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Costo financiero de la deuda tuvo la mayor caída anual desde 2011
 
Periódico La Jornada
Miércoles 2 de junio de 2021, p. 18

La baja en las tasas de referencia y los movimientos en la inflación respecto del año pasado incidieron en que cayera el costo financiero de la deuda entre enero y abril de 2021, al reducirse la tasa real a la que se pagan los intereses del Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB) y al dar margen a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHPC) para realizar algunos refinanciamientos, explicaron especialistas.

La dependencia reportó que entre enero y abril el costo del financiamiento –que comprende los intereses, comisiones y gastos que derivan de la deuda pública– fue de 176 mil 266.8 millones de pesos. El monto no sólo se encuentra por debajo de lo programado a esas fechas, sino también exhibe una caída de 15.6 por ciento respecto del año pasado y es la mayor para un periodo similar desde 2011.

Pese a la baja, cada día del año se han pagado mil 468.8 millones de pesos en intereses de una deuda que alcanzó en abril 12 billones 329 mil 668.6 millones de pesos.

El gasto por financiamiento rebasa lo destinado durante el mismo periodo a las secretarías de Bienestar, Salud, Energía y Agricultura y Desarrollo Social en conjunto y representa ocho de cada 100 pesos del gasto público.

Con base en datos de la dependencia, Carlos Vázquez Vidal, investigador del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), explicó que la caída en el costo del financiamiento responde principalmente a que se redujo en 32 mil 84.1 millones de pesos el interés que se paga por el IPAB, en sus inicios llamado Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa).

Entre enero y abril, del presupuesto público salieron 11 mil 245.9 millones de pesos para pagar los pasivos del rescate bancario; el monto es 75.2 por ciento menor a lo registrado en el mismo periodo del año pasado. Vázquez detalló que se debe a que la tasa real de financiamiento para estos instrumentos pasó de 5.94 por ciento a 3.25 por ciento entre un año y otro, a raíz de los movimientos en la inflación.

En ese sentido, consideró que al cierre de este año todavía se puede esperar una reducción importante en el costo financiero de la deuda si el Índice Nacional de Precios al Consumidor cierra entre 5 y 6 por ciento, dado que la inflación evapora los intereses en los instrumentos del IPAB.

De acuerdo con Hacienda, la estrategia para las obligaciones que persisten del rescate bancario es evitar el crecimiento de la deuda en términos reales, destinando presupuesto para pagar sus intereses. Los pasivos del IPAB han aumentado en pesos, pero como proporción del producto interno bruto pasaron de 10 por ciento en 2000 a 4.5 por ciento al cierre del segundo trimestre de 2020.

Mientras se redujo 27.5 por ciento el costo de paliar el IPAB y los intereses de la Comisión Federal de Electricidad respecto del año pasado, se disparó 10 por ciento el pago por la deuda de Petróleos Mexicanos. Entre enero y abril se gastaron 63 mil 866 millones de pesos en solventar los pasivos de la petrolera, por arriba de todo lo que recibirá en el año la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.

Eufemia Basilio, investigadora del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, explicó que la reducción en los pagos que el país hace para financiarse también se deben a la gestión que hizo Hacienda en los mercado internacionales, y se agregan los recortes en las tasas de interés de bancos centrales y del Banco de México.

Sin embargo, México paga un alto costo por endeudarse. El hecho de que haya disminución, no quiere decir que estemos bien, explicó. Antes de la pandemia los ingresos crecían debajo del endeudamiento, lo mismo que la inversión. De momento se pudo aprovechar la situación favorable este año, pero no quiere decir que esto va a perdurar.

Enfatizó que se requiere fortalecer el crecimiento y generar los ingresos suficientes sin afectar el presupuesto y los programas sociales. Desde hace muchos años estamos ante la inminente necesidad de una reforma fiscal que distribuya de manera equitativa las obligaciones, que grave de manera correcta a los sectores empresariales y capitales golondrinos, al tiempo que genere confianza en la ciudadanía.