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Esto no va a parar, dice a La Jornada

Boluarte debe renunciar; no hay otra salida: gobernador de Puno

Con más de 40 muertos, la gestión de la presidenta de Perú ha sido desastrosa

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▲ Estudiantes de la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco improvisaron ayer un comedor de beneficencia para alimentar a los manifestantes de varias comunidades que llegaron a protestar a la ciudad para exigir la renuncia de la presidenta Dina Boluarte y la libertad de Pedro Castillo.Foto Afp
Especial Para La Jornada
Periódico La Jornada
Miércoles 11 de enero de 2023, p. 22

Santiago. Esto no va a parar aquí; esto va a continuar de todas maneras, afirma al otro lado de la línea telefónica Richard Hancco Soncco, gobernador del departamento de Puno, que, con 10 días en el cargo, enfrenta el momento más dramático de su vida política: la matanza de 17 miembros de esa comunidad andina, pertenecientes en gran mayoría a la etnia aymara, durante la represión policial.

En conversación telefónica con La Jornada, dice que los hechos trágicos que se precipitaron sobre Perú desde la destitución, el 7 de diciembre de 2022, del presidente Pedro Castillo y que han dejado por lo menos 46 muertos y centenares de heridos, tienen su origen en que la entonces vicepresidenta y ahora gobernante Dina Boluarte comenzó un cogobierno con la oposición y eso ha hecho que la rechace el sector que apoyaba a Castillo.

Resume que en Puno –ciudad de 130 mil habitantes ubicada a orillas del lago Titicaca, en la sierra del sureste de Perú, capital del distrito, de la provincia y del departamento homónimos distante 840 kilómetros de Lima–, después de días de protestas, la situación se desbordó cuando la población autoconvocada trató de ocupar el aeropuerto y eso ha provocado toda la desgracia que conocemos.

–¿Cómo juzga la actuación de la policía?

–Aquí se han cometido delitos de homicidio calificado; la ley peruana establece procedimientos y sanciones para quienes realizan actos vandálicos o bloqueo de carreteras, pero eso la pena máxima son años de cárcel, pero en ninguna parte de la Constitución y la ley peruana se invita a disparar al cuerpo, eso es absolutamente salido del tema legal y obviamente constituyen graves violaciones a los derechos humanos.

–¿Qué responsabilidad le atribuye al gobierno nacional?

–La responsabilidad política desde el inicio. No puedes provocar, cada vez que pierdes, a un sector que no concuerda con tu opinión, eso genera indignación y una situación de rechazo a Dina Boluarte. Otra cosa es un Congreso que ni siquiera se ha tomado la molestia de hacer un minuto de silencio, cuando la Constitución marca que la vida es el bien supremo, estamos mal desde ese punto de vista.

–¿Cómo explica la rebeldía en Puno?

–Aquí Pedro Castillo ganó con casi 90 por ciento de votos en la segunda vuelta; entonces, cuando Boluarte asume el gobierno le da la espalda a ese gran sector, se va con el lado opositor, y ese es un tema principal. Luego está la Asamblea Constituyente y obviamente a la vacancia de Castillo se ha sumado la libertad del ex presidente, son esas tres cuestiones las que básicamente busca la población. Pero en este momento a lo que se ha traducido este hecho (la matanza de anteayer), es estrictamente a la renuncia de Dina Boluarte.

–¿Cómo ve la conducción que ella ha dado al país y a la crisis?

–Tenemos más de 40 muertos en un mes de gobierno, ella absolutamente se ha equivocado, una gestión desastrosa llena de sangre, no hay justificación para quitar la vida humana, absolutamente mal.

–¿Y cual es la salida a la crisis?

–Su renuncia, no hay otra salida, es lo que la población pide, más cuando han ocurrido este tipo de hechos. Puede que disminuya (la protesta) algunos días o semanas, pero esto no va a quedar acá, hay mucha gente que está trabajando en ese sentido, hoy siguen las movilizaciones, la gente se ha organizado de manera espontánea, sale a las calles, bloquean carreteras, esto va a continuar de todas maneras.

Los decesos, motivo de lucha

En este momento de la conversación el gobernador se entera y comenta que el gobierno acaba de avisar de inmovilización social (ordena toque de queda) e insiste en que tal vez va a calmar la situación de alguna manera, pero va a ser momentáneo y va continuar, y añade que los 17 muertos, mártires y héroes, serán motivo de la lucha, esto tiene para rato. Ojalá que Boluarte reflexiones, renuncie y se pueda entablar una conversación.

–¿Usted está en comunicación con otros gobernadores?

–Tengo conversación con los gobernadores de Abancay, Cusco y Arequipa, eso le puedo decir.

–¿Comparten el diagnóstico?

–El pedido que renuncie Boluarte es generalizado, 80 o 90 por ciento quiere que la señora renuncie.

–¿Los gobernadores pueden tener un papel en resolver la crisis, como intermediadores entre sus comunidades y el poder central?

–Nosotros quisiéramos ser puente, pero aquí la población está indignada, 90 por ciento está en contra del gobierno central. Cualquier acto de nosotros de acercamiento a éste, si no hay condiciones y mínimamente una actitud de disculpa, no podemos, vamos a perder nuestra legitimidad. Aquí hay que ser pragmáticos y objetivos, la verdad es cruda pero es la verdad, nosotros no vamos a ser utilizados como títeres para acercarse a la población, es como que sentemos al día siguiente del asesinato a la víctima con el victimario; la voluntad está, pero las condiciones no las crea el gobierno central.

–¿Qué me puede decir del Congreso peruano, de su papel en esta crisis?

–Son responsables en parte, acá hay dos sectores polarizados, uno que cree que la única solución es la Asamblea Constituyente y la otra totalmente al entreguismo de exonerar impuestos a las empresas, de tener el control de los órganos electorales, hay una polarización muy mala que nos tienen en este momento tan difícil.

–¿Qué responsabilidad tiene Pedro Castillo?

–Hay un concepto que se debe manejar en la política: o bien uno controla el poder, o dejas que el poder te controle. Castillo se ha rodeado de familiares que no le han resultado buena compañía y le han hecho caer en errores y en delitos que han tenido como consecuencia la deslegitimación de su gobierno y los procesos penales que ahora afronta. El cargo no le ha permitido acomodarse bien y no ha tenido un entorno suficientemente adecuado para controlar el gobierno.