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Vecinos de Viaducto Piedad reconocen a la comunidad china como gente laboriosa
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▲ Del Barrio Chino de la calle Dolores, en la colonia Centro, alcaldía Cuauhtémoc, emigró gran parte de la comunidad del país asiático que reside en la colonia Viaducto Piedad.Foto Yazmín Ortega Cortés
 
Periódico La Jornada
Viernes 20 de mayo de 2022, p. 29

Más de una docena de negocios de artículos orientales, minisuper, panadería, alguna estética, pero sobre todo restaurantes de comida china dispersos en calles como La Coruña, Marcos Carrillo y Albino García de la colonia Viaducto Piedad, en Iztacalco, reflejan una fuerte presencia de población de origen chino, aunque pocos transitan por sus calles y rehuyen hablar de su comunidad.

A unos cuatro kilómetros, el Barrio Chino de la calle Dolores, en la colonia Centro, alcaldía Cuauhtémoc, luce concurrido de turistas que caminan por la calle, toman fotos, chacharean en las tiendas de recuerdos, mientras meseros y hostess de restaurantes esperan comensales. De aquí emigró gran parte de la población china que reside en la Viaducto Piedad.

Tomoy Yu, descendiente de chinos cantoneses, administra el botanero oriental Min –contiguo al Hong King, primer restaurtante que abrió en el número 25 de la calle Dolores hace más de 60 años–, su cónyuge, Jesús Esparza, representa a la asociación de empresarios y refiere que unos 11 negocios son operados por chinos.

Cuenta algunas razones por las que, considera, dejaron de residir en el barrio: el sismo de 1985, la diversificación de negocios, la dificultad para adquirir las propiedades y porque a sus descendientes no les interesó continuar el negocio, pero aunque dejó de ser un espacio de residencia, se revitalizó con la remodelación de 2017.

En Viaducto Piedad el hermetismo de esa comunidad es dispensado por vecinos que los reconocen como gente laboriosa: ellos llegaron a trabajar.

Chuan Yue Xian, Wan Li, De Shi, Perfecto Antojitos, Jing Teng y Ka Won Seng son nombres inscritos en lonas, muchas desgastadas por el tiempo, de algunos restaurantes.

De la panadería Siglo, quien dijo llamarse Evelyn, de origen chino, comentó que llegó hace dos meses de Monterrey a trabajar allí, invitada por un amigo, pero no dice más, se excusa por no hablar bien español, al igual que quien se asoma de una vivienda y sólo cuenta que emigró de China hace cuatro años y aquí se dedica a remodelar viviendas.