Con incrementos anuales de 15 por ciento al salario mínimo, como el recién aprobado, tomará dos décadas que los trabajadores recuperen el poder adquisitivo que tenían en 1982, de acuerdo con el Centro de Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Para el siguiente año el salario mínimo en casi todo el país pasará de 123.22 pesos, que se fijó para 2020, a 141.70 pesos. Mientras en las ciudades que conforman la zona libre de la frontera norte aumentará de 185.56 a 213.39 pesos desde el primero de enero.

La Comisión Nacional de Salarios Mínimos aprobó ayer el ajuste, tras posponer en dos ocasiones el debate por la oposición del sector patronal a la propuesta, finalmente fue aprobada tanto por el sector obrero como por la parte gubernamental.

Investigadores universitarios señalan que el poder adquisitivo actual del salario mínimo es de alrededor de 15.3 por ciento de lo que era en la década de los 80, y que aún no se cumple con el mandato constitucional de que el salario mínimo permita a un jefe de familia cubrir las necesidades de sus hijos.

Por ello, en distintos reportes sobre los salarios mínimos, el Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM), señala que “los incrementos al salario mínimo general diario, tanto los de los gobiernos priístas, como panistas, como los de Morena, no pueden ser ‘salario digno’”.

De acuerdo con investigaciones y reportes realizados por el CAM en años recientes, en los que se hacen proyecciones del poder adquisitivo del salario mínimo, si anualmente creciera a una tasa de 16 por ciento, sería en 2040 cuando los trabajadores que perciben esta remuneración podrían adquirir los mismos bienes y servicios que se podían permitir los trabajadores que ganaban el mínimo en 1982.

Para llegar a estos resultados, el CAM calcula una inflación anual de 5 por ciento, lo que eleva el costo de la canasta básica y merma el poder adquisitivo de los salarios, pese a los aumentos.

En sus reportes, se recuerda que en la Constitución, el artículo 123 establece que los salarios mínimos generales deberán ser suficientes para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia, en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos.