En el comienzo de la aplicación de las vacunas de emergencia contra el Covid-19 es imposible plantear que todos los mexicanos podrán ejercer su derecho a ser vacunados, porque se trata de un bien escaso que no puede ser distribuido equitativamente en la población, de acuerdo con expertos universitarios.

En una conferencia sobre los dilemas éticos de la vacunación, Paulette Dieterlen, ex directora del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la Universidad Nacional Autónoma de México, consideró que en el contexto de la pandemia se han restringido las libertades, lo cual es terrible. Pero manifestó que si ante el inicio de la inmunización hay una gran proporción de personas que se niegan a vacunarse, podría plantearse que el biológico sea obligatorio.

En su participación en el encuentro organizado por el Seminario Permanente de Bioética, sostuvo que por las condiciones de la emergencia sanitaria en el plan de vacunación, se deja fuera a parte de la población, lo que iría en contra del derecho constitucional y universal a la protección de la salud.

Consideró que un enorme reto para la vacunación será que los especialistas lleguen a la población marginada que no tiene acceso a conocimientos básicos sobre la pandemia en un contexto en el que hay un creciente movimiento antivacunas.

Laura Palomares, investigadora que desarrolla vacunas en el Instituto de Biotecnología, señaló que no debe olvidarse que las inmunizaciones aprobadas para comenzar a aplicarse en México y otros países son de emergencia y que hasta el momento se sabe que son seguras y eficaces.

Samuel Ponce de León, coordinador del Programa Universitario de Investigación en Salud, señaló que la respuesta a la pandemia requiere una inmensa responsabilidad individual. Es un mensaje difícil de transmitir y en el que están implicados el respeto al bien común, a los otros, a la integridad de la salud de la sociedad en general.