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La planta, de nuevo al borde de catástrofe radiactiva: Zelensky

Desconectan el último reactor que funcionaba en Zaporiyia

Expertos del OIEA aseguran que será reconectado lo más pronto posible

 
Periódico La Jornada
Martes 6 de septiembre de 2022, p. 26

Kiev. El último reactor en funcionamiento de la central nuclear de Zaporiyia, bajo control de las tropas rusas y la más grande de Europa, fue desconectado de la red de Ucrania ayer, informaron el operador estatal del país invadido Energoatom y el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).

Debido a que la central se desconectó de la red externa el viernes por la noche, se utilizó una línea de reserva para suministrar electricidad a la red ucrania, recordó el OIEA, cuyos expertos se encuentran en el lugar.

Luego, esta línea que conecta con una planta térmica vecina fue desconectada de manera deliberada para apagar un incendio, se explicó un comunicado.

El fuego empezó debido a los bombardeos, señaló la empresa ucrania de energía nuclear.

Si bien Energoatom declaró que la línea fue dañada, el OIEA aseguró que no fue así y que va a ser reconectada lo más pronto posible.

El reactor número 6, el único que continúa funcionando, sigue produciendo la electricidad necesaria para el enfriamiento del combustible nuclear y la seguridad de la planta, precisó la agencia de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Será reconectado a la red cuando la línea de reserva vuelva a ser reactivada, agregó.

El organismo anunció el sábado pasado la detención del reactor número 5 a raíz del daño de una línea eléctrica tras un bombardeo. Los otros cuatro reactores de Zaporiyia están desconectados desde hace semanas.

El presidente ucranio, Volodymir Zelensky, declaró que un nuevo corte de energía que conectaba la central nuclear colocó a la planta por segunda vez a un paso de una catástrofe radiactiva.

Piden fin a la ocupación rusa

El jefe de Energoatom, Petro Kotin, subrayó que es vital que la misión de los inspectores de la ONU en la planta de Zaporiyia ponga fin a la ocupación rusa de la instalación y pidió nuevas visitas al lugar, incluso de las fuerzas de paz de la ONU, en entrevista con Reuters.

El OIEA elabora un informe que presentará hoy al Consejo de Seguridad de la ONU, después de que sus inspectores cruzaron la línea del frente la semana pasada para llegar a la instalación en peligro, que Ucrania y Rusia se han acusado mutuamente de bombardear, con el riesgo de una catástrofe nuclear.

Dos expertos del OIEA se quedarán por tiempo indefinido en la instalación del sur de Ucrania, que fue capturada por los soldados rusos a principios de marzo, poco después de su invasión.

Por otra parte, al menos cuatro civiles murieron y siete resultaron heridos por bombardeos rusos en las últimas 24 horas en diferentes lugares de Ucrania; la mayoría de las víctimas estaban en la región de Donietsk.

El gobierno ucranio llamó a los residentes de Crimea, anexada por Rusia, a preparar refugios antibombardeos y abastecerse de provisiones en un momento en que Kiev continúa con sus planes de una gran contraofensiva para expulsar a las tropas rusas de ese territorio.

Señal del avance del ejército ucranio, la administración ocupante rusa de la región de Jersón decidió suspender el referendo de anexión que tenía previsto.

En ese contexto, el presidente Vladimir Putin aprobó una nueva doctrina de política exterior basada en el concepto de mundo ruso, noción que los ideólogos conservadores han utilizado para justificar la intervención en el extranjero en apoyo de los rusos.

La política humanitaria de 31 páginas, publicada tras más de seis meses de guerra en Ucrania, dice que Rusia debe proteger, salvaguardar y promover las tradiciones e ideales del mundo ruso.

Aunque se presenta como una especie de estrategia de poder blando, consagra ideas en torno a la política y la religión rusas que algunos partidarios de línea dura han utilizado para justificar la ocupación de partes de Ucrania y el apoyo a entidades separatistas prorrusas en el este de ese país.

En tanto, la justicia rusa revocó ayer la licencia de la edición impresa de Novaya Gazeta, pilar del periodismo de investigación ruso que se vio obligado a suspender su circulación en marzo, y condenó al ex periodista Ivan Safronov a 22 años de prisión por traición.