Los problemas económicos generados por la pandemia de covid-19 llevaron a Belem Reyes a sumarse a un servicio independiente de transporte sólo para mujeres y a Carla Halselbartht a tomar la decisión de aumentar las horas que pasa tras el volante como conductora de la plataforma Uber.

Aunque ya desde hace mucho tiempo esta actividad también es asunto de mujeres, aún son minoría, por eso algunos usuarios se sorprenden cuando les toca una operadora. Las chavas consideran que es bueno que quien las lleve a su destino sea mujer; se sienten más seguras, algunas hasta duermen porque no tienen la angustia del peligro, admite Carla.

Belem es licenciada en gastronomía y ejerce su profesión, pero en redes sociales es Michita sobre Ruedas, porque forma parte de una organización de taxistas y comenta que la mayoría de los viajes que hace se concretan porque “las clientas corren la voz y nos recomiendan.

Quienes más nos buscan son chavas que ya han tenido alguna mala experiencia con los taxistas, las han drogado, las han querido encerrar en el coche o se las quisieron llevar y no desean subirse de nuevo a un carro conducido por un hombre.

Carla es fotógrafa y lleva cuatro años en Uber. En la semana trabajaba en un corporativo y los fines hacía Uber. En pandemia me dediqué más porque quedé desempleada, recuerda.

Su experiencia ha sido agridulce porque, luego de que a las plataformas de transporte particular se les exigiera el pago de impuestos, hoy sus ganancias son menores.

Sobre sus vivencias con pasajeros, en general han sido buenas. Muchos son amables y hasta dejan propina. La mayoría de los usuarios varones han sido respetuosos, sólo en una ocasión intentaron ligarme.

A la familia de Belem le cayó bien que trabajara en un transporte sólo para mujeres porque así mis pasajeras y yo nos protegemos. Si hubiera sido un taxi tradicional, se habrían preocupado por el riesgo que implica.

Entre los servicios que ofrece con sus compañeras está el traslado y acompañamiento para la interrupción legal del embarazo y el rescate de mujeres víctima de violencia. En una ocasión nos contactó una chava que necesitaba salir de la casa donde convivía con su agresora.

Sobre su desempeño como conductora, a Carla la tiene sin cuidado la idea de que los hombres son mejores al volante. Por el contrario, los comentarios que ha recibido son positivos. Siempre dicen que estuvo bien y rápido. Y sobre su seguridad personal señala que yo sí selecciono mis viajes, pues no está dispuesta a arriesgar su integridad física y tampoco la posesión de su auto.