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Economía moral

Historia de una vocación 16ª entrega // Thomson y coautores critican las dos teorías dominantes del bienserestar y anuncian una tercera

U

na vida es una estructuración anidada de actividades (AV), experiencias (EX) y procesos (PR), componentes que constituyen una vida humana y tienen los rasgos requeridos de conciencia, autoconciencia y ser relacionales. En el capítulo 3 de Happiness, Flourishing and the Good Life (HFGL), Thomson, Gill y Goodson (TGG) analizan lo que hace que estos componentes sean valiosos no instrumentalmente. Las EX son cosas que nos pasan, las AV cosas que hacemos, y ambas están anidadas en las estructuras de los PR. Tienen valor (V) porque la persona lo tiene, pues los portadores primarios de V son los seres conscientes, y las AV de una persona son V porque la persona es V. Las AV tienen V porque son parte de una vida y son deseables para la persona bajo ciertas descripciones. El debate entre las teorías dominantes del bienserestar (BSE): las teorías del deseo (TDES) y las teorías objetivas o de listas objetivas (TLOB) es crucial. Para las TDES el V pertinente para el bienserestar (BSE) se constituye al ser las AV y EX objeto de deseo (DES). El V yace en la satisfacción del deseo (DES). Las TLOB niegan esto; sostienen que el V es independiente del DES. Si los DES se entienden teleológicamente, la TDES cae en la concepción instrumental de la racionalidad (CIR), que favorece la organización social basada en los mercados. Una teoría del BSE debe mostrar cómo están fundados empíricamente los conceptos evaluativos (CEV) que especifican lo que es valioso e indican razones para actuar, mientras los conceptos empíricos sólo describen la realidad. Una de las funciones de una teoría del V es trascender esta supuesta brecha al mostrar qué tipo de hechos cuentan como razones para la acción y por qué. El BSE es no sólo un CE, es también un estado sicológico relacional que puede investigarse empíricamente. TGG argumentan que ambas teorías del BSE son inadecuadas y sugieren una alternativa que indica las condiciones empíricas para el tipo adecuado de deseabilidad. La teoría de deseos (TDES) está equivocada, sostienen. Obtener lo que uno quiere es una noción muy limitada de nuestras posibilidades. Nuestros DES están limitados por lo que somos y la manera en que somos, nuestras emociones y nuestros rasgos de carácter, por lo cual basar el concepto de BSE en DES constriñe el horizonte de evaluación. Para entender el BSE debemos entender qué hace que las AV sean valiosas no instrumentalmente (VNI). ¿En qué dirección va la explicación: del DES al ser V, o del ser V al DES? La TDES supone la 1ª opción, pero el DES no explica lo que es V. Las preferencias y DES no constituyen lo que es deseable o V para una persona. De hecho, presuponen dicho V. Las cosas que son buenas no lo son sólo porque las queremos. La proposición es buena sólo porque yo la quiero implica que no importa lo que yo desee, pues supone que lo V es obtener lo que quiero, cualquier cosa que resulte ser. El contenido del DES sería irrelevante; sólo importaría el hecho de desear. Por eso, la noción de obtener lo que uno quiere no define el VNI de las AV. El DES no es condición necesaria ni suficiente del VNI.

La TLOB tiene raíces en la concepción de eudaimonia de Aristóteles, sostiene que las AV y EX son V porque tienen rasgos de deseabilidad y no porque sean deseados. Explica el V de una AV citando sus rasgos de deseabilidad. Muestra qué es lo que hace deseable la AV. Tales rasgos no dependen de nuestras apetencias; más bien las explican. La explicación va de la deseabilidad al DES y no al revés. Esto sugiere que se puede construir una lista objetiva (LOB) de los rasgos que hacen las AVEXPR valiosos de modos pertinentes al BSE. Esto es lo que ha hecho Martha Nussbaum siguiendo a Aristóteles, Max Neef y otros, dicen TGG. ¿Cómo se genera una lista así? Una respuesta plausible es que se deriva de nuestro entendimiento de lo bueno independiente que está consagrado en el lenguaje, como amistad, pues es parte del concepto de amistad como un bien. La composición de la LOB sería, pues, inherente al lenguaje, a nuestros conceptos. TGG piensan que ésta no es una explicación completa de deseabilidad. Sugieren que tenemos un concepto de amistad porque los seres humanos somos animales sociales y vivimos en grupos. Encuentran en el carácter contingente, p. ej. de la necesidad de amistad, la posibilidad de criticar la TLOB. Aunque haya buenas razones evolutivas para que seamos seres sociales, sigue siendo un hecho contingente, pues hay variabilidad social e individual al respecto. Las TLOB, dicen, no pueden dar cuenta de tal contingencia, pues proveen una lista terminada y no una hecha a la medida de la deseabilidad primaria o del VNI pertinente para el BSE. Si bien la deseabilidad supone una forma de vida compartida que hace posible el concepto pertinente de deseabilidad, requeriríamos todavía identificar los rasgos de tal forma de vida compartida que constituyen la clase pertinente de VNI. Por ello, concluyen que la TLOB es incompleta: nuestra hechura motivacional es importante para nuestro BSE y esta consideración parece regresarnos a la TDES. Al haber rechazado tanto la TDES como la TLOB del BSE estamos enfrentados a un dilema aparente, dicen TGG. Tal dilema se evitaría si la dicotomía fuese falsa. La dicotomía depende de considerar los dos tipos de narrativas como exhaustivas, pero hay alternativas que se sitúan a la mitad de ambas. Formulan entonces esa 3ª vía poco explorada. La engañosa dicotomía se deriva de pensar que el BSE y el daño deben ser interpretados bien en términos de lo que la persona desea o bien en términos de la deseabilidad de AVEXPR totalmente independientes de los DES. Sin embargo, la deseabilidad puede ser explicada en referencia a DES sin estar atada a los objetos específicos deseados. Hay una alternativa intermedia a la dicotomía y para desarrollarla, dicen TGG, requerimos una visión más compleja del desear, que incluye no sólo el objeto del DES, sino también su contenido, el por qué deseamos lo que deseamos. La 3ª teoría permite escapar del dilema porque permite afirmar que algunas AV son V porque concuerdan con la hechura motivacional de la persona, sin atarse a la idea que la persona debe obtener lo que quiere. Sugieren que el DES actúa como guía al VNI pertinente, pero que nos puede guiar mal. Es necesaria una actitud crítica hacia los propios DES, lo que requiere tratar de identificar las clases de intereses ( sic) que motivan nuestros DES. La sicología y la economía son reacias a reconocer plenamente la intencionalidad del desear que significa que el objeto del DES es siempre querido bajo cierta descripción y no con otras; los DES tienen también un contenido, no sólo un objeto. Desear es descripción-relativo. Esto indica también que nuestras apetencias son con frecuencia opacas para nosotros mismos. Podemos ser ignorantes y equivocarnos en la descripción de nuestros DES. Formulan una teoría alternativa del BSE centrada en las razones de los deseos enraizadas en los intereses básicos, acuñando el término interés deslogo (INTDES) para indicar las razones que motivan los DES básicos de una persona, que analizaré en la próxima entrega.

Comparto una buena noticia: fui nombrado Investigador Nacional Emérito del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).

www.julioboltvinik.org