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Epístolas demenciales, obra literaria singular que permanece inédita

Hernández dejó muchos textos sin publicar, en especial narrativa

 
Periódico La Jornada
Miércoles 18 de enero de 2023, p. 4

Entre los textos inéditos que dejó la dramaturga, ensayista, traductora y novelista Luisa Josefina Hernández (1928-2023), recientemente fallecida, se encuentran un par de novelas y un singular texto literario que tituló Epístolas demenciales, aclaró David Gaitán, nieto de la escritora, en charla con La Jornada.

El también dramaturgo y director informó que este viernes, a las 12 horas, se le rendirá un homenaje en el Palacio de Bellas Artes.

Gaitán comentó que ayer se llevó a cabo en Cuernavaca una velación familiar e íntima del cuerpo de la maestra Hernández, el cual, dijo, posteriormente será cremado.

Gaitán explicó que su abuela “dejó mucha obra inédita, sobre todo narrativa. Hay un par de novelas inéditas, El parentesco y El ojo del cielo, así como un texto muy particular, Epístolas demenciales, en el que rescribe de manera muy elocuente una serie de cartas que recibió a lo largo de su vida”.

Las cartas se reunieron como un texto literario, explicó Gaitán. “Al ser rescritas, terminan por ser un claro testimonio de su personalidad, vista a través de los ojos de otras personas, así como un testimonio de toda una época, pues hay cartas desde los años 50 hasta algunas de hace pocos años.

Ese texto es una especie de crisol del México del siglo XX, de su idiosincrasia, la entrada de la modernidad, de los golpes de la tecnología, del papel que ella jugaba para otras personas, como maestra, dramaturga, crítica teatral o investigadora, dijo Gaitán.

Es un documento muy entrañable, pues la maestra Hernández se carteó con muchos familiares y colegas. “La idea –agregó Gaitán– no es ventanear con quién se escribió, habrá alguien que haga ciertas referencias, pero no es el caso, pues como dice el título, son cartas demasiado demenciales, y lo que hace es maquillar un poco la realidad”.

Los últimos años de su vida ya no escribía teatro porque ya no se sentía con la fuerza creativa para hacerlo, así lo decía ella misma, pero sí tenía mucho material encajonado que aún no se ha publicado.

Recientemente, la Sociedad General de Escritores de México publicó “un nuevo grupo de diálogos de la saga La calle de la gran ocasión, y quizá alguna obra de teatro se encuentre por ahí”, concluyó Gaitán.

Foto
Nostalgia de Troya y Apocalipsis cum figuri, novelas de Luisa Josefina Hernández, fueron reconocidas con los premios Magda Donato en 1971, y Xavier Villaurrutia en 1982, respectivamente.Foto cortesía Inbal/Citru. Colección fotográfica, Biblioteca de las Artes-Cenart

Por otra parte, el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, el Sistema de Teatros de la Ciudad de México, la Compañía Nacional de Teatro, la Coordinación Nacional de Teatro, entre otras instituciones, así como muchos integrantes de la comunidad teatral a través de las redes sociales han ofrecido sus condolencias a la familia y han expresado su reconocimiento al talento de la reconocida dramaturga.

En su momento, la escritora Eve Gil, en su texto Las pasiones de Luisa Josefina Hernández, describió: Ricas y variadas anécdotas nos la pintan de cuerpo entero como mujer fuerte y apasionada de su trabajo y de la vida, pero a fin de cuentas nos resulta inasible, enigmática, absoluta dueña de sus secretos. Si bien se ha manifestado sumamente crítica con la visión del feminismo en su país, afirmaría que ninguna autora mexicana de su generación es más feminista que ella (suplemento La Jornada Semanal, 29/5/22).

En esa misma publicación, la también novelista apuntó: Su máxima transgresión consistía en levantar una Babel monumental en medio de sus labores domésticas, robándole horas a la madrugada, escribiendo sin tregua de las 5 a las 7 de la mañana. Enorme lectora y traductora de teatro clásico, desde los griegos hasta Shakespeare, Luisa Josefina Hernández presenta un refinado sentido de lo trágico, sin permitirse el desgarre de vestiduras, logrando que la fuerza de sus personajes, principalmente los femeninos, se imponga al que pareciera el Designio de los Dioses, incluso aquellos extraídos de la tragedia misma, como lo constatan sus impecables monólogos. La rebeldía es otro elemento muy presente en este universo, pero una rebeldía factible de confundirse con patetismo; disfrazada de necedad, incluso de sumisión. Un sentimiento que se mal agazapa bajo cualquier antifaz para terminar saltando como un tigre sobre su desprevenida presa. Todo esto es distintivo de la obra de esta autora tan celebrada como mal leída.