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Las mentiras, resistencia a un cambio político: funcionarios
 
Periódico La Jornada
Martes 8 de septiembre de 2020, p. 9

En el combate a la corrupción del gobierno, la verdad es esencial, pero también se deben desentrañar las mentiras, que son la resistencia a un cambio en el sistema político y social, coincidieron la titular de la Secretaría de la Función Pública (SFP) Irma Eréndira Sandoval; el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud Hugo López-Gatell; la directora general de Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) María Elena Álvarez-Buylla, y el presidente del Sistema Público de Radiodifusión Jenaro Villamil.

Los funcionarios participaron en la conferencia virtual El retorno de lo público, convocada por la SFP. Ahí, Sandoval dijo que la piedra angular de la Cuarta Transformación es la restauración de lo público, luego de décadas en que los gobiernos neoliberales desmantelaron las capacidades del Estado, fusionaron intereses políticos con económicos y generaron saqueo y corrupción.

López-Gatell planteó que la sociedad, y por lo tanto el gobierno, no siempre está preparada para asumir la verdad y asimilar que algo no salió bien, que esa experiencia debe ser un aprendizaje para modificar el actuar hacia el futuro y en esto contribuyen los medios corporativos. Existe una especie de arrinconamiento donde cualquier elemento que no cumpla una expectativa es juzgado de fracaso, de error.

Puso de relieve dos ejemplos donde las trampas discursivas se han centrado en defender los intereses de grupos poderosos por sobre los sociales. Uno es la compra de medicamentos, donde se creó la idea de un desdén del gobierno por la salud de los ciudadanos, cuando en realidad se intenta mejorar y hacer transparentes los procesos de adquisición.

Y el otro, la buena alimentación, para el que se manejó la idea, en particular en el sexenio pasado, de que la salud alimentaria es un asunto de individuos y no una política de Estado. Lo que es incompatible con la evidencia científica porque la gran mayoría de las decisiones que tomamos no son libres y dependen de elementos estructurales en lo económico y social, en la posibilidad de acceso y, además, influye la publicidad de las corporaciones que se benefician con las ganancias a costa del bienestar público.