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Falleció Joan Didion, voz insigne del periodismo y la literatura contemporánea

Murió a los 87 años de Parkinson // Buceó en la vida contracultural de los años 60 en LA y observó con mirada crítica la realidad de América Latina a través de sus reportajes // Con su labor narrativa convirtió el duelo en un bello y doloroso memorial autobiográfico

 
Periódico La Jornada
Viernes 24 de diciembre de 2021, p. 2

La escritora y periodista estadunidense Joan Didion, quien forjó una voz distintiva en la literatura contemporánea, falleció a los 87 años. Retrató la vida de Los Ángeles durante los años 60, observó en sus reportajes a la juventud rebelde e incomprendida de la contracultura y ejerció un periodismo crítico a través de sus viajes por Latinoamérica. Décadas después, convirtió el duelo en un bello, doloroso y sabio memorial autobiográfico.

Nos contamos historias para vivir, afirmaba en sus escritos. Escribo por completo para averiguar lo que estoy pensando, lo que estoy mirando, lo que veo y lo que significa. Lo que quiero y lo que temo.

La noticia la dio a conocer esta mañana el diario The New York Times, donde informó que murió de Parkinson en su casa en Manhattan. Ella estableció una voz distintiva en la ficción estadunidense antes de dedicarse a los reportajes políticos y la escritura de guiones. Pero fue en California, su estado natal, el que le proporcionó su material más rico, consignó en el primer reporte de la autora.

Favorita para el Nobel

Murió sin recibir el Premio Nobel de Literatura. En los años recientes su nombre figuraba entre los favoritos para obtener el reconocimiento de la Academia sueca. Aunque destacó como observadora en su labor periodística –se le considera precursora del Nuevo Periodismo–, también publicó cinco novelas y varios ensayos. La voluntad de aceptar la responsabilidad de la vida propia es la fuente de la que surge el respeto por uno mismo, es una de sus citas más famosas.

La figura mítica de los años 60 buceó en la cultura estadunidense contemporánea y en sí misma con una lucidez asombrosa y una prosa concisa y sofisticada, anclada en el periodismo literario y el cine, apuntó la agencia AFP, que la describió bajita, menuda, reservada, elegante; en general, con un cigarrillo en la mano, de enormes lentes oscuros o recostada contra su Corvette Stingray blanco, como en una de sus fotos más legendarias.

Nació en Sacramento, California, el 5 de diciembre de 1934. Se graduó en la Universidad de California y comenzó su carrera en la revista Vogue; colaboró para otras publicaciones como Life, Esquire y The New York Times, entre otras, mientras se mudó a California con su esposo John Gregory Dunne y escribió sus primeras novelas, Run River (El río en la noche, 1963), sobre la desintegración de una familia, y Play It as It Lays (Según venga el juego, 1970), donde la narradora recorre autopistas a gran velocidad escapando de la melancolía y la desolación de la vida.

En su casa con vista a la playa, Didion recibía a los intelectuales y célebres de la época de efervescencia angelina. Incluso, hay la anécdota de que conoció al joven Harrison Ford, quien trabajó para ella en su casa en Malibú, de carpintero, antes de ser el gran héroe de La guerra de las galaxias e Indiana Jones.

Foto
Escribo para averiguar lo que estoy pensando, lo que veo y lo que significa. Lo que quiero y lo que temo, sostenía Didion en sus escritos. En tanto, sobre el ideal del estilo periodístico decía: Economía, claridad, sencillez. No hay nada más difícil que la aparente facilidad.Foto Ap

Fue en el convulso 1968 que se acercó a los jóvenes rebeldes en San Francisco, retrató esta nueva forma de contracultura y sus crónicas aparecieron en el libro Arrastrarse hacia Belén. Recorrió Latinoamérica, y publicó Salvador, novela donde habla de los escuadrones de la muerte estadunidenses; también publicó sobre política, migración y exilio, así como la vida en Estados Unidos. Es una voz esencial para entender la segunda mitad del siglo XX en ese país.

Cuando alguna vez le preguntaron sobre el ideal del estilo, dijo: Economía, claridad, sencillez. No hay nada más difícil que la aparente facilidad.

Durante las noches azules...

Décadas más tarde, sacó el duelo a la superficie, de manera valiente y honesta, en sus libros El año del pensamiento mágico (2005) y Noches azules (2011), sobre esas veces en que te falta una sola persona y el mundo entero queda vacío. En esos libros narra el dolor que experimentó por la muerte de su esposo a causa de un infarto y un año después, el de su única hija, Quintana Roo.

De entre esas reflexiones, perdura la siguiente: Durante las noches azules, piensas que el final del día nunca llegará. A medida que las noches azules se acercan a su fin y lo harán, y lo harán, experimentas un escalofrío real, una aprehensión de enfermedad, en el momento en que te das cuenta por primera vez: la luz azul se va, los días ya se acortan, el verano se fue... Las noches azules son lo opuesto a la extinción del brillo, pero también son una advertencia.

En el catálogo de Netflix está disponible el documental El centro no cede, dirigido por Griffin Dunne, sobrino de Didion. En la obra se difunde su trabajo de periodista y escritora, su carácter personal, la entereza, dignidad y discreción en sus últimos años, en los que vivió en Nueva York.

En este trabajo, que se estrenó en 2017, su pequeña fragilidad corporal y manos temblorosas contrastan con la fortaleza de los relatos que comparte en una entrevista. Se incluyen escenas de sus últimas apariciones públicas, entre ellas cuando recibió la Medalla Nacional de Artes y Humanidades en 2012 de manos del entonces presidente Barack Obama.

No hay una forma real de lidiar con todo lo que perdemos, nos enseñó Joan Didion, veloz sobre un Corvette, en la fragilidad valiente de la vida.