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De la otra ciudad

Cooperativa familiar crea centro agroturístico

La visión empresarial no está peleada con la ambiental en Xochimilco

Ofrecen recorridos, baños de temazcal, campismo y platillos locales con hortalizas sembradas en chinampa

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▲ German Díaz, su esposa Silvia Guerra y su hija Tania Marcela integran la Cooperativa Tlazocihualpilli, ubicada en Xochimilco, donde ofrecen paseos, baños de temazcal y alimentan a los turistas con productos de su propia chinampa.Foto Roberto García Ortiz
 
Periódico La Jornada
Domingo 16 de abril de 2023, p. 25

Contar con licencia de suelo para un centro agroturístico en área natural protegida, además de utilizar biotécnicas a fin de preservar y restaurar el ecosistema, permitieron vincular a la familia Díaz Guerra con organizaciones ambientalistas que impulsaron su empresa cooperativa al adoptarla como su proveedora de servicios dentro de la zona chinampera en Xochimilco.

La Cooperativa Ecoturismo Tlazocihualpilli ofrece recorridos en canoa, campismo, temazcal y la riqueza culinaria de la región, así como actividades de educación ambiental con el rescate de prácticas tradicionales de la agricultura chinampera y la aplicación de nuevas técnicas como los cultivos agroecológicos, biofiltros, compostaje, baños secos y regadera con biodigestor.

Germán Díaz Jiménez y su esposa Silvia Guerra, nativos del barrio de Caltongo y el pueblo de Santa María Nativitas, respectivamente, concibieron el proyecto hace 11 años, por lo que se constituyeron como empresa cooperativa e intentaron obtener un apoyo del gobierno de la ciudad, pero al ser rechazada su solicitud continuaron sus actividades: él en su empresa contratista especializada en instalaciones eléctricas y ella en servicios de cocina.

La chinampa, con una superficie de 6 mil metros cuadrados dentro del paraje Atizapán, la adquirieron hace más de 15 años para crear un centro ceremonial con servicio de temazcal; si bien mantuvieron actividades y compraron su primera canoa hace cinco años con el fin de recorrer los canales, fue hasta que Silvia decidió dejar su trabajo en 2020 que consideraron impulsar el proyecto y dedicarse 100 por ciento a la cooperativa.

Entonces volvieron a buscar apoyo del gobierno local por medio del Programa Social de Fomento, Constitución y Fortalecimiento de las Empresas Sociales y Solidarias de la Secretaría del Trabajo y Fomento al Empleo, el cual obtuvieron el año pasado para continuar el equipamiento de la cooperativa con una desmalezadora, herramientas y una canoa.

Lograron vincularse con organizaciones como Pronatura, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo El Ahuehuete, así como la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural del gobierno capitalino, que contratan sus servicios y usan el lugar para impartir cursos y talleres, por lo que ahora tienen tres canoas que les permiten trasladar a la chinampa a medio centenar de personas.

La cooperativa está integrada además por Tania Marcela, Ihuitzin y Eptzin Díaz Guerra, hijas de Silvia y German, así como las hermanas de éstos, Benita Guerra y Margarita Díaz. Tania, quien es contadora y se encarga de las finanzas de la empresa, explicó que están por comenzar a utilizar las redes sociales para dar a conocer sus servicios, ya que sólo se les puede contactar por teléfono y WhatsApp al 55 7456 6581 y 22 2150 4835. En tanto, la satisfacción de sus clientes ha sido su único medio de promoción al recomendar el servicio o regresar con más personas.

Germán reconoce que uno de los principales atractivos del centro es la comida que prepara Silvia con productos de la misma chinampa, como la ensalada de lechuga con betabel chioggia, a la que añade mango, jícama y ajonjolí caramelizado. También son su especialidad los tamales de quelite, el tlapique de pescado o vegetariano con queso y setas, los frijoles cuatatapa con xoconostle y nopales, entre otros, y sus aguas frescas de jamaica con menta, kale con limón y chía o betabel con apio.

El recorrido en canoa hacia la chinampa comienza en el embarcadero Cuemanco, con un trayecto de 20 minutos, y otro de 40 que puede incluir un alto en la isla de la laguna Tlilac, donde se hace un ejercicio de reflexión que sensibiliza a los visitantes antes de llegar.

Germán comenta que desde allí son espectaculares los amaneceres, la puesta del sol y, si el clima lo permite, la vista de los volcanes.

El costo del recorrido en grupo es de 2 mil pesos y el precio de la comida por persona puede ser de 200 a 250, depende si piden carne; en el temazcal caben hasta 30 personas y cuesta 2 mil pesos por grupo y la pernocta en la chinampa –en cuyo caso el visitante deberá llevar su casa de campaña– es de 100 pesos.

Allí explica a los visitantes la técnica de cultivo en chapín, la elaboración de abono y un fertilizante foliar y podrán cosechar hortalizas para llevar sin costo.

Dentro del terreno resalta un aplante con agua más limpia pasada por el biofiltro que se utiliza para el riego de la hortaliza, donde planean introducir ajolotes –aislados de sus depredadores las tilapias y carpas que infestan los canales de navegación–. Otro proyecto futuro es la instalación de tiendas glamping (forma lujosa de acampar al aire libre), adquirir una lancha con motor para las emergencias y efectuar mejoras a la cocina y al invernadero.