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Trump: comandante en falta
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e nueva cuenta, Donald Trump se encuentra en medio de un escándalo mayúsculo debido a sus comentarios impertinentes e insensibles. Sin embargo, a diferencia de las muchas veces en que las declaraciones misóginas, racistas o xenófobas le sirven para azuzar y mantener la cohesión entre los sectores más retrógrados de su base electoral, en esta ocasión golpeó a una de las instituciones más caras para el conservadurismo que lo aupó a la presidencia de Estados Unidos: las fuerzas armadas.

De acuerdo con un reportaje publicado por la revista TheAtlantic, durante su visita a Francia en 2018 el mandatario habría calificado como perdedores y fracasados a los soldados estadunidenses que murieron combatiendo contra Alemania en la Primera Guerra Mundial. Asimismo, habría cancelado el homenaje previsto a los soldados enterrados en el cementerio de Aisne-Marne, cerca de París, debido a que no deseaba que la lluvia estropeara su peinado. El origen alemán de la familia Trump podría añadir un cariz más grave a sus presuntos actos de desprecio hacia quienes se enfrentaron contra el Reich hace un siglo.

El magnate recurrió de inmediato al manido expediente de desacreditar a la centenaria publicación y tachar al reportaje de ser una mera fake news (noticia falsa), pero resulta evidente que estas nuevas revelaciones caen como una bomba a sólo dos meses de las elecciones en las que Trump buscará mantenerse otros cuatro años en la Casa Blanca. Aunque es ampliamente conocida la casi infinita capacidad de sus seguidores para cerrar los ojos ante el verdadero carácter del ex presentador de televisión, parece difícil que sus posibilidades de relección salgan indemnes de este episodio, máxime cuando no se trata de su primer roce con las fuerzas armadas.

Entre los actos de Trump que han generado malestar a los uniformados cabe recordar, en primera instancia, su decisión de poner fin a la presencia estadunidense en Siria, lo cual supuso abandonar a su suerte a los aliados de Estados Unidos en el conflicto de dicha nación árabe y, de este modo, minar la credibilidad del país en el conjunto de sus operaciones en el exterior. En segunda instancia, ahora mismo se encuentra en curso una desavenencia entre el mandatario y la cúpula militar por el empeño de Trump en echar mano de la institución castrense para sofocar por la vía de la violencia el descontento ciudadano con el exasperante racismo oficial.

Más allá del nefasto papel que las fuerzas armadas estadunidenses juegan como garantes del imperialismo y los intereses oligárquicos impuestos por Washington al resto del mundo, lo cierto es que los ciudadanos de ese país tienen en muy alta estima a sus militares, que una amplísima proporción de la sociedad ve en ellos a verdaderos héroes, y que quien ejerce la comandancia suprema de dicha institución se encuentra obligado a dignificarla y conducirse hacia ella con el máximo respeto, deberes a los que Trump ha faltado de manera notoria.