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En pandemia fui más productiva: Ikue Mori, baterista de D.N.A
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Domingo 13 de febrero de 2022, p. 3

Se supone que el estándar de la industria musical se mide en ventas y en la capacidad de influenciar a artistas de generaciones posteriores. Otra opción puede ser la originalidad; en muchos casos las personas que graban álbumes con una propuesta específica llegan demasiado temprano o simplemente no están interesados en el trabajo promocional de giras para ampliar la reputación del grupo.

Estás últimas dos alternativas son el caso de D.N.A, banda en la que Ikue Mori tocó la batería entre 1977 y 1982: Los jóvenes en la ciudad estaban tratando de encontrar un movimiento nuevo y experimentos en rock jazz, punk, arte, cine y toda la escena. Conocí a un poeta brasileño y a un artista visual, ambos de mi edad, e intentaban formar un grupo. Nunca estudiaron música, antes de tocar por primera vez conversamos sobre diferentes ideas e improvisamos; un mes después tuvimos nuestro primer concierto en Max, Kansas City; así armamos D.N.A, como cualquier banda del East Village.

Con esa búsqueda multimedia de resignificar el papel del artista, o de eliminarlo, no sorprende que la conversación con D.N.A haya sido sobre conceptos. Arto Lindsay, guitarrista y vocalista, estaba influenciado por Vito Acconti, artista del Bronx que incluyó páginas de la guía telefónica en sus poemas y realizó performances al borde de muelles. Para descubrir ese mundo, que pronto sería poblado por deconstructores del pop y del rock sin formación musical, Ikue abandonó su natal Tokio: “Ser una mujer independiente en Japón era trabajoso; no hubiera podido dedicarme a la música allá. Cuando llegué a Nueva York me abrumó el poder de las mujeres y me llevó a creer en el mío interno; fue una liberación.

Hace 40 años la sociedad japonesa era machista y la brecha generacional con los padres era más amplia que la actual. No hubiera tenido oportunidad de crear algo nuevo allí, como tocar en vivo, sin educación formal.

Cuando D.N.A se separó, el resultado fue una colección de sencillos, el compilado No New York, producido por Brian Eno, y una aparición en la película Downtown 81 (2000), protagonizada por Jean-Michel Basquiat. Ikue no volvió a tocar la batería, se dedicó a los sintetizadores, a otras formas percusivas y a la composición digital. En parte, su eje fueron los músicos de exótica Les Baxter y Martin Denny: Me influenciaron en el proceso de crear las primeras composiciones; siempre me divirtió esa música llena de imaginación, pero sin narrativa, con melodías hermosas mezcladas con los sonidos peculiares que amo.

La otra parte tuvo que ver con una escena con amplio criterio musical: John Zorn me abrió la puerta a la improvisación; por él conocí a Fred Firth, Tom Cora, Wadada Smith, Shelly Hirsch. Nueva York estaba llena de músicos expandiendo un lenguaje musical por fuera de sus propias composiciones.

El covid-19 se encargó de cancelar sus shows, y multiplicó las grabaciones: “Cuando empezó la pandemia y se canceló todo fui mucho más productiva: hice tres álbumes de grabaciones ejecutadas de forma remota, y fueron editadas. Era y es imposible hacer música improvisada por Internet en tiempo real, así que empezamos la producción de estudio intercambiando archivos y grabando tracks a distancia”. Dos de los tres discos que Ikue sacó el año pasado son aparentemente opuestos: “Archipielago X se hizo a distancia; nos inspiró el imaginario de la vieja ciencia ficción de planetas, el cosmos y la sensación de los lugares desconocidos propia de los soundtracks de películas imaginarias. Brian y Sae tienen grandes colecciones de instrumentos en sus estudios hogareños, que usamos para unir capas. A Mountain Doesn’t Know It’s Tall se grabó con Fred Firth; fue todo improvisado”.

Entre referencias a artistas visuales, músicos y sellos, la obra de Ikue es como el algoritmo de sugerencias de las plataformas digitales, pero más precisa. Actualmente, sube sets desde su departamento y graba música nueva: Trabajo en un proyecto desde otoño. Makigami Koichi, Satoko Fuji (Japón), Silvie Courvoisier, Ned Rothembeberg y Charmaine Lee (Nueva York): es un tributo a Joan Jonas, Luis Burgeois, Leonora Carrington. Va a ser lanzado por el sello Tzadik en junio y planeamos tocarlo en vivo.