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La energía de Robert Fisk surge de su deseo de atrapar una historia y contar la verdad

Yung Chang aborda la vida del corresponsal, hombre de principios e integridad, en This Is Not a Movie, que se estrena hoy en DocsMX

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▲ El periodista británico, tercero de izquierda a derecha, en un fotograma del documental.
 
Periódico La Jornada
Viernes 16 de octubre de 2020, p. 5

This Is Not a Movie es distinta a otros proyectos del cineasta Yung Chang. Su cinta es sobre la vida y obra de Robert Fisk, el corresponsal del diario británico The Independent que se mudó a Beirut hace más de 25 años para cubrir el conflicto en Medio Oriente; es también un documento sobre el periodismo, la verdad, la historia y las historias.

Me di cuenta de que hacer una película sobre la historia de Medio Oriente sería imposible, hacer una biografía de Robert Fisk sería imposible, porque hay demasiado, contó el realizador chino-canadiense en entrevista. Acostumbrado a tener al menos un sentido de la dirección que seguirá al comenzar un proyecto nuevo, Chang empezó éste sólo sabiendo que el documental no sería ni una biografía ni un resumen de la historia.

El cineasta contaba con interesantes archivos fílmicos de distintas épocas en la vida de Fisk y también tenía la idea de seguirlo mientras narraba e investigaba sus historias. Además, estaban las ideas que el británico ha desarrollado tanto en libros como en periódicos. Así que Chang y su editor se centraron en combinar esos elementos de la manera más orgánica posible.

Gestación

This Is Not a Movie, que comenzaba a recorrer festivales de cine a principios de este año, empezó a gestarse a finales de los años 90, cuando Yung Chang era un estudiante de cine. En la universidad pudo leer textos de Noam Chomsky y Robert Fisk, colaboradores de La Jornada, y Naomi Klein, con los que se identificaba y que compartían su manera de pensar, a diferencia de los artículos publicados en los medios tradicionales, a los que veía como algo frío y sin ningún análisis ni perspectiva.

Más tarde, motivado por la National Film Board de Canadá e incapaz de comprender el triunfo de Donald Trump en 2016, decidió viajar a Beirut pensando que Robert Fisk sería un buen punto de partida para poder entender cómo es que recibimos y decidimos sobre la información que consumimos.

Tomó algunos años a Chang reunir los fondos necesarios para producir su película. El documentalista es consciente de que dicha labor se demoró debido a la manera en que es visto el periodista en algunos países. “La gente es muy cuidadosa con Robert Fisk, cuando lo googleas lo primero que aparece es que es un mentiroso, pro sirio, y eso estaba en mi cabeza cuando fui a verlo”, admitió.

Sin embargo, una vez que empezó a filmar el documental, dice Chang, me di cuenta de que me hacía sentir que podía aterrizar la película en su perspectiva de la verdad. Es un hombre de principios y de integridad, y eso es esencialmente lo que lo mete en problemas, por eso es que es etiquetado.

Chang considera que la manera en que Fisk define el periodismo, que es reportar del lado de quienes sufren, es parecida a lo que los documentalistas hacen como parte de su labor. Creo que eso se alinea mucho con hacer documentales. No estamos haciendo reportajes para las noticias, es en gran parte subjetivo, es ahí donde empiezas a construir un sentido de moralidad, hay una posición que puedes apreciar, y creo que ésa es la conexión con Fisk. Hacer documentales es una forma de contar historias, no de contar noticias, detalló el director.

La gente sigue sus propias reglas

Dicha visión ha ayudado al cineasta a repensar su trabajo. Como documentalista no te enseñan sobre moralidad en la escuela. En la vida tienes que crear tus propias maneras de acercarte a hacer películas. Creo que la gente sigue sus propias reglas y que muchas de esas reglas son cuestionables en términos de la verdad, puntualizó.

Gracias al contacto que Yung tuvo con Robert, el cineasta se ha hecho más consciente de su trabajo. Sabe que poner una cámara en cierto ángulo es ya una manera subjetiva de ver algo. Me hizo pensar más a profundidad en cómo manipulamos información, siempre hay una manipulación, y no lo digo necesariamente en una forma negativa, es algo que está implícito y que ponemos inevitablemente en nuestros filtros, explicó el documentalista.

Chang define a Fisk como una persona con una energía inagotable. Cuando no está hablando, el periodista siempre está mirando por la ventana o deteniendo el coche para mirar algo de cerca. Su mente está trabajando todo el tiempo, si no está leyendo, está pensando. Lo que le da energía es esta necesidad de atrapar una historia y de contar la verdad tan pronto como sea posible, creo que eso lo mantiene despierto.

A lo largo de This Is Not a Movie es posible observar el paso de los años en Robert Fisk. Se le ve pasar de un periodista con una visión romántica a uno enojado por todas las cosas que ve como horribles, sean guerra, asesinatos de niños, tortura, la iniquidad de gobiernos occidentales y su dominio sobre otras naciones, explicó el cineasta.

También se pueden observar las reservas que Fisk tiene con los medios digitales. El corresponsal sigue leyendo el periódico en papel, desconfía de quienes desempeñan su labor desde una computadora y, en buena medida, su manera de realizar su trabajo proviene de la idea de que para hacer periodismo es necesario mirar las cosas por uno mismo.

Más emocional

“La manera en que contamos nuestras historias es la esencia del acercamiento de Robert Fisk al periodismo. Él interpreta mucho, usa su punto de vista personal e incluso si él dice que no escribe emocional, sale a relucir. Cuando lees La gran guerra por la civilización es tan poderoso porque encontró una manera en que quita lo poético, no lo sentimental, lo quita pero de esa forma se vuelve más emocional”, explicó Chang.

Robert Fisk, sin embargo, está lejos de ser una persona amargada. Chang destaca algunas de las reflexiones a las que el periodista llega en su cinta. Lo menos que podemos hacer es periodismo para mantener un registro de lo que pasó, de los sucesos, para que nadie pueda cuestionar si ocurrió o no, parafraseó el realizador.

La visión del cineasta sobre el documental proviene también de una idea que le fue transmitida por un maestro en la universidad. El documental es la interpretación creativa de la realidad, le fue dicho. Celebra que actualmente se estén haciendo muchos documentales, muestra que hay muchas maneras de contar una historia. Y las cosas caben en el documental si tienen una parte de verdad o si están basados en una clase de verdad.

En la actualidad, Yung Chang trabaja en una película ambientada en Wuhan, la ciudad China conocida por ser el epicentro del nuevo virus que afecta a todo el mundo. Su enfoque, sin embargo, está en lo humano, no en lo político o económico. El cineasta quería hacer una película sobre la gente de todos los días que pelea por sobrevivir y las emociones de todos los días y creo que es muy importante humanizar la historia un poco, porque no considero que sea acertado cuando nos aislamos y vemos los números de casos, pero poco entendemos de cada individuo.

This Is Not a Movie se estrena hoy en México, en la edición 15 del festival DocsMX.