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Que otros decidan la relevancia de Never Mind the Bollocks, dice Glen Matlock, ex bajista de Sex Pistols
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Domingo 24 de octubre de 2021, p. 4

El efecto causado por Never Mind the Bollocks, de Sex Pistols, es tan variado que es difícil de calibrar: paralelamente, un quiebre musical generacional y un retorno a la fórmula sonora de Chuck Berry; una expresión de individualismo que inspiraría a incontables pandillas y grupos; un producto masivo que cotizó como objeto de arte antes que las Nft; la gran estafa hedonista del rocanrol, y la resonancia de una sinceridad omitida.

Han sido comparados con Warhol, con el dadaísmo, con el situacionismo, con la furia implícita del recitado letrista y con la escoria de la sociedad. Hoy día, son parte de la raíz tanto de las expresiones musicales más extremas como de las más probadas.

Para Glen Matlock, primer bajista del grupo, todo se trata más que nada de una serie de canciones en las que participó en 1975 y que fueron editadas en 1977: Tal vez tenga una relación conflictiva con el álbum; estoy demasiado cerca para tener una idea balanceada del asunto; es un elepé bastante bueno, aunque sólo me gustan tres o cuatro canciones. Fueron realizadas y ejecutadas velozmente, eso hacíamos en la época ¿Cuándo fue? ¿1977? Son 45 años, que otras personas decidan su importancia.

El 14 de enero de 1978, Sex Pistols dio su último recital en Winterland, San Francisco, y dejó la profética frase: ¿Alguna vez tuvieron la sensación de haber sido estafados. El mánager Malcom Mclaren fue fundamental tanto para la creación como para la destrucción de Sex Pistols: “No estuve muy al tanto de los Pistols durante su gira por Estados Unidos. Había dos Malcoms: uno en la banda y otro cuando me fui. No creo que los Sex Pistols hubieran sucedido sin él, y no creo que él hubiera llegado tan lejos sin nosotros; fue una relación simbiótica. Él era 10 años mayor que nosotros, una de las personas más hip de Londres, con un estilo que fue sazonando la música que hicimos de forma colectiva. No sé si hizo demasiado después de eso, sólo el Duck Rock y la banda Adam And The Ants”.

Para el final de Sex Pistols, Matlock ya trabajaba en su propio grupo: Rich Kids. “No tenía completamente claro qué quería hacer, sólo que deseaba trabajar con músicos con una mentalidad similar a la mía. Tenía claro que no iba a formar una Sex Pistols de segunda categoría. No siempre se puede crear un sonido; entonces, nos juntamos y el sonido fue el resultado que creamos.

“Una de nuestras primeras canciones, Ghost of Princess in Towers, se refiere a un personaje de Thomas el impostor, de Jean Cocteau, donde el protagonista forma su realidad, y encajaba con el espíritu de la canción. Fuimos una banda puente para la siguiente generación; grupos como Duran Duran y Spandau Ballet siempre nos citaron como influencias, aunque no estoy seguro de que eso sea bueno. El eje era que fuera diferente al punk, porque ya había hecho eso. Me gusta escribir temas con sentimiento pop, que tengan cierta dureza y tal vez un mensaje; es lo que hice toda mi carrera y resultó bien, así que pueden decir lo que quieran.”

Varias actuaciones del grupo quedaron registradas en el programa de John Peel de la BBC: No llegué a una de las sesiones porque quedé atrapado de vacaciones en Ibiza. Soy fan de Peel; me introdujo a The Faces, T-Rex, Can... nos enseñó la diferencia entre pop y música adecuada.

En 1996, los integrantes de Sex Pistols se reunieron para una gira llamada Filthy Lucre Live, el lucro sucio en vivo fue comparado por Rotten con una recreación de las batallas de la guerra civil estadunidense; fue una reunión que precedió a decenas de revivals que se multiplicarían la década siguiente.

“Cuando nos reformamos, en 1996, me llamaron a mí; creo que me llevó todo ese tiempo darme cuenta de mi importancia en el grupo. Había muchas dudas sobre los ensayos y cómo nos íbamos a llevar, pero lo logramos. Fue bueno para todos tocar esa música sin toda la farsa que nos rodeó la primera vez, tocar para grandes audiencias también.

“No parece que nos vayamos a juntar... me gusta el título de la película de James Bond, Nunca digas nunca jamás, pero no creo que nadie debería perder el sueño pensando en eso”. Actualmente, Matlock hace presentaciones en línea; espera el fin de la pandemia para lanzar un nuevo álbum y retomar las giras.