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Astrud Gilberto, voz susurrante e inocente, explotada por una industria llena de lobos

La cantante que popularizó la bossa nova en el mundo obtuvo sólo 120 dólares por el disco que grabó con Stan Getz y João Gilberto

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▲ La intérprete, en la portada del disco No tengo nada mejor que hacer.Foto tomada de la página de Facebook de Verve Records
 
Periódico La Jornada
Jueves 24 de febrero de 2022, p. 7

La chica de Ipanema fue una de las canciones fundamentales de la década de 1960. Vendió más de cinco millones de copias, popularizó la bossa nova en el mundo e hizo estrella a la brasileña Astrud Gilberto, quien tenía sólo 22 años cuando la grabó.

Sin embargo, lo que debería ser una historia que celebra a una cantante, se volvió una triste historia de cómo una joven tímida fue explotada y manipulada por una industria musical dominada por hombres llena, como afirmó, de lobos que se hacen pasar por ovejas.

Nació como Astrud Evangelina Weinert en Salvador, Bahía, el 29 de marzo de 1940, y apareció en su disco debut por casualidad: estuvo en unos estudios en Nueva York para acompañar a su esposo, João Gilberto, guitarrista que ayudó a crear la bossa nova. Grababa el álbum Getz/Gilberto junto al saxofonista Stan Getz y el pianista Antonio Carlos Jobim. La canción La chica de Ipanema fue compuesta en 1962 por este último y Vinícius de Moraes. La letra portuguesa más tarde fue traducida al inglés por Norman Gimbel.

Phil Ramone, ingeniero de esa grabación, recordó que fue Astrud Gilberto quien se ofreció a interpretar el tema. “Estaba en la sala de control cuando Norm entró con las letras en inglés”, contó a JazzWax en 2010. El productor Creed Taylor señaló que quería terminar la canción y miró alrededor de la habitación. Astrud se ofreció como voluntaria, dijo que podía cantar en inglés. Creed indicó: Genial.

Seductora

Astrud no era una cantante profesional, pero tampoco novata. Creció en la música (su madre Evangelina Neves Lobo Weinert tocaba múltiples instrumentos) y cantaba regularmente con su esposo, en Brasil. Más tarde admitió que había estado nerviosa mientras miraba la hoja con la letra de La chica de Ipanema; no obstante, concluyó que era un poco el destino, y su voz seductora y susurrante hizo toda la diferencia del tema, ganando un Grammy a la canción del año.

En una entrevista de 1964 que Getz le dio a la revista Jazz Professional, afirmó que sabía que la voz inocente y recatada de Gilberto sería una sensación. Agregó: Ella era sólo una ama de casa y la puse en ese disco porque quería que el tema se interpretara en inglés.

El alarde de Getz y el comentario de ama de casa enojaron a la cantante. “Lo curioso es que después de mi éxito, abundan las historias de que Stan Getz o Creed Taylor me ‘descubrieron’, cuando en realidad, nada está más lejos de la verdad”, sostuvo en 1982, citada en su sitio web. “Supongo que los hizo parecer importantes haber tenido la ‘sabiduría’ para apreciar mi voz. Creo que debería sentirme halagada, pero no puedo evitar estar molesta porque recurrieron a la mentira”.

Su versión está respaldada por su hijo Marcelo, quien en una entrevista por correo electrónico con Martin Chilton, de The Independent, relató: Mi padre, João, solía ser inflexible ante las mentiras en torno al descubrimiento (de su madre).

Una de las canciones más grabadas

Astrud Gilberto no tuvo un solo crédito en la impresión original de vinilo de Getz/Gilberto. Fue un éxito instantáneo después de ser lanzado en marzo de 1964. Ganó cuatro Grammys, incluyendo álbum del año. El tema más popular fue La chica de Ipanema, que desde entonces es la segunda canción más grabada en la música popular, justo detrás de Yesterday, de Los Beatles.

Taylor y Getz se dieron cuenta del potencial de la pista. Cuando JazzWax le preguntó a Taylor por qué se centraron en la voz de Astrud Gilberto para el sencillo, respondió: ¿Adivina? Cuando el entrevistador lo presionó: ¿Por qué vendería más?. Taylor contestó: Bueno, sí. Mira, si quieres que la gente gaste su dinero en algo, tienes que darle una razón para hacerlo.

No obstante, ella fue estafada. Esto se debió en parte a la crueldad de Getz, quien, incluso Taylor admitió, era un tipo desagradable. Estuvo en una cárcel de Los Ángeles en 1954 por posesión de heroína. En el mundo del jazz tenía una reputación de matón.

En el libro de Ruy Castro de 2003 Bossa nova: La historia de la música brasileña se detalla que João Gilberto recibió 23 mil dólares por su trabajo en el álbum. Getz, según algunos casi un millón de dólares. En cuanto a Astrud Gilberto, se le pagó una miseria: ganó lo que el sindicato de músicos estadunidenses pagó por una noche de trabajo de sesión: 120 dólares.

Durante una gira por Europa en 1963, su matrimonio con João se vino abajo. Aunque la prensa en Brasil la culpó, fue él quien le fue infiel, pues tuvo una aventura con la brasileña Heloisa Maria Buarque De Hollanda, que después se convirtió en la cantante Miúcha.

João y Astrud se divorciaron en 1964, año en que la cantante aceptó a regañadientes regresar a Estados Unidos como parte de la banda de Getz. Fue una decisión nacida de la necesidad, de la que más tarde se arrepintió. Fueron tiempos muy difíciles, escribió en 2002. Además de estar en medio de una separación y lidiar con las responsabilidades de ser madre soltera y una nueva carrera, con estar sola por primera vez en mi vida, en un país extranjero, viajar con un hijo, tener dificultades económicas.

Gira tortuosa

La prensa brasileña difundió el rumor de que Getz tuvo una aventura con Astrud durante una gira que describió como tortuosa. Ella señaló que trató de salir siempre con buen aspecto, recibiendo una buena ronda de aplausos, aunque creía que esto se debía a una cultura en la que la libertad de las mujeres todavía no era una forma de vida.

Marcelo Gilberto, quien se hizo bajista de la banda de Astrud y se desempeñó como su mánager, técnico de sonido y asistente personal durante 15 años, tiene recuerdos vívidos de cuando ella se enfrentó a la prensa en Nueva York por primera vez. “Fui a lo que probablemente fue la primera conferencia de prensa que tuvo en Estados Unidos y fue realmente una atmósfera similar a Mad Men, esencialmente en una sala entera llena de hombres. Yo era un niño y, en algún momento, hablé con ella y le dije ‘mamá’, y recuerdo claramente el murmullo que se rompió en la habitación. Había destrozado una ilusión. El símbolo sexual era una madre. Sabía que había bajado el telón y me sentí horrible. La llamé ‘Astrud’ desde entonces”.

Recordó que filas de personas hacían cola alrededor de la cuadra para ver a su madre cantar como la vocalista especial, pero Stan Getz le pagaba cacahuetes y eso siempre la irritaba mucho.

Después de dejar la banda de Getz, tuvo la oportunidad de trabajar en sus propios álbumes para Verve Records. De 1965 a 1971, hizo ocho como solista.

Gilberto no volvió a grabar durante 10 años, hasta el álbum de 1987 Astrud Gilberto Plus James Last Orchestra. Aunque encontró difícil al líder de la banda, el disco impresionó a George Michael, quien amaba su canto. La superestrella le pidió que actuara en un disco a beneficio de la investigación del sida. En 1996, la pareja grabó una hermosa versión de Desafinado, para su álbum Red Hot + Rio.

Más colaboraciones de alto perfil

Tuvo otras colaboraciones de alto perfil, incluso con la cantante francesa Étienne Daho, pero su asociación más agradable fue con Chet Baker. Amaba el jazz del saxofonista Gerry Mulligan, el guitarrista Barney Kessel y el trompetista Baker. Ella dijo que la experiencia fue una emoción, un sueño hecho realidad, el punto culminante de mi carrera.

Gilberto, hija de un profesor de idiomas llamado Fritz Wilhelm Weinert, hablaba con fluidez francés, italiano, español, portugués, inglés y japonés. Fue muy popular en Asia e incluso lanzó álbumes en japonés. En su Brasil natal, sin embargo, había fuerzas opuestas a la bossa nova y nunca se le dio lo que le correspondía, aunque claramente merecía ser aclamada como una pionera cultural.

Ella confesó que estaba muy dolida por las duras críticas y el sarcasmo injustificado que recibió de los periodistas brasileños. Después de un concierto en 1965, nunca volvió a cantar en su país. No estuvo presente cuando se tocó La chica de Ipanema en la inauguración de los Juegos Olímpicos de Río 2016.

En 2002, cuando ingresó en el Salón Internacional de la Fama de la Música Latina, Gilberto anunció que se tomaba un tiempo libre indefinido de las actuaciones públicas después de cuatro décadas de estar en clubes y festivales.

Su segundo matrimonio, con Nicholas LaSorsa, terminó hace más de 40 años y después se fue a vivir a Filadelfia. En su retiro, se interesó por la filosofía, la pintura y la campaña contra la crueldad hacia los animales.