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Ver día anteriorDomingo 31 de enero de 2021Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Pago de impuestos y soberanía
E

s sorprendente, aunque lo sabíamos, la cantidad de millones de pesos que beneficiaron a empresarios de diversas ámbitos. Con lo recuperado en contribuciones ha quedado demostrado que se puede ir combatiendo la pobreza y aumentar las inversiones en rubros que den lugar al crecimiento económico. El robo fue de tal magnitud que bien podría haberse pagado con él la deuda pública. Aun mejor, con un fisco sano pudo haberse evitado el exagerado endeudamiento.

En diversos países de Europa y América el pago de los impuestos fiscales es un asunto de obligado cumplimiento. En Estados Unidos cumplir con las contribuciones fiscales es un deber absoluto; se paga o se paga y, en caso contrario, los contribuyentes incumplidos van a la cárcel. Aquí, la gente pobre pagó con desempleo, enfermedades, bajo nivel escolar y una ausente calidad de vida, todos los millones que los ricos no pagaron en al Servicio de Administración Tributaria (SAT).

Tenemos información de que ya son varios los empresarios que están cubriendo sus adeudos. El SAT informa que en 2020 se recabaron 216 mil millones de pesos. Se llegó al acuerdo de que cumplir con las contribuciones propicia la relación positiva, tanto para el grupo empresarial como para el gobierno federal.

Uno de los ejemplos de resistencia al cumplimiento, con resultados problemáticos, fue el pago de contribuciones millonarias no realizadas por parte del Grupo Elektra, que al final, debió hacer su depósito por 4 mil 916 millones 916 millones de pesos, obligado por una orden del Tribunal Federal de Justicia Administrativa (TFJA).

Tenemos aquí una muestra de cómo surgen los millones que enriquecen a unos cuantos y que empobrecen a millones más. Son varios años de deuda, una que fue permitida por las autoridades hacendarias de sexenios anteriores.

Algunas empresas que han aceptado su deuda con el SAT han decidido cumplir. Es mayor el problema si recurren al amparo que les permita posponer o no cubrir el adeudo. Aunque esto último no será posible bajo la actual propuesta del SAT. De todas formas, tendrán que pagar. Estas empresas son: Grupo Femsa que pagó 8 mil 790 millones de pesos; América Móvil, 8 mil 288 millones; Walmart, 8 mil 79 millones; Fresnillo, 4 mil 500 millones; BBVA, 3 mil 200 millones; Grupo Modelo, 2 mil millones, e IBM, con 669 millones de pesos, de acuerdo con información publicada en este mismo medio.

Con estos millones y con los que vendrán, el desarrollo se sostendrá y se reforzará el crecimiento. Porque, con lo que falta de pagar entre empresas, bancos y todo tipo de morosos, se podrá asegurar el avance de obras como el de la refinería Dos Bocas, la evaluación de proyectos como la creación de nuevas fuentes de energía gasífera o la evaluación de la ubicación de una posible central nuclear. Se tendría el apoyo monetario a diversos proyectos agrícolas, aumento del salario y otras acciones a favor del mejoramiento de la calidad de vida de la población, ya sea del norte, del sureste o de los lugares más remotos.

Aquí estaban los recursos que no llegaban para el mantenimiento de las instalaciones de Pemex, para cada una de las seis refinerías, para el desarrollo de la industria petroquímica y otras posibilidades.

Además, con la falta de recaudaciones, no se cubrían los presupuestos de otros sectores, como el de salud. Sin fuentes de trabajo y bajos salarios para el personal médico especializado, se llegó al deterioro actual. En esta pandemia podemos ver estas deficiencias y otras. Pero la recaudación recuperada sirvió de apoyo para resolver parte de las necesidades de atención a la población afectada; se recontrató a personal médico y se adaptaron diversas construcciones para la población enferma de SARS-CoV-2. Viene un mayor número de contribuyentes que se pondrán al día en sus obligaciones fiscales.

Entre tanto robo se van perdiendo las dimensiones del daño que se ha hecho. El blanqueo de capitales le ha costado al país miles de millones de pesos y buena parte de la pérdida de la soberanía energética. Seguimos a la expectativa de lo recuperado. La pandemia nos pone obstáculos, pero el proyecto de recaudación fiscal de morosos no se detendrá.