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Ciudad perdida

El Sonora, donde se tejen las historias azules

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▲ El dueño del Sonora Grill, Ricardo Añorve, según han señalado los propios panistas, fue el principal aportador a la campaña de los candidatos de Acción Nacional en la contienda pasada por la alcaldía de Miguel Hidalgo y se ha convertido en el principal apoyo del PAN en la Ciudad de México. En estas imágenes, Margarita Zavala, Eduardo Solórzano y Alberto Cinta en el restaurante del empresario (abajo sentado).Foto tomadas de redes sociales
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onvertido en guarida azul, el restaurante Sonora Prime de Polanco, en la alcaldía panista de Miguel Hidalgo, discrimina y hace contrataciones de personal que podrían estar fuera de la ley, amparados, según nos dicen, por el poder de sus clientes favoritos: los líderes de Acción Nacional.

Mucho se puede alegar al respecto, pero es más que sabido que Jorge Romero –el mismo líder conservador involucrado en una cadena de ilícitos como el llamado cártel inmobiliario y el programa de reconstrucción luego del sismo– es en el Sonora donde acostumbra citar a las cabezas de su partido para reuniones de trabajo.

Hay que recordar que el lunes pasado el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación en la Ciudad de México emitió un boletín en el que asegura que se tiene ya un expediente debido a las quejas por racismo que ha recibido en contra del Sonora Prime Grill.

Esto podría ser lo de menos si nos acordamos que los grupos políticos, casi todos, tienen lugares públicos de reunión –restaurantes, para ser más exactos–, pero lo que llama la atención de éste de Polanco es que ahí se discrimina a la gente, se coloca a los blancos por un lado y a los de piel canela u oscura por otro, y ahí mismo hay una parte del comedor reservada para los azules.

Los datos que llaman la atención son contundentes: el dueño del Sonora Grill es un tipo de nombre Ricardo Añorve –al parecer nada que ver con aquel Añorve priísta que gobernó Acapulco–, quien, según han dicho los propios panistas, fue el principal aportador a la campaña de los de Acción Nacional en la contienda pasada por la alcaldía de Miguel Hidalgo, y que está convertido en el principal apoyo del PAN en la Ciudad de México.

Pero no es todo, el operador de Añorve, quien por cierto se fue de vacaciones a Grecia, es uno de sus mejores amigos, Eduardo Solórzano, conocido con el sobrenombre de Chivigón.

Este sujeto, lo sabe todo mundo, fue novio o pareja de Mariana Gómez del Campo, una de las más fieras defensoras del PAN y pariente cercana de Felipe Calderón, pero además fue representante electoral de Margarita Zavala.

Todos ellos, como atestiguan las fotos, son clientes consentidos del restaurante de Polanco, por decirlo de alguna manera, que ya tiene su historia aparte porque hay denuncias en las que se habla, por ejemplo, de la contratación de personal y de las condiciones que debe cumplir quien pretende trabajar allí.

Una de esas condiciones es que antes de firmar un contrato, quien pretende el empleo debe firmar su renuncia en la que rechaza iniciar cualquier querella contra la empresa en caso de ser despedido de la noche a la mañana sin aparente motivo.

También se dice que el departamento de Recursos Humanos tiene como directriz de contratación no dar empleo a gente con piel morena u oscura, no obstante que eso estaría en contra de la ley.

El asunto está ya en manos de la autoridad que previene y castiga a quien discrimina por cualquier motivo, pero también debería abrir una investigación la Secretaría del Trabajo para aclarar lo de los contratos que, según lo declarado, no cumplirían con la ley.

Total, todo el asunto tiene que ver con que el señor Añorve, de origen poblano, se ha sentido cobijado por las autoridades panistas de la alcaldía y por el propio Partido Acción Nacional que le aseguran impunidad en sus actos. Este es el momento para demostrar, de verdad, que la impunidad no cabe en la ciudad y no estaría de más que la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, llamara a las autoridades inmiscuidas para saber qué pasa en la guarida panista. Vamos a ver.

De pasadita

Vaya sorpresa. Ahora resulta que Sebastián Ramírez, hasta ahora director de Comunicación Social de la jefatura de Gobierno, será el próximo líder de Morena en esta capital.

Está claro que este joven militante tiene ambiciones grandes y que tal vez el deseo expresado en el lugar correcto lo haya llevado a ese importantísimo lugar en un momento muy delicado.

Sebastián es hoy una apuesta más que valiente por parte de la militancia, que dentro de ocho días habrá de manifestarle su apoyo en un acto en el que se protocolizarán las preferencias.

A favor de Sebastián están su honestidad y su apego a la jefa de Gobierno; en su contra, la inexperiencia y el desconocimiento de muchas de las realidades de la capital del país. Total, como dijimos, la apuesta es fuerte, ojalá no termine mal. Está en juego la ciudad.

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