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Davos: lágrimas de cocodrilo // Crisis=mayor concentración // Multimillonarios y pobreza

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▲ La directora ejecutiva de YouTube, Susan Wojcicki, participó en una conversación en el Foro Económico Mundial en Davos. La reunión anual concluirá este jueves.Foto Ap
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omo cada año, la ciudad suiza de Davos, catedral del neoliberalismo, se inunda con las lágrimas de cocodrilo de sus participantes, quienes se dicen preocupados por las amenazas a la economía global y el riesgo de una recesión mundial, todo, claro está, cómodamente atribuible al conflicto bélico entre Rusia y Ucrania (como antes a la pandemia) que ha puesto a caminar, según dicen en ese foro, al menos cuatro crisis que se entrelazan: alta inflación, energética, pobreza alimentaria y emergencia climática. Eso sí, ni una palabra del balance anterior, de las crisis permanentes previas a la guerra y del efecto búmeran por las sanciones aplicadas a Rusia que afecta a todos los países.

En esa catedral se congrega anualmente la élite de élites (y sus devotos achichincles) en lo que denominan Foro Económico Mundial (su mundo, desde luego), en donde se ponen de acuerdo para saquear al planeta, armar jugosos negocios, dar línea a sus gobiernos a modo y mucho más, y en sus ratos de ocio se dicen preocupados por la pobreza y la desigualdad.

La crisis es producto de la guerra (no olvidar la pandemia), gritan a coro en Davos, pero previo a ella ¿todo era perfecto? Antes del conflicto bélico y la crisis sanitaria mil 300 millones de seres humanos sobrevivían en pobreza y 3 mil 400 millones adicionales tienen grandes dificultades para satisfacer sus necesidades básicas (Banco Mundial, 2018, es decir, antes del covid-19 y el enfrentamiento ruso-ucranio).

Entonces, muy preocupados por la pandemia y la guerra, pero en los hechos sólo se frotan las manos porque ambos acontecimientos han incrementado brutalmente sus de por sí voluminosas fortunas, mientras los mortales se hunden en la pobreza.

De lo anterior da cuenta un informe divulgado por la organización Oxfam Internacional (Beneficiarse del sufrimiento) con motivo de la reunión en la citada catedral: los multimillonarios (más de mil millones de billetes verdes) se reúnen en Davos para celebrar el extraordinario aumento de sus fortunas. Para ellos, la pandemia, y ahora el astronómico aumento de los precios de alimentos y energía, han supuesto, sencillamente, un periodo de bonanza. Mientras, se ha producido un retroceso en la lucha contra la pobreza extrema y millones de personas enfrentan un aumento abrumador del costo de vida.

La riqueza de esa élite aumentó más durante los 24 primeros meses de la pandemia que durante los 23 años que transcurrieron entre 1987 y 2010. La riqueza total que actualmente acumulan los multimillonarios de todo el mundo equivale a 13.9 por ciento del producto interno bruto del planeta, habiéndose triplicado desde 2000, cuando suponía 4.4 por ciento. Por otro lado, cada 33 horas casi un millón de personas podría caer en la pobreza extrema en 2022, al mismo ritmo en el que la pandemia ha ido creando un nuevo multimillonario (uno cada 30 horas).

En Davos la élite llora por las crisis energética y alimentaria, pero Oxfam documenta que “las fortunas de los multimillonarios de esos sectores se han incrementado 453 mil millones de dólares en los pasados dos años (500 millones por día). Cinco de las principales empresas energéticas (BP, Shell, TotalEnergies, Exxon y Chevron) se embolsan en conjunto 2 mil 600 dólares en beneficios cada segundo. Hay 62 nuevos multimillonarios en el sector de la alimentación. Por ejemplo, Cargill controla 70 por ciento del mercado agrícola mundial, y sólo en ese núcleo familiar hay 12 multimillonarios (cuatro más que antes del covid-19).

La pandemia ha creado 40 nuevos multimillonarios en el sector farmacéutico. Pfizer y Moderna se embolsan mil dólares en beneficios cada segundo gracias a su monopolio sobre la vacuna contra el covid-19, a pesar de que para su desarrollo recibieron miles de millones de dólares de inversión pública, pero a los gobiernos cobran hasta 24 veces más del costo potencial de producción de esas vacunas.

Oxfam puntualiza: las grandes fortunas no han aumentado porque ahora sean más inteligentes o trabajen más duro. Las personas más ricas han manipulado el sistema con total impunidad durante décadas y recogen los frutos. Se han embolsado una asombrosa parte de la riqueza mundial gracias a la privatización y los monopolios, aprovechando la desregulación y vulnerando los derechos de las personas trabajadoras mientras ocultan su dinero en paraísos fiscales, todo ello con la complicidad de los gobiernos.

Las rebanadas del pastel

Entonces, cínicos que son, lloran, pero de risa.