Cuando el entrenador Iván Bautista sube a la plataforma de clavados, les advierte a sus alumnos: No me vayan a empujar, apenas sé nadar. Suelta una carcajada y aclara que sí sabe, pero las alturas le vienen mal. Sólo sube los cinco o 10 metros de esas construcciones para asesorar la técnica de sus atletas. No me subo por gusto. No me siento bien allá arriba, añade nervioso.

Desde esas alturas, y del trampolín, los atletas que forma el profe Bautista también suben los peldaños de los podios en los torneos más importantes del mundo. Con su enseñanza han conquistado medallas olímpicas mayores y juveniles, panamericanos y centroamericanos, copas y mundiales. Más de 80 resultados destacados en competencias lo hacen uno de los entrenadores más eficientes en el deporte mexicano.

El lunes fue nominado para el Premio Nacional del Deporte 2020, reconocimiento que ya tuvo en 2010 y 2014. Esta vez el galardón es por su trayectoria, que cumplió hace unos días 26 años de trabajo ininterrumpido. Bueno, si acaso se descuentan los meses aciagos de inactividad por la pandemia del nuevo coronavirus.

He desarrollado un sistema que funciona, un método de trabajo, explica; gracias a eso podemos competir con las potencias en clavados como China, Alemania y otras más. Somos respetados a escala mundial en la disciplina.

Desde luego, ese procedimiento está relacionado con una técnica muy depurada y algo que acentúa el profe: valor. Los clavados de sus alumnos, no sólo buscan la precisión, sino también un grado de arrojo, casi espectacularidad que les ha dado buenos resultados olímpicos y mundiales.

Pero hay algo más. Bautista entiende su trabajo con la pasión de un maestro en estado puro por la enseñanza, casi con la entrega de un apostolado. Por eso disfruta las sesiones diarias de trabajo rodeado del talento indiscutible de sus medallistas olímpicos y prospectos. Sin embargo, cuando trabaja con niñas y niños desborda otras emociones y responsabilidades.

Mi labor con pequeños radica en descubrir su talento y ayudarlos a definir sus sueños, darles los medios para que los alcancen, expresa con emoción; son niños y niñas que ya han pasado la etapa de iniciación y dan señales de que les interesa es-pecializarse. Yo debo hablar con ellos, con los padres y ser un puente pa-ra cumplir un sueño muy hermoso.

▲ La multimedallista Paola Espinosa decidió unirse al grupo del profe Ivan rumbo a Tokio, lo cual toma como un gran reto.Foto @atletasmx.com

En tiempo reciente, en el mundo se han destapado historias escalofriantes sobre la crueldad disciplinaria en escuelas de deportivas para menores que pretenden ser atletas de alto rendimiento. Algunas estrellas olímpicas han conmovido con sus biografías de sufrimiento para alcanzar el lugar que las hizo inmortales. Bautista rechaza esos métodos. Para él, la enseñanza es un proceso muy distinto. El profe habla de alegría como un sentimiento inseparable cuando se aprende.

Tengo sobre todo una vocación para la enseñanza, dice Bautista; soy hijo de un maestro de primaria al que en algún momento incluso ayudé, y yo mismo tengo formación de docente en educación física. Creo que por eso funciona mi sistema: el ejemplo y la motivación son fundamentales para aprender.

La firma Bautista está impresa en las conquistas olímpicas de Germán Sánchez, Iván García y Alejandra Orozco. Jóvenes a quienes formó hasta llevarlos al éxito deportivo.

Es un trabajo de mucha entrega, describe; entrenamiento en la mañana, escuela a mediodía, y entrenamiento otra vez en la tarde. Mucha labor técnica, pero sin perder el entusiasmo y la alegría.

Otro aspecto clave para el éxito de Bautista, aclara, es un sentimiento profundo de amor por su país. Desde su trayectoria de buenos resultados, considera que cada logro no es sólo alimento para el ego. Cada medalla es un regalo a México, dice entusiasmado; yo trato de transmitir eso también, que tienen la oportunidad de darle algo a su país. Por eso el galardón del PND es tan importante para mí.

Cuando su modelo de enseñanza ya ha madurado, Bautista tiene un nuevo reto para su probada trayectoria. La ganadora de dos medallas olímpicas y única campeona mundial en clavados en nuestro país, Paola Espinosa, decidió unirse al equipo del profe para los Juegos de Tokio el próximo año.

Es un verdadero reto, dice tajante; “aunque ya he trabajado alguna vez con ella, yo no la formé. No tienen idea lo complejo que es para un entrenador hacer subir una rayita a una atleta de esa dimensión. Soy su admirador y ahora, su tutor. El compromiso es enorme”.