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Construyen con desechos paisaje monumental en la UNAM

La obra del Luis Carrera-Maul invita a reflexionar sobre el manejo irresponsable del planeta // No es una perspectiva apocalíptica, sino exposición geoestética que ofrece miradas alternativas

 
Periódico La Jornada
Miércoles 3 de agosto de 2022, p. 6

Arte, ciencia y política convergen en la intervención geoestética Stratum, mediante la que el artista Luis Carrera-Maul (Ciudad de México, 1972) construyó un paisaje monumental con desechos de cerámica y de charolas de siembra de unicel para proponer una mirada al mismo tiempo contemplativa y provocadora sobre el impacto del ser humano en tiempos del Antropoceno.

La obra-experimento fue inaugurada el sábado pasado en el Museo Universitario de Ciencias y Arte (MUCA), en pleno corazón de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde se mantendrá hasta el 29 de octubre, con la realización a la par de una serie de actividades académicas, artísticas y científicas.

Para tener una idea de las dimensiones de esta pieza viva, la cual se encuentra en proceso de creación-construcción-transformación permanente, basta saber que ocupa la totalidad de los mil 900 metros cuadrados del galerón principal de ese museo y que para su concreción se requirieron 36 toneladas de material, entre desperdicio de cerámica y la pasta para realizarla, así como tierra y vegetación de diversa índole, además de rocío de agua intermitente.

Acorde con esa magnitud, son también el tiempo y los elementos que necesitó su montaje, en el cual participaron 25 personas durante siete semanas, auxiliados por herramientas industriales como un montacargas, dos revolvedoras y un camión torton de 12 toneladas.

Es la intervención artística más radical que ha habido en México, al menos en los 30 o 20 años más recientes, dimensiona el historiador del arte Peter Krieger, responsable de la curaduría del proyecto, quien explica que con esta obra se plantea articular y tensionar temas y problemas claves de la ecología.

Entre ellos, menciona el manejo no sustentable de los suelos, los procesos de sedimentación por basura y la propagación vegetal bajo condiciones adversas. Sin embargo, aclara, no se trata de una perspectiva apocalíptica, ya que es una exposición geoestética que ofrece miradas alternativas al manejo irresponsable del planeta Tierra, además de invitar al diálogo interdisciplinario entre ciencias, humanidades y políticas ambientales vigentes.

Con formación como ingeniero industrial, pintor y filósofo, Luis Carrera-Maul subraya que, desde el punto de vista simbólico, con esta intervención pretende visibilizar ese patio trasero que tenemos en nuestra civilización.

Es decir, explica, los materiales empleados en la pieza son producto y desecho de un proceso industrial y ahora nos sirven para evidenciar cómo hemos generado un desorden absoluto en este planeta.

En entrevista, sitúa al Antropoceno como el gran tema de este proyecto, al cual conceptualiza para fines prácticos de la obra con un material como la cerámica, que a su decir remite al origen de la industrialización y de la propia civilización, y la cuantiosa serie de plantas y vegetación que creció en cientos de charolas de unicel, que desde su perspectiva remiten a la agricultura: “Ahí es donde se fusionan los que para mí son los dos grandes pilares de lo que es el Antropoceno, y es lo que está tematizado en Stratum”.

Para el autor, esta es una creación que trasciende los ámbitos estéticos y científicos: También es una intervención política. Estamos hablando de un tema que me parece urgente de atender desde nuestra actividad cotidiana como especie humana.

Ese aspecto político de esta propuesta es muy importante asimismo para Peter Krieger: La intervención humana en la Tierra es el asunto político más arcaico en la historia de la humanidad, que es la revolución neolítica con los primeros asentamientos humanos.

Lo que hace Luis Carrera-Maul en esta intervención geoestética es una relectura del valle de México, con la reproducción a escala del sistema de montañas y volcanes que lo circundan, tomando como referentes los dos puntos de los que extrajo el material para la obra: Pachuca, Hidalgo, y Temascaltepec, Estado de México, de donde provienen la cerámica y la vegetación, de forma respectiva.

El programa académico de la exposición contempla 12 cápsulas con entrevistas que comentan la obra desde diferentes perspectivas disciplinarias, como la geología, la biología, la edafología, la arquitectura y el urbanismo.

También, habrá un coloquio el 21 de septiembre en el que participarán diversas entidades de la UNAM, como el Instituto de Investigaciones Estéticas, la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel, el Instituto de Geofísica y la Facultad de Artes y Diseño. Y el compositor Julio Estrada realizará un concierto.