Londres. Ante la amenaza de sanciones financieras, el dueño ruso del Chelsea, Roman Abramovich, confirmó ayer que busca vender al club de la Liga Premier que transformó en una maquinaria de ganar títulos gracias a su abundante inyección de fondos.

Al cumplirse el séptimo día de la incursión de Rusia a Ucrania, Abramovich había quedado en la mira de políticos británicos que exigen que sea incluido en una lista de acaudalados e influyentes rusos sancionados.

Esta ha sido una decisión increíblemente difícil de tomar y me duele separarme del club de esta manera; sin embargo, creo que esto es lo mejor para el equipo, dijo Abramovich en un comunicado.

Se trata de una de las principales repercusiones financieras de la decisión del presidente Vladimir Putin de atacar al vecino de Rusia.

Un posible comprador ya había salido a la palestra para revelar que Abramovich quería vender y que el precio oscilaba en los 2 mil 500 millones de dólares. El multimillonario suizo Hansjorg Wyss aseguró que el martes recibió una oferta para comprar al Chelsea, además de otros tres individuos.

El oligarca ruso indicó que no pedirá que se le paguen los 2 mil millones de dólares en concepto de préstamos que hizo al club durante 19 años.