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Clima polarizado y violento

Cierre de campañas en Bolivia; actos masivos sin miedo a contagios de Covid

Luis Arce, del MAS, se compromete a recuperar la democracia // Carlos Mesa, de Comunidad Ciudadana, advierte: Morales, nunca más

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▲ Luis Arce, del MAS, en su último mitin ayer en El Alto. A la derecha, Carlos Mesa, segundo en las encuestas, ante partidarios en Santa Cruz. Ambos buscarán la presidencia de Bolivia el domingo. Según proyecciones, habrá segunda ronda de votación.Foto Ap y Afp
 
Periódico La Jornada
Jueves 15 de octubre de 2020, p. 31

La Paz. Los principales candidatos a la presidencia de Bolivia cerraron ayer sus campañas para las elecciones del próximo domingo con actos masivos en un clima de polarización política marcada por la violencia e incluso la pérdida del temor al contagio del Covid-19.

Luego de los masivos cierres de campaña, Bolivia ingresará hoy al silencio electoral al quedar prohibidos los actos proselitistas, la propaganda y los llamados al voto a favor de algún abanderado.

Las ciudades de La Paz-El Alto, Cochabamba y Santa Cruz, que concentran 73 por ciento del electorado, fueron escenario de las concentraciones que hicieron olvidar la pandemia del Covid-19.

Luis Arce, candidato del Movimiento al Socialismo (MAS) del depuesto presidente Evo Morales y primero en la intención de voto, cerró en la ciudad de El Alto, contigua a La Paz, donde se comprometió a recuperar la democracia, la estabilidad política, económica y social, además de recuperar la dignidad del boliviano.

Hemos vivido una pesadilla, pensaron que iban a matar al MAS, pero aquí en el Alto decimos que aquí estamos y estamos vivos. Somos la única garantía de democracia y recuperación económica, sostuvo en el discurso final de su agotadora campaña de movilizaciones populares.

Arce denunció que el gobierno golpista encabezado por Jeanine Áñez, que lleva 11 meses, ha destruido la economía y socavado las instituciones democráticas, y aseguró que, de retornar a la presidencia, el MAS reconstruirá la producción, como hizo en su primera gestión.

Cuando entramos al gobierno en 2006, encontramos un país quebrado, sin futuro; trabajamos día y noche para poder sacarlo adelante y lo logramos, estuvimos con los mejores indicadores económicos y sociales de la historia. Vamos a hacerlo de nuevo.

La multitud masista gritaba: somos mayoría y no tenemos miedo, sin muchas precauciones sanitarias, en la misma explanada en la que Morales dio en noviembre de 2019 su último discurso, la víspera de resultar forzado a renunciar y salir al exilio.

En tanto, el centrista Carlos Mesa, de Comunidad Ciudadana, segundo en las encuestas, cerró en la ciudad oriental de Santa Cruz, en un intento por restar votos al ultraderechista Luis Fernando Camacho, quien concentra gran apoyo en esa región y quien fue impulsor del golpe de Estado contra Morales el año pasado.

“Que quede claro, que nadie se equivoque, porque somos los únicos que podemos derrotar definitivamente a Arce, porque Arce no es otra cosa que Morales, y Morales ‘never in the life’ (nunca más en la vida)”, declaró Mesa ante centenares de seguidores.

Camacho, ubicado en tercer lugar según sondeos, realizó una caravana multitudinaria por la capital cruceña como cierre de campaña en el departamento donde más apoyo tiene.

La Constitución declara ganador en primera vuelta al candidato que obtiene mayoría absoluta o 40 por ciento de los votos con 10 puntos de ventaja sobre el segundo. De lo contrario, deberá haber una ronda entre los dos más votados.

En tanto, el Congreso, controlado por el MAS, censuró a los ministros de Gobierno, Arturo Murillo, y de Educación, Víctor Hugo Cárdenas, por no concurrir a una sesión de interpelaciones.

Murillo, hombre fuerte del régimen de facto, debía informar sobre una compra de material antidisturbios para la policía, investigada por presunta corrupción, y Cárdenas tenía que responder a cuestionamientos sobre la clausura anticipada del año escolar, decretada a principios de agosto.

La destitución de los ministros censurados es obligatoria, afirmó la presidenta del Congreso, la masista Eva Copa, quien recordó que ése es un mandato de la Constitución.

Una ley sancionada en semanas pasadas para prohibir que una autoridad censurada sea ratificada en el cargo no fue promulgada por Áñez.