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PRIMER AMPÁYER ROBOT
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▲ Imagen creada por la inteligencia artificial del portal NightCafe Studio (https://creator.nightcafe.studio/) al solicitarle un robot ampáyer.
 
Periódico La Jornada
Sábado 4 de marzo de 2023, p. 2

Hace un año, el comisionado de las Grandes Ligas de beisbol, Rob Manfred, lanzó una advertencia que sin contexto parecía una amenaza futurista: en los próximos años llegará un robot al Rey de los Deportes. De hecho, el robot ampáyer ya está en marcha en las Ligas Menores, pero sólo en fase experimental. El arribo al máximo circuito será inevitable dentro de algunas temporadas.

El ampáyer robot se llama Sistema Automatizado de Bolas y Strikes y es un dispositivo que detecta los lanzamientos desde la almohadilla del home. A partir de unos sensores determina si afecta al pitcher o al bateador que hace el swing o se queda impávido.

Esta tecnología ya se puso en marcha en años recientes en la Liga Atlántica, un torneo independiente en Estados Unidos, y en la Liga Mexicana de Beisbol. La experiencia hasta este momento es que aún falta desarrollarla y precisarla, pues a veces las decisiones que detecta el sistema no corresponden a lo que en sentido reglamentario se decreta como strike o bola.

En la Liga Mexicana de Beisbol lo empezamos a utilizar en la segunda parte del torneo 2022, cuenta a La Jornada Luis Ramírez, director de umpires de la Liga Mexicana de Beisbol.

Si bien hay cierto temor histórico ante la supuesta amenaza que representa la llegada de nuevas tecnologías en las actividades donde se consideran insustituibles los humanos, el ampáyer mexicano no se inquieta por la llegada de su par robotizado.

Ramírez no teme que la sabiduría y autoridad de esos hombres en blazer, pantalón y careta que gritan en el home se vea mermada. Para este juez de la pelota este sistema sólo llegará para mejorar la actividad y apreciación que muchas veces se convierte en terreno de disputas durante los partidos.

No podemos quedarnos atrás, reitera; estamos abiertos a la tecnología y a los beneficios que trae. Claro, todavía falta que se mejore, por lo que hemos visto en estos meses y por lo que nos han contado quienes ya la usaron en Estados Unidos, por eso digo que aún falta mejorar su aplicación.

El director de los umpires piensa que en los deportes siempre habrá un sector escéptico tanto en quienes se encargan de jugarlo, sancionarlo e incluso en los aficionados. Esto, dice, sucedió con la llegada del videoarbitraje en el futbol y en el beisbol con el uso de la repetición instantánea, o retos, como se conoce en la pelota mexicana, donde se puede recurrir a la revisión de una jugada.

Se decía que nos restaban autoridad, que al poner en tela de juicio un veredicto perdíamos dignidad en nuestro rol de jueces. Pero no sucedió así, existe una aspiración de justicia en las decisiones de un réferi que está por encima de todo. La posibilidad de revisión, de acuerdo con una serie de reglas y un protocolo, no hace sino reforzar esa aspiración y, por tanto, la figura de quien la aplica, considera Ramírez.

En las Ligas Menores para decretar bolas y strikes

De acuerdo con lo que planteó el comisionado de Grandes Ligas, el robot ampáyer se utilizará sólo cuatro días en la Ligas Menores para decretar bolas y strikes. Algunas decisiones podrán ser apeladas por los equipos en la llamada zona robot. El resto de la semana seguirá dependiendo del juicio y la sabiduría de los humanos.

Hay asuntos que aún son tema de discusiones sustantivas dentro del grupo de dueños y que incluso tendrán que resolverse en el proceso del comité conjunto con los jugadores, explicó Manfred a la agencia Ap sobre esta fase de evaluación del robot ampáyer.

Añadió que el asunto de enmarcar los lanzamientos es uno de esos (en una zona estrictamente delimitada). Quiero decir que es una preocupación legítima de parte de al menos un grupo de peloteros.

En la era de la inteligencia artificial, los robots pueden aniquilar humanos, como lo comprueban las nuevas tecnologías de guerra. También pueden salvar vidas y aparece un nuevo reto, minúsculo tal vez, pero simbólico: ¿en el futuro a quién dirigirá la afición su enfurecido: ¡cántalo, ampayita!?