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La diplomacia, el mejor camino

Siempre existe la amenaza de una guerra nuclear: Dimitri Medvedev

El alto funcionario ruso reconoce que misiles de su país apuntan contra instalaciones en Europa y Estados Unidos, y ojivas de éstos están orientadas hacia su territorio

 
Periódico La Jornada
Domingo 27 de marzo de 2022, p. 17

Moscú. Nadie quiere desatar una guerra, pero la amenaza de un conflicto nuclear siempre existe: todos saben que los misiles nucleares de los países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) apuntan contra instalaciones de Rusia, y las ojivas rusas a objetivos en Europa y en Estados Unidos, afirmó ayer en una entrevista con Sputnik el vicepresidente del Consejo de Seguridad ruso, Dimitri Medvedev.

Toda nuestra gente sabe que los objetivos de los misiles nucleares de los países de la OTAN son instalaciones en nuestro país, y nuestras ojivas apuntan hacia objetivos ubicados en Europa y en Estados Unidos. Pero así es la vida. Por eso hay que pensar en ello siempre y llevar a cabo una política responsable, destacó el también ex presidente de Rusia. Por lo tanto, es obvio que la amenaza siempre existe, agregó.

Nadie quiere ninguna guerra, especialmente una guerra nuclear, una amenaza para la existencia de la civilización humana. En este sentido, tienen razón los analistas que dicen, tal vez cínicamente, que la creación de armas nucleares evitó una gran cantidad de conflictos en los siglos XX y XXI. Es la verdad. De hecho, este es el caso, dijo Medvedev.

El político advirtió que Rusia podría usar las armas nucleares sólo en caso de un ataque contra su territorio o contra sus instalaciones nucleares, o contra los territorios de sus aliados, pues considera que los desacuerdos deben resolverse por la vía diplomática.

Es evidente que partimos de que en las situaciones más difíciles, como la que tenemos actualmente, por ejemplo, relacionada con Ucrania, las negociaciones, los esfuerzos diplomáticos son el mejor camino, el más correcto. Las negociaciones no siempre logran el éxito, pero hay que seguir esa vía, insistió.

Medvedev recordó la crisis del Caribe de 1962, que tuvo un “efecto aleccionador para todos: Estados Unidos, la OTAN, la Unión Soviética y los integrantes del Pacto de Varsovia.

Ahora la situación en ciertas esferas es peor que entonces, porque en aquel momento nuestros oponentes no intentaron llevar la situación en la Unión Soviética a una crisis con ese grado de odio, advirtió.

El representante de las autoridades rusas recordó que entonces la enemistad tenía un carácter velado, y nunca se impusieron sanciones contra las industrias o la agricultura; a nadie se le ocurrió tampoco imponer sanciones a Brezhnev, Podgorni y Kosiguin. Ellos, por supuesto, entendieron que no tenía sentido, como ahora, al menos tenían suficiente cerebro para no hacerlo. Ahora todos están en una situación embarazosa, señaló.

Comunicarse para evitar consecuencias indeseables

Medvedev recordó que los políticos de primer orden están sancionados de ambos lados, pero resulta necesario comunicarse, al menos, para evitar todo tipo de consecuencias indeseables, incluidas las terribles, como, digamos, el conflicto entre Rusia y la OTAN.

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, declaró el 5 de marzo que todo país que imponga zona de exclusión aérea en Ucrania sería parte del conflicto.

Rusia inició el 24 de febrero el lanzamiento de una operación militar especial en Ucrania, alegando que las repúblicas populares de Donietsk y Lugansk, previamente reconocidas por Moscú como estados soberanos, necesitan ayuda frente al genocidio anti-ruso por parte de Kiev en esas regiones de población rusa.

Uno de los objetivos fundamentales de esa operación, según el presidente Putin, es la desmilitarización y la desnazificación de Ucrania.

Según el Ministerio de Defensa ruso, los ataques militares no están dirigidos contra instalaciones civiles, sino que buscan inutilizar la infraestructura bélica.

Numerosos países condenaron en términos enérgicos la intervención de Rusia en Ucrania y activaron varias baterías de sanciones individuales y sectoriales.