En 2098 un escuadrón de androides enviados desde un lejano planeta descubre que desapareció la humanidad. Una dinastía reptil, que se alimenta de las vibraciones bajas, domina la Tierra en este futuro. La predicción de ciencia ficción y fantasía se narra en la ópera rock El regreso de los caballeros de Orión, que la banda The Lunaticos hace aterrizar en el Centro Nacional de las Artes (Cenart).

Aunque se utilizan metáforas, el mensaje es simple y humano, dice el vocalista y bajista Óscar Edwin Oz García: incluso si estuviéramos en este futuro, la esencia que nos define como raza humana son cosas como el amor y la solidaridad. Lo hemos vivido en la pandemia, cuando vimos que estaba pasando algo terrible para todos y tuvimos que dejar de ser tan individualistas.

¿Acaso nos estamos convirtiendo en seres automatizados?, se pregunta en el montaje, mientras un robot de figura humana, una máquina, se pregunta ¿de qué color es el amor?

El espectáculo, con dos funciones este jueves y viernes a las 17 horas en la Plaza de las Artes, combina ritmos de surf, pop y cumbia, con músicos en escena, bailarinas y una experiencia audiovisual de live cinema. La advertencia es clara, “pero se da de forma divertida y no con un discurso aburrido.

En esta época vemos que los grupos sólo hacen canciones sencillas; las plataformas hacen que la idea del álbum completo ya no sea tan popular. En contraste con esta dinámica, The Lunaticos se lanza a hacer una ópera rock, género muy popular a finales de la década de finales de los 70 y los 80.

Se nos hacía interesante contar historias a través de canciones; que los discos fueran conceptos y crearan toda una narrativa con la música, cuenta Óscar Oz durante la entrevista.

Las bandas clásicas británicas The Who y Queen tuvieron una fuerte influencia en los inicios de la agrupación mexicana fundada en 2012, con ellas tenías espectáculo con narrativa y siempre con un carrusel de emociones.

Una banda de rock pop espacial es como se define The Lunaticos, con influencia de sonidos y atmósferas de ciencia ficción. La reminiscencia retro se mezcla en una búsqueda de sonido contemporáneo con ritmo urbano. La bitácora de viaje del robot Ozvan 111 describe la penosa situación de la Tierra. Empieza muy descriptivo y frío, se va dando cuenta que algo de los humanos fue implantado en su memoria.

La historia futurista nació a partir de un disco conceptual Los Lunaticos, con 14 temas. Una novela inédita que Oz realizó por un concurso literario es el antecedente de los robots que llegan desde un planeta distante a explorar.

Cuenta que cuando empezó el proyecto ya imaginaba cada capítulo acompañado de una canción. La ópera rock nos permitió ilustrarlo; tener más elementos, tanto lo gráfico, audiovisual y ahora se completó con bailarinas, ha sido divertido montarlo y permitió comprender cómo trabajan las compañías de teatro independiente que son una alternativa a la esce-na tradicional.

La banda ha producido dos álbumes y una veintena de videoclips. A inicios de este año editó una serie de videos con las canciones que dan vida a la producción escénica que se ofrecerá en el foro al aire libre del Cenart, ubicado en Río Churubusco y Tlalpan. Participan los cinco músicos de la agrupación, que incluye bajo, guitarras, teclados y batería, más cinco invitados, entre ellos violín, saxofón, cantantes y cuatro bailarinas.

Nos emociona el regreso de estos conciertos energéticos, con las personas cerca y la seguridad de que es un espacio abierto, con todas las medidas de prevención, señaló sobre su presentación en la Plaza de las Artes, cuya entrada será gratuita.

Agrega que ya habían presentado funciones de esta obra a puerta cerrada en un pequeño foro en Coyoacán y ahora podemos cerrar el círculo.