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La derecha insta a legalizarlos

En España reabre el debate por los úteros de alquiler

Ana Obregón, actriz de 68 años, despierta la polémica por cuestiones clasistas, éticas y jurídicas

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▲ Ana Obregón registró a su hija, nacida de otra mujer en Estados Unidos, a pesar de que la ley española prohíbe la maternidad subrogada.Foto Afp
Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 1º de abril de 2023, p. 19

Madrid. ¿Es gestación subrogada o se trata de un útero de alquiler que tiene como esencia el aprovechamiento de los más ricos sobre los más pobres? Esa es la polémica de estos días en España a raíz de que la actriz Ana Obregón, de 68 años, anunció el nacimiento de su hija, en un reportaje en exclusiva, y previo acuerdo monetario, en la revista ¡Hola!

La edad de la madre, pero sobre todo su condición de millonaria, mostrando la cara más cruda del capitalismo, despertó un sinfín de voces críticas con esta práctica, que en España es ilegal, pero que no lo es en muchos otros países, como Estados Unidos, Canadá, Australia, Reino Unido, Grecia y antes de la guerra en Rusia y Ucrania.

El miércoles pasado, los quioscos de España amanecieron con una imagen a toda página en la portada de la citada revista, en la que aparecía Obregón vestida de blanco, usando anteojos negros y llevando en brazos a una recién nacida mientras salía de un hospital.

El nacimiento de esa pequeña fue en Miami, en el hospital Memorial Regional, donde es habitual la utilización de este método de reproducción asistida, que sólo para lograr que una mujer acepte la encomienda de sobrellevar un embarazo durante nueve meses y pasar por el doloroso proceso del parto, se suele cobrar al menos 3 millones de pesos. Más los gastos que conlleva el parto, que sólo de lo que se cobra en el hospital, van hasta los 300 mil pesos.

Este sistema para tener hijos lo utilizan habitualmente miles de personas en el mundo, se calcula que sólo en Estado Unidos nacen cada año más de 3 mil niños con este método. En España lo han utilizado sobre todo personas con un alto poder adquisitivo, muchos de ellos con fama en los programas televisivos o en la prensa rosa.

Pero lo habitual es que, ya sea a través del óvulo o del espermatozoide, en la gestación subrogada suele haber una parte genética de los futuros padres o madres. Sin embargo, en el caso de Ana Obregón, aunque todavía no se ha confirmado, todo indica que no aportó ni óvulos ni el espermas de algún familiar, ya que se especulaba que habría congelado el esperma de su hijo Alejandro, quien murió hace tres años de una grave enfermedad.

Estos elementos despertaron la polémica en España, en la que tanto autoridades públicas como líderes de opinión se preguntan sobre la deontología de una práctica de este tipo, pero también intentan aclarar cómo es posible que una pareja o persona soltera que recurre a un método de este tipo en otro país pueda después registrar a ese niño ante las instituciones españolas, a pesar de que se trata de una práctica ilegal y cuestionada por la propia legislación española.

Los hijos del cantante Miguel Bosé o de periodistas de la farándula, casi todos hombres, y en este caso de Ana Obregón, han nacido en otros países, sin embargo se con-virtieron en ciudadanos españoles gracias a una rendija del sistema, en la que gracias a una orden del 2010 de la Dirección General de los Registros y del Notariado, que depende del ministerio de Justicia, autorizó el registro de los niños una vez que han nacido, con independencia del método y de las empresas intermediarias que participaron.

Una de las cuestiones que más ha alarmado sobre este método de reproducción asistida, es que esas empresas intermediarias han creado una poderosa industria de gestación en la que utilizan sobre todo a mujeres con severas necesidades económicas para convertirlas en madres de alquiler.

El caso de Ana Obregón supone también una vulneración de los principios básicos en este tipo de procesos, sobre todo por su edad, ya que, por ejemplo, en España, la sanidad pública no suele admitir a mujeres de más de 40 años en los tratamientos de reproducción asistida, salvo algunas excepciones. En la privada, el límite es hasta los 50.

El debate abierto en España ha provocado dos bloques: la de los partidarios de regularla, tanto como método de reproducción asistida o al menos para darle una cobertura legal más fiable a los padres que acuden a este sistema en otros países, que defienden sobre todo los partidos de la derecha. Y, frente a ellos, la mayoría de los partidos de izquierda, que están frontalmente en contra de esta práctica y que piden una legislación más dura para evitar casos como el Ana Obregón.

Estados Unidos es uno de los países donde más se practica este tipo de método, aunque no está aprobada en todos los estados, como en California y Florida. Miles acuden desde muchos países del mundo gracias, entre otras cosas, a que en la legislación que ahí impera no se ha puesto un límite de edad.

También es legal en Australia, donde según el marco jurídico, si la madre es la que aporta sus óvulos, podrá hacer el proceso hasta el día que cumpla los 46 años. Si, por el contrario, es una donante la que aporta el óvulo, la madre podrá comenzar el proceso hasta el día en el que cumpla los 51 años.

En el caso de Grecia es necesario acreditar la imposibilidad de gestar, o bien certificar que existe un grave riesgo para la salud de la madre que desaconseja un embarazo. Asimismo, la madre comitente no debe tener más de 50 años.

En Canadá, la subrogación está permitida para todos los modelos de familia. Tienen un límite para la madre subrogada y es que debe tener más de 21 años, pero no dice nada sobre el límite de edad. En Reino Unido, las personas que comiencen la subrogación deben ser mayores de 18 años, aunque tampoco hay límite de edad. Si se presenta una solicitud conjunta, los futuros padres deben estar casados, en una unión civil o en una relación familiar duradera.

Finalmente, en Rusia y en Ucrania es legal, al menos antes de la guerra, cuando eran uno de los centros de abastecimiento más socorridos por las empresas intermediarias, que lo único que tenían que cumplir eran las exigencias legales de esos países, en los que tampoco había límite de edad y se prohibía de forma expresa la utilización de este método a personas homosexuales.