Opinión
Ver día anteriorLunes 8 de agosto de 2022Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Aprender a morir

Otros ensañamientos

C

on las banderas de la libertad y el libre mercado un sistema antihumano, apoyado en los poderes fácticos y en la manipulación, usa y abusa para su propio beneficio y, si algo queda, para eventual beneficio de otros. Así, distintos ensañamientos, actos de barbarie o crueldad descarada, disfrazados de servicios al consumidor, hacen presa de la menguada capacidad de decisión de éste para prolongar su sometimiento hasta el último minuto de su existencia. En Derecho, el ensañamiento se considera un agravante de la responsabilidad criminal que consiste en aumentar inhumana y deliberadamente el sufrimiento de la víctima, causándole padecimientos innecesarios para la comisión del delito.

Por lo que se refiere a la dispareja evolución de las opciones de muerte digna para las personas -al respecto, los animales cuentan con derechos que el ser humano aún no consigue, gracias a la doble moral de los poderes-, apareció hace décadas lo que se denominó encarnizamiento terapéutico o prolongación irracional de la agonía por medios artificiales e innecesarios pero de elevado costo, concepto que posteriormente sería amabilizado como obstinación médica, una debilidad comercial-moral para aplicar métodos extraordinarios y desproporcionados de soporte vital en enfermos terminales o irrecuperables, pero altamente redituables para muchos profesionales e instituciones de salud.

Así, entre esfuerzos más o menos fallidos por evitar o siquiera disminuir encarnizamientos, obstinaciones y ensañamientos con el pretexto de luchar contra la muerte y preservar la vida o lo que se le parezca, apareció otra crueldad igualmente perversa: el ensañamiento burocrático o administrativo, desalmado viacrucis a que son sometidos los ciudadanos que, cumpliendo con la ley natural y recurriendo a un elemental sentido común, aspiran legítimamente a poner fin a su existencia una vez que ésta se ha convertido en padecimiento constante e intolerable o en inmovilización insoportable, luego de todos los intentos médico-científicos a su alcance.

Esta falta de respeto incluye leyes y reglamentos farragosos, desinformación, autoridades civiles y religiosas, notarios dizque solidarios -ver tarifas actualizadas-, comités de bioética y fervores variopintos, y fortalece el ensañamiento burocrático ante los intentos por hacer cumplir el documento de voluntad anticipada e interrumpir tratamientos o medicamentos inútiles para el paciente.