los galicismos; los que se deslizan hoy en nuestro vivir son los anglicismos.

Finalmente, el poeta citó a George Orwell para explicar al mundo actual: El caos político guarda relación con la decadencia del lenguaje; podríamos conseguir alguna mejora si empezáramos por lo verbal. La palabra tiene sus limitaciones y ella no es el objeto que designa: decimos fuego sin quemarnos. Tampoco va al paso de la realidad. Ésta cambia constantemente, pero no la palabra.

También dedicó unas palabras de aliento a su amigo y admirado escritor nicaragüense Sergio Ramírez, expatriado de su país por el régimen de Daniel Ortega y a quien deseó que pronto pueda regresar a su país. Por eso finalizó su discurso con una cita, de nuevo, alusiva al Quijote: “Cervantes fue gran defensor de la libertad. Recordaré sus palabras muy conocidas, aunque deberían difundirse más. Colocarlas, por ejemplo, en los escudos de los países. Dice don Quijote: ‘La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a un hombre’”.